'Gracias' a ella, el desarrollo de la humanidad se atrasó 500 años, desde la abjuración de Galileo, cuando gran parte del mundo vivió en el oscurantismo. En la Guerra Civil Española, se aliaron con Franco y coadyuvaron a la masacre del pueblo rebelde. En el Holocausto Judío, guardaron un silencio cómplice (el Papa actual fue miembro de las juventudes hitlerianas y es miembro activo del Opus Dei). Cuando las dictaduras en Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay señalaron a los 'rojos', que luego fueron torturados y desaparecidos. En Colombia no marcharon ni protestaron sino que voltearon la cara ante el genocidio de la Unión Patriótica.
En Venezuela apoyaron el Golpe de Estado y el Paro Petrolero contra Chávez y siguen conspirando para su caída. En la toma de la Embajada del Japón por parte del MRTA, fue el obispo Cipriani (Opus Dei) quien introdujo los micrófonos que contribuyeron al éxito de la operación militar de rescate y a la ejecución extrajudicial de los guerrilleros (recomiendo leer Sombras de un Rescate de David Hidalgo y Secretos del Túnel de Umberto Jara). A los sacerdotes de la 'Teología de la Liberación', los persiguieron, los expulsaron y si no los obligaron al silencio. ¿Se les olvidó que uno de los cardenales papables de Colombia, López Trujillo (Opus Dei) tuvo tratos con Pablo Escobar en Medellín? Y que otro cardenal, igualmente papable, Darío Castrillón (Opus Dei), dijo que el dinero del narcotráfico se santificaba cuando se lo daban a la iglesia, después de que fue sorprendido bendiciendo 'La Posada Alemana' de Carlos Ledher? 'Que tenemos que asistir a la marcha del 4 de febrero pero sin uniforme, porque será tomada lista por los profesores', dijo Liliana, una colegiala de una institución educativa católica en Bogotá. 'Debemos marchar en defensa de la vida y de la democracia que nos quiere arrebatar ese Chávez, engendro del demonio en Venezuela', afirmó el párroco de una iglesia en un sector exclusivo de Cali. Y así, de colegio en colegio y de parroquia en parroquia, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, es consecuente con su tradición: hablar de paz cuando acaba de bendecir las armas para la guerra; inmóvil ante la barbarie paramilitar, pero presta a marchar al lado de los ricos y opresores.
El narcopresidente Uribe (Opus Dei) ha querido imponer a la brava la mediación de la anquilosada Iglesia Católica colombiana. Y ella misma ha hecho lobby para meterse a 'mediar', cuando siempre ha estado con el sector más extremo de la derecha, en el histórico conflicto colombiano.
Uno de los diez mandamientos de la Ley de Dios dice que no se debe mentir. Y la iglesia Católica, Apóstólica y Romana lo acaba de hacer en cabeza del presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Luis Augusto Castro (Opus Dei), cuando dijo que 'de diversas maneras hemos tomado contacto con la guerrilla'. Afirmación que fue desmentida por Raúl Reyes: 'No entiendo de dónde se asegura de supuestos contactos recientes con la Iglesia, cuando de darse estos corresponden al Secretariado (mando central de las Farc). Alguien pretende generar falsas expectativas con aseveraciones como ésta'. (El Tiempo, enero 22, 2008).
En la época de monseñor Builes, 'la Mitra Azul', como lo llamó el gran periodista Miguel Zapata Restrepo, muchas mujeres fueron 'excomulgadas' porque montaban a caballo como los hombres y no 'de lado', como lo debían hacer las damas de alta sociedad. Y les repetía la dosis, si pintaban desnudos, como lo hizo con artistas de la época. Miles de seres humanos que fueron asesinados por 'los pájaros' (sicarios de los conservadores), no tuvieron cristiana sepultura porque pertenecían a 'la chusma gaitanista'. Hubo que velarlos en sus casas y enterrarlos en su propio patio. No bautizaban 'hijos de liberales'. En los colegios católicos, a los estudiantes zurdos les amarraban la mano izquierda dizque porque era 'la mano del diablo' y era pecado escribir con ella; les frustraron su futuro, muchos no volvieron al estudio. Todos los perros que cuidaban las instalaciones del clero, se llamaban 'Trostky'.
Dice la escritora Sara Pozos, en su blog, enero 15 de 2008:
'Ni avances tecnológicos ni apertura ideológica ni cambio social; ni siquiera cambio de un hombre elegido por los hombres para dirigir a una institución como la iglesia Católica, ha logrado impedir que el actual Papa regrese, sino a las catacumbas, sí al medievo en franca evidencia de retornar a la época en la que el poder absoluto (el terrenal y el religioso) eran uno sólo en la persona del Papa.
El pasado domingo, Benedicto XVI, por primera vez en público, celebró una misa de espaldas a los fieles, tal como se hacía en la antigua liturgia apenas reactivada hace seis meses'.
No es de extrañar que den las misa de espaldas, pues de espaldas siempre han estado frente al pueblo. Se comportan como un partido político y así deberían ser tratados: ¡Partido Político Iglesia Católica!
Continúa la escritora:
'El misal que ahora reactiva el actual Papa fue promulgado en 1570 por Pío V luego del Concilio de Trento. El misal sufrió numerosas modificaciones , la última de las cuales data de la época de Juan XXIII en 1962.
Ahora bien, la misa es lo de menos porque el punto central no está en las formas sino en el fondo. Y el fondo del asunto es que el actual Papa ha decidido realizar reformas a las prácticas y el culto que tenían vigencia en el ritual católico, para retornarlas a las prácticas antiguas datadas en las postrimerías del siglo XVI. Lo hace, claro está, como máximo jerarca de esa religión. Pero el asunto no queda ahí. El fondo trasciende más allá del ritual católico porque intenta impactar, con profundo dolo, todo lo relacionado con la vida política y pública, social y cultural de los países en los que la iglesia Católica había perdido la mayor parte de sus fueros y prerrogativas para, simple y sencillamente, recobrarlos. Además de lo anterior, el objetivo central de aplanadora 'celestial', es la instauración de Estados confesionales (obviamente católicos) en todo el mundo.
Para lograrlo, es decir, para recobrar esos privilegios perdidos e instaurar los Estados confesionales, el Vaticano impulsa políticas institucionales que destruyen el Estado laico, por ejemplo; emplea estrategias diplomáticas y políticas, acciones concretas como el cabildeo para tergiversar el concepto de libertad religiosa, para emplazar al mundo en materia de comunicación social y derechos humanos, para corromper la política pública e imponer, con denuedo, su particular forma de ver y concebir la vida. Lo que no deja de admirarme en todo este asunto es la insistencia y consistencia, disciplina diría, con que hacen las cosas. En nuestro país hemos sufrido los embates en y desde todos los puntos posibles en contra del Estado laico. Declaraciones, provocaciones, acciones específicas, etc., cualquier cosa se vale incluso que los jerarcas religiosos opinen sobre lo que no es de su incumbencia e inciten a la desobediencia civil al fin que -dicen los partidarios de regresarnos a vivir tiempos obsoletos-, la libertad de expresión la tienen también los Jerarcas religiosos'.
Que la cavernaria Iglesia Católica quiera ser 'mediadora' cuando desde los púlpitos y las aulas de sus colegios y universidades ha arengado y apoyado la infamia y la narcodemocracia en Colombia, suena más que sospechoso. Bueno sería que las FARC-EP abrieran los ojos, pues acá hay algo muy oscuro y no es precisamente la sotana sacerdotal.
Ante los falsos positivos y el desespero de las rancias oligarquías venezolana y colombiana, me temo mucho que haya disparos en la marcha del 4 de febrero y luego le echen la culpa a las FARC-EP o a Chávez.
*Escritor y analista político internacional |