Bush cerró el año poniendo en marcha un Tratado de Libre Comercio con Perú. |
Termina 2007 y uno se pregunta qué paso en este año que haya marcado la relación entre Washington y América Latina.
Sin duda alguna todos recordarán la gira del presidente George W. Bush a cinco países de América Latina: Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México.
Tras ese viaje en marzo de 2007, Thomas Shannon el subsecretario de Estado y el jefe máximo de la diplomacia estadounidense en la región, le dijo a la BBC que el resultado había sido "muy positivo".
"El presidente Bush llegó a la región con una agenda positiva enfatizando el interés de EEUU en colaborar y cooperar con los gobiernos para que tengan éxito en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social", señaló el funcionario en Mérida, México, donde finalizó la gira.
"El viaje de Bush no se puede catalogar como un gran éxito, pero tampoco fue un fracaso", explicó a la BBC Michael Shifter, vicepresidente del Diálogo Interamericano, un centro de estudios dedicado a las relaciones entre EE.UU. y América Latina.
Para el experto, esta gira refleja sobre todo la incapacidad de Washington de involucrarse más en la región tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque destaca que hubo algunos avances en temas específicos.
¿Pero se logró algo concreto de tan anunciado viaje?
Han pasado nueve meses y lo más concreto hasta ahora, dicen los analistas, es el anuncio de la "Iniciativa Mérida", el plan de apoyo que la Casa Blanca anunció en octubre para México y Centroamérica.
Shifter también destaca la colaboración entre Brasil y EE.UU. en el tema del etanol, aunque Washington sigue sin bajar las tarifas que cobra por el etanol brasileño.
Perú y Colombia
"Fue un suceso desde el punto de vista diplomático, pero dejó un sabor de superficialidad, con pocas iniciativas. No es una casualidad que ya casi nadie recuerde la gira", señaló Joy Olson, directora del WOLA, Washington Office for Latin America.
Para cerrar el año, el presidente Bush por lo menos logró poner en marcha un Tratado de Libre Comercio que había negociado durante meses. El 14 de diciembre Bush y el presidente peruano, Alan García, firmaron en Washington, en una gran ceremonia, el acuerdo que comenzará a implementarse en 2008.
Al cerrar el año, el propio Bush resaltó como un importante logro la firma del TLC con Perú, pero recordó que el acuerdo con Colombia, el país considerado como uno de sus mejores aliados en la región, sigue en el tintero, ya que no ha logrado la ratificación del Congreso estadounidense.
"Será un interesante examen el año que viene ver si seremos o no un país que comercia con otros y abre sus mercados", dijo Bush durante su última conferencia de prensa de 2007.
Definitivamente, la aprobación del TLC con Colombia es una de las grandes incógnitas para 2008. "Con amigos así, quién necesita enemigos", dijo mitad bromeando el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, en su último viaje a Washington cuando se le preguntó por el TLC.
Más que comercio
Pero los expertos opinan que Washington tiene que ir más allá.
"La aprobación del TLC con Perú es considerado por la Casa Blanca como un éxito, pero la agenda de EE.UU. en la región tiene que ir más allá del libre comercio", señaló Olson.
El senador demócrata Bob Menéndez, quien estuvo a principios de diciembre en América Latina, piensa de la misma manera.
"La falta de Bush es la falta de una agenda más amplia. Sí hay que hablar de comercio y de narcotráfico, temas indudablemente importantes, pero también hay que hablar de desarrollo económico", expresó Menéndez.
El senador ha propuesto una iniciativa de ley, junto con otros legisladores, para patrocinar un fondo de desarrollo que sería, en su opinión, "un mensaje bien fuerte a la región".
¿Cambios?
¿Qué podemos esperar en 2008, sobre todo cuando EE.UU. va a estar sumergido en un proceso electoral que no finalizará hasta noviembre?
"En general vamos a tener un año de transición", advirtió el senador.
Además el Congreso está sumergido también en una lucha interna entre partidos y es difícil avanzar en ningún tema que sea polémico. Por ejemplo en 2007, a pesar del apoyo explícito de Bush, fracasó la reforma migratoria.
Cuba
Tampoco se esperan cambios en la política de EE.UU. hacia Cuba.
El Congreso aún no ratifica el acuerdo con Colombia, |
Durante la enfermedad del presidente cubano Fidel Castro, Bush reiteró que no piensan hablar con ningún sustituto, ni siquiera cuando Raúl Castro ofreció un diálogo, hasta que no haya "un cambio democrático en la isla".
Incluso, a fines de octubre, Bush lanzó un "fondo multimillonario para la libertad en Cuba", aunque hasta ahora se desconoce con cuánto contará este fondo y para qué se utilizará.
"Lo más decepcionante en 2007 fue la inhabilidad de la administración para hacer algún tipo de progreso con el tema cubano", señaló Shifter.
Él no es el único que opina que Washington perdió una oportunidad de influir en los cambios políticos que se han vivido y vivirán en Cuba en 2008.
Perdida o no, en 2008 mientras Bush siga ocupando la Casa Blanca -dicen todas mis fuentes- hay pocas posibilidades de apertura o cambios en la legislación.
Sin nombre ni apellidos
Lo que no sabemos es si en 2008 el mandatario estadounidense volverá a pronunciar el nombre del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Desde su viaje a la región, cuando la sombra del mandatario venezolano lo siguió por todos lados, Bush decidió evitar el nombre.
"No hay que darle tanta importancia", confesó a la BBC un funcionario.
Desde entonces el nombre desapareció del vocabulario de Bush y si necesita hacer una referencia, lo que hace muy raramente, se refiere al líder venezolano, sin nombre ni apellido.
Esta estrategia no es mala idea, opina Joy Olson, si eso significa que Washington aprendió la lección de "no involucrarse en los procesos domésticos de los países latinoamericanos".
"A diferencia de lo que la administración Bush hizo en 2002 durante el golpe de Estado contra Chávez, en el último refererendo en Venezuela, Washington mantuvo un bajo perfil y creo que esa es la buena actitud", señaló la experta.
Así es que pocos cambios en 2008 a la espera de quién ocupará la Casa Blanca en 2009.