HE AQUI UNA CONVERSACION DE SERVIDOR CON UN COMPATRIOTA VUESTRO AFINCADO EN ESPAÑA. LLEGÓ COMO EXILIADO, PERO YA HA DECIDIDO CAMBIAR SU ESTATUS. AL PARECER, Y EN CONTRA DE LO QUE EN UN PRINCIPIO DA A ENTENDER A TODO EL MUNDO, EL VERDADERO EXILIADO FUE SU PADRE. EL PRETENDIO SACAR PROVECHO DE DICHA SITUACION MAS BENEFICIOSA QUE LA DE EMIGRANTE SIN MAS. PERO LA INCONSISTENCIA DE SUS PRINCIPIOS LO DELATAN COMO EL OPORTUNISTA QUE ES. EL PROBLEMA DE ESTA GENTE EL EL DESCREDITO QUE LE INFIEREN AL MOVIMIENTO COMUNISTA POR SUS RENIEGOS FIRMADOS CON LA SUPUESTA AUTORIDAD DEL CONVERSO. DEL DESENCANTADO. PERO NO HAY TAL DESENCANTO PORQUE NUNCA HUBO ENCANTAMIENTO PREVIO.
Saludos Benjamín; soy Juan, el yerno de María Jesús. Colaboro con la Juventudes Comunistas de España y estudio CC Polícas por la UNED. Visité ultimamente Cuba y Colombia. Estoy muy interesado en los procesos constituyentes y de poder popular abiertos en América Latina. Me interesan y me motivan, pues veo el sendero que que se toma como la antesala de la fusión latinoamericana y la implantación de un bloque socialista (ya sea de un socialismo en esencia o de un socialismo germinal) fuerte y con capacidad real de influencia ideológica y económica a nivel mundial. Veo este paso como el primero y el fundamental para la necesaria revolución en Europa que requiere de un referente en el que inspirarse; caído y desprestigiado por la "prensa única" el campo socialista de la Europa oriental.
Pero, de forma especial, me interesa y me admira el caso de Colombia por la crudeza con que se aferra la oligarquía al poder, por la imposibilidad norteaméricana de acabar con una guerrilla marxista-leninista de corte clásico, por la empecinada e infatigable resistencia de todo el ámbito de la izquierda y por el enfoque "bolivariano" de la lucha, del que extraigo como principio más relevante la unidad latinoamericana. Los últimos resultados obtenidos por el PDA, dejan la puerta abierta a la posibilidad de llegar al poder por la vía democrática. Desde mi perspectiva comunista esto tiene una doble lectura en tanto en cuánto supondría posiblemente una distorsión de los fundamentos marxistas por efecto de pactos y cesiones. Si bien, en cualquier caso, la ruptura por la izquierda con el bipartidismo clásico y criminal, sería en sí mismo un cambio tal del escenario que podría abrir puertas tan importantes como la legalización del PCCC y la paz, tras más de cuarenta años de guerra declarada.
Según me cuenta María Jesús, has militado o participado de la realidad política y social de tu país de forma activa. Supongo por tanto que tendrás un amplio conocimiento de la situación que allí se vive. Por eso me gustaría que quedaramos para hablar sobre el tema y que me "ilustraras" al respecto.
Un abrazo, compañero!, espero tu contestación.
Hola Juan, reciba un afectuoso saludo. Evidentemente como se lo ha comentado María Jesus, soy una persona cuyas simpatías políticas han estado siempre del lado progresista, en pocas palabras de lo que la opinión pública ha dado en llamar la izquierda. He ejercido mi profesión de abogado en Colombia por más de quince años, la he ejercido como abogado de sindicatos y como defensor de presos políticos, razón por la cual creo que mis juicios(que en manera alguna espero que los comparta)son producto de la experiencia, del raciocinio y del desencanto. Desde muy niño he tenido contacto con la juventud comunista colombiana, con el extinto grupo maoista MOIR(uno de cuyos líderes era el hijo del expresidente Belisario Betancurt), del exterminado a sangre y fuego partido político UNION PATRIOTICA,de cuyo ex candidato presidencial, el honorable magistrado JAIME PARDO LEAL asesinado de manera cobarde,tuve la suerte de ser su discípulo de Derecho penal en 1 año de la carrera. En fin, podría contarle muchas cosas más sobre mis amigos de juventud y de ejercicio profesional. Voy a lo que iba desde un primer momento. Me parecen sus palabras bastante fervientes y propias de un estado de ánimo comprometido, pero que por circunstancias de la vida, ya no comparto. No quiere decir ésto, que haya claudicado ideológicamente, sino que al llegar al momento actual de mi vida en el cual sin falsa vanidad de alguna forma puedo repetir con Terencio HOMO SUM ET NIHIL HUMANI A ME ALIENUM PUTO(Hombre soy y nada humano me es desconocido), poco espacio tengo en mi vida para preocuparme de algo que me ha desencantado por completo.
Mi contacto con gente de la izquierda-sindicalistas, políticos, guerrilleros-me ha dejado un mal sabor de boca, la gran mayoría con los cuales contacté son gente de bajas apetencias y más interesados en su lucro personal que en la entelequia de la revolución mundial, algunos con más agallas y más líbido económica que un capitalista de los que tanto critican en sus discursos. Por lo tanto, he dejado de creer en ideologías altruístas, que creo que han llevado a someter a las gentes de los países en donde se han implantado a la represión, al autoritarismo, a la ausencia de libertad y a otras restricciones. He dejado de ser un fanático y ahora soy más nihilista y porqué no decirlo más cínico(en el sentido griego de la palabra).
No obsta lo que le he dicho, para que si usted lo desea sigamos manteniendo una correspondencia y de ser posible, quedar en alguna ocasión. Reciba un fuerte abrazo, BENJAMIN
Obviamente no hay ningún problema en seguir contactándo. De hecho, y manteniéndos en el ámbito de la sociología, la política y la filosofía; la dialéctica es un elemento fundamental para la conformación de nuevos momentos de conocimiento y la asunción de síntesis más evolucionadas y pulimentadas. Así que casi prefiero que haya renunciado a sus principios- o a la fe en la necesidad y vigencia de los mismos- para poder discutir tal proceder. La corrupción y la miseria ideológica pueden hacer mella en un sistema correcto que se ve así infectado por agentes externos contra los que debe reaccionar por coherencia con su propia lógica existencial y motriz; o presentarse como el hilo conductor, la razón de ser y la máxima de un sistema fundamentado en ellas y que además gusta de idolatrar tales formas de proceder y de concebir la humanidad. Evidentemente, y a diferencia de lo segundo- propio del capitalismo-, los casos primeros son extirpables y contrarios al medio que se pretende, lo que no implica dejar de reconocer su existencia y luchar contra ellos con más ahínco que contra el enemigo declarado. Pero esto no debe, ni de lejos, poner en tela de juicio la justeza del fin, su imperiosa necesidad y los millones de vidas regaladas en el dificil camino de su consecución. He participado durante unos días en actividades de la JUCO y he conversado con sus militantes y con varios de sus dirigentes. Las historias de sus compañeros muertos, perseguidos, encarcelados o extorsionados, como las suyas propias, no deben ser menospreciadas por las actuaciones detestables de contados oportunistas, que lejos de representar los valores de los que se dejan la piel y la vida, son la esencia de lo contrario. El ex juez de Facatativá- hoy en el Tribunal de Justicia de Bogotá- y su mujer- fiscal del Estado-, con los que conviví, son la muestra ejemplarizante de la honestidad y el espíritu revolucionario vigentes, aún desde perspectivas ligeramente institucionalístas. Por otra parte Colombia vive anclada en un momento histórico por el que ya hemos pasado- con todas las salvedades obvias- en España y en Europa, luego conozco las posiciones y la importancia del mensaje del "pensamiento único" manejado por las oligarquias capitalistas que aprovechan cada pequeña chíspa para hacer arder el monte. Lo importante es el el fin. Y la casuístaca despojada de la fuerza del contexto es vacío y germen de falsas percepciones concienzudamente inducidas.
Un abrazo, JUAN VALLEJO
Hola Juan, buenos días. Me doy perfecta cuenta que no entra usted dentro de aquella lamentable galería de personajes arrepentidos, que el gran Mario Benedetti describe en su muy inteligente y mordaz escrito titulado La industria del arrepentimiento. Que por el contrario, sigue siendo fiel a sus principios, cosa que lo engrandece como hombre, y no lo hace partícipe del oportunismo político e ideológico hoy tan de moda.En Colombia, creo que está al tanto de la situación, vivió y murió el cura Manuel Perez, ex sacerdote español que se erigió como como lider del movimiento insurgente ELN, era un hombre muy comprometido con sus convicciones y, se aceptara o no, fue siempre leal a sus principios, creo que su fundamento político no descartaba cierto mesianismo.
Me hace pensar en su e mail acerca de la dialéctica, me pregunto, ¿sigue siendo posible analizar la historia, la debacle del mundo, a la luz de sus preceptos?Mas bien, creo que todo su rigor y disciplina quedan desmoronados ante el panorama que nos rodea. Más bien, pienso que la condición humana e histórica es contingente, aleatoria y azarosa, no supeditable a ningún esquema teórico. La lógica dialéctica, en el sistema hegeliano, es un producto típicamente occidental, donde descarta practicamente del desarrollo histórico del mundo cualquier otra civilización o cultura, si acaso los Estados Unidos y algunos países orientales. Me sigo preguntando¿y los árabes?¿y aquellos otros ciudadnos del mundo, sin patria, ni dios ni ley que se llaman pobres?¿los que se suben en las pateras aéreas y marítimas arriesgando su vida? Está claro, eso ni Hegel, ni Marx, ni ningún filósofo alemán alcanzaban a vislumbrarlo(Marx sí, pero bajo un esquema capitalista muy concreto, no tan desbordado como el del presente). Todos esos nuevos protagonistas de la historia han hecho que el mundo sea más azaroso que otra cosa, aquí no hay Bill Gates que valga para programar la condición humana, su imprevisibilidad, que pienso es su mayor riqueza porque demuestra su inteligencia,desborda cualquier interpretación teórica. Bueno amigo, por hoy me despido. Un fuerte abrazo, BJ
Que tal, compañero?. Gracias por tu benevolente crítica de mi persona en referencia a mis firmes convicciones. Convicciones éstas, que si bien son de una solidez fundamentada, son una espina perpetua incrustrada en lo más hondo de mi alma. Dolor amargo por el hecho triste de poner de manifiesto el abismo existente entre mi sentir y las acciones que acometo. La coherencia plena con mi persona, probatoria del sacrificio que habría de estar dispuesto a sufrir y que validaría ese discurso duro de órdago a la grande que hago propio, habría de encaminarme por otros derroteros. Por caminos tales como los de los cerros y selvas de Colombia. El exponente mayor de la revolución; que es el guerrillero comunista formado y consciente. Y sin embargo, lejos de coger el fusíl y respaldar con acciones y con el aval de mi sangre, la grandeza de mis espectativas, la pureza de mis sentimientos y la firmeza de mis principios, me doy a la fácil y cobarde dedicación del fantaseo y la elugubración escrita. Yo no sería comigo un crítico tan piadoso como tu lo has sido. Soy un charlatán y me resisto a asumirlo, lo que me sumerge en un perpetuo estado de conflícto comigo mismo y con la trivialidad del mundo inmediato que se esfurza en aislarme de la realidad. Manuel Pérez pudiera ser, en efecto, el arquetípo de hombre, salvando las distancias teológicas que nos separan, que aspiro a ser. A tener, quizá algún día, el valor de ser. Entre tanto me torturo por ser quién no soy y me desangro en torrentes de principios e ideas vacíos de contraste práctico. Teorizar, pensar, soñar y cantar los sueños y las razones, sin asumir las acciones que, en coherencia, habría de acometer. Más que muchos; es cierto. Pero abismalmente insuficiente.
Ese mesianísmo que desconozco en Manuel Pérez, por desconocer también su discurso en profundidad, pero que podría tener cabida dentro de los planteamientos idealístas propios de cualquier confesión religiosa, son ajenos al socialísmo científico. No hay profetas ni visionarios entre nuestras filas sino estudiosos analíticos y bravos emprendedores. Hay constructores, no mesías. Personas capaces, aptas, carismáticas que lideran y dan forma a procesos sociales que germinan al calor de unas realidades concretas y que, en mi opinión, son elementos calve en los que se apoya la evolución de las sociedades humanas. Pero no hay que esperar su advenimiento divino. Lo que hay que hacer es tratar cada uno de nosotros, de asumir las responsabilidades que sean necesarias en el proceso. Incluso las propias de la cofección de los condicionantes subjetivos que han de incubarse en la gente, dentro de los contextos objetivos en los que han de enmarcarse las luces primeras de los procesos revolucionarios. Y de este movimiento se desprenden, al ritmo más o menos veloz del crecimiento, oportunistas, traidores, mártires, héroes, desengañados, hastiados...Pero también florecen de entre sus mejores capullos, los líderes necesarios. Líderes que actúan de catalizadores de procesos humanos, no de voceros de Dios. Se confunde, si me permite el atrevimiento de tal afirmación, desvinculando la situación de determinados países árabes, asiáticos, latinoamericanos o africanos del contexto global del capitalismo internacional y de las propias tésis marxistas. Son el resultado del imperialismo intervencionista y de las propias tensiones y circunstancias internas. He trabajado en Afganistán durante cinco meses y en el Líbano durante cuatro y medio. En situaciones difíciles, tratando con militares, alcaldes, campesinos, religiosos y trabajadores. Los mundos pretendidamente tan distintos, ni son tan distintos, ni son tales mundos. Y no lo son desde el momento en que no son varios mundos sino uno solo en el que interactúan fuerzas e intereses múltiples y variados. Para que exista un centro (norte, occidente, mundo desarrollado), debe forzosamente existir una periferia. Es la reproducción del sistema a escala internacional. De hombres explotadores y explotados, extraemos la idea de Estados explotadores y explotados. De centro y periferia. Afganistán sufre la presión de la bota extranjera desde tiempos inmemoriables. Ha sufrido al imperialísmo ruso, al británico y al más doliente, al yankee. Este último, en la operación más cara desarrollada por la CIA, financió todo tipo de grupos extremístas y feudalístas, de traficantes y productores de opiáceos para enfrentarlos contra el progreso que venía de la mano del proyecto socialista de los revolucionarios afganos en el poder. Ahogó de este modo toda esperanza para el futuro regalándole el país a unos asesinos absurdos que, sin esa alimentación artificial, estaban destinados a extingirse. Cuando los rusos abandonan a su vecino y cae el gobierno comunista afgano, la multitud de grupos de "señores feudales" enfrentados, hace imposible el establecimiento de gaseóductos para sacar el petróleo hacia el mediterráneo bajo control americano. Así que, con financiación saudí y norteamericana, se unifica el país bajo el yugo de los "luchadores por la libertad talibanes". Su discurso religioso más fanático y encendido que los demás, arrastra a las masas. Es sabido que en condiciones extremas de miseria, (y no tan extremas) la Patria y Dios se convierten en recurrentes y fáciles banderas de la reacción. Así que bajo el mensaje de la pacificación divina del territorio, los talibanes son recibidos con cierta esperanza por parte de la población. El problema resurge cuando, inesperadamente, se enfrentan a los intereses norteamericanos. Entonces son, ahora sí, demonizados y reconocidos como lo que son; como lo que siempre han sido. Si bien la intervención militar posterior viene dada de nuevo y como siempre por intereses intervencionistas en busca de réditos en forma de materias primas y recursos energéticos. Ninguna novedad. Todo explicado desde el marxismo y predecible. Como predecible es y ha sido el éxodo por razones económicas, la privaticación de los servicios públicos, la tendencia a la globalización y al monopolio, las crisis de superproducción, los golpes de estado contra determinados proyectos políticos en paises de la periferia y del propio centro, la perennidad de la corrupción, la deslocalización de empresas, el desarrollo insostenible, la hambruna, la mercantilización de la educación, de la sanidad, de la humanidad misma. La interacción dialéctica de todos los factores es estudiable y analizable. El futuro no es predecible en el sentido absoluto de la palabra, pero sí se puden trazar líneas argumentales en base al materialísmo histórico.
Así pues, esos sin Dios de los que hablas, no son tales porque sí profesan su religión. Por lo general con mayor acervo que el desgreído "occidental". Y las Iglesias que imponen sus credos de la sumisión, el miedo y las normas de conducta, son herramientas del poder serviles a la causa del sometimiento de las masas. Que contribuyen de forma decisiva al mantenimiento de la superestructura ideológica de los oligopolios, de los señores de la guerra, de los terratenientes o de las minorías ostentorias del poder según la variedad de estructuras locales que en cada caso hayan florecido. Y por supuesto que sufren leyes. Leyes represivas que disponen las condiciones propicias para que las transnacionales se pulan las materias primas y las riquezas del país con el apoyo de unas instituciones estatales títeres de sus intereses. Y eso tú, como colombiano, deberías verlo con mayor evidencia que yo. Frente a tu cuestionamiento de la validez actual del materialísmo histórico y su fundamento diálectico (hijo áquel de Marx y no del idealísta Hegel), cómo plantearse su caducidad cuando, de hecho, se ven agudizadas en extremo las situaciones de desequilibrio pronosticadas por él. Marx prevee, no solo la situación de explotación del capitalismo desde la fortaleza de los Estados-nación que le es contemporánea, sino que va más allá. Y en este pronóstico a largo plazo, alcanza a explicar la superación del lassaiz-faire de primeros del siglo XX, agravado por un contexto más agresivo de tecnificación, de monopolísmo, de internacionalización de la producción, de crecimiento de las fuerzas productivas, de la caída de la inversión en capital variable y sobre todo, del proceso cíclico de crisis de sobreproducción que hunden periódicamente los mercados. Crisis que arrasan con fuerzas productivas y capitales fijos que aún no han sido rentabilizados porque no se ha explotado la fuerza de trabajo en ellos contenidos y que deben ser renovados por nuevos equipos para no caerse del mercado en el ámbito de la competencia. Empresas y capitales pequeños engullidos por otros más grandes capaces de soportar los hundimientos o conscientes artífices de los mismos. Es decir, la dilapidación a largo plazo de la libre y concurrida competencia y su paulatina sustitución por un mercado de grandes consorcios transnacionales por encima de todo control político y democrático que planifican a su antojo producción y distribución en todo el planeta. Ni tan siquiera los modelos keinesianos de la Europa de segunda mitad del siglo XX, pudieron, supieron o quisieron resistir el proceso que Marx y Engels ya pronosticaron. Sólo fueron un paréntesis que el capitalísmo utilizó para enfrentar la falta de inversión privada, para reactivar los mercados y sobre todo, para aúnar criterios políticos, no sólo mercantiles, al efecto de alejar el peligro del comunismo. La coyuntura histórica favoreció esa pausa que Marx no pudo preveer (pero sí los autores marxistas de la época). Una vez desbaratado el bloque soviético, la rueda de la evolución retornó a su lógico camino con mayor fuerza que nunca. No te dejes engañar por las apariencias. Ni Africa, ni Asia, ni América Latina son ajenos al sistema. Y es que para que haya un centro, debe haber una periferia. Subdesarrollo es una mentira pretendidamente optimista que quiere destilar la esperanza de un desarrollo futuro. En realidad no es sino la consecuencia inherente del capitalísmo más trágica y evidente. Estas regiones son la cuna de los recursos primarios del mercado, pero están desbancados del control efectivo de la explotación y comercialización de los mismos por gentileza de las transnacionales. Y son estos grandes consorcios los que mantienen la situación de miseria en más de medio mundo. Porque les da igual. Porque los beneficios de las ventas los obtienen de ese centro que han blindado superestructuralmente, donde se implantó a lo largo de la história un mercado de consumo capaz de sostener los pilares del sistema. Pero no por siempre. Las convulsiones derivadas del desequilibrio y la injusticia imperantes empiezan a desbordarle. El grado de sometimiento de determinadas regiones, los arrastra hasta modelos de vida casi medievales. Pero el socialísmo siempre ha mantenido la teoría del desarrollo desigual; no es una novedad ni un acontecimiento inexplicable. El marxismo tiene hoy tanta vigencia como ayer. Más si cabe en los aspectos referidos a la internacionalización del mismo y a las desigualdades sociales. Menos en concrecciones referidas al momento de desarrollo de las fuerzas productivas en que originariamente se centró el estudio, por la lógica del tiempo transcurrido. Pero la ciencia marxista ha venido evolucionando desde entonces y adaptándose al tiempo en que vivimos. Por eso el marxismo ortodoxo es más un referente que un dogma absoluto. El marxismo leninismo, en cambio, es una ciencia que se fundamenta en el análisis concreto y objetivo de la realidad y en plantear una estrategia revolucionaria para cada situación tanto política, como sociológica, como cultural, como histórica, como geográfica. Eso es la diálectica. El estudio y consideración de la interacción de todos los elementos, sus medios, su fuerza y sus fines para la elaboración de una teoría revolucionaria que haga de la praxis de la revolución un movimiento con aspiraciones realistas y con formas centralizadas y conscientes. ESPERO TU CONTESTACION UN ABRAZO, JUAN
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