Saludos desde España. Traté de contactar con Uds. a través de Comisión internacional "elbarcinocolombia". Dirección de correo que obtuve de la página oficial de las FARC-EP, a la que ahora no tengo acceso no sé por qué. Participo de diversas organizaciones comunistas en mi país. Fundamentalmente trabajo con la Unión de Juventudes Comunistas de España. En cualquier caso, la contestación que recibí de la tal comisión internacional me resultó un tanto extraña por la forma del mensaje. Que parecía una traducción forzada y desafortunada que invitaba a pensar que quien me respondía no sabía español. Además parecía inquieto por sacarme una información que presuponía que yo debía de manejar, así que me echó un poco para atrás. Desconfié de estar tratando realmente con un interlocutor del PC3 o de la guerrilla. Por otro lado tuve relación con varios dirigentes de la JUCO con los que anduve tratando un tema pero con los que he perdido contacto. A grandes rasgos, digamos que pienso que la globalización y la ruptura de fronteras a nivel mundial sobre la que tanto alerta parte de la izquierda, es una perspectiva bastante equivocada. Es cierto que organismos supranacionales antidemocráticos como el BM, el FMI, o la OMC, han servido de caballo de Troya a los profetas del libre mercado para romper con los modelos desarrollistas en Latinoamérica o con los vestigios del keynesianismo en Europa. Pero no es menos cierto, que frente a la debacle económica y social que dichas actuaciones supusieron allí donde se aplicaron, se ha considerado por parte de las oligarquías nacionales que es vía más provechosa la de crear corporaciones estatales que aúnen la fuerza política de los estados burgueses con la económica del capital privado, enfrentando en coalición a la tercera fuerza social en discordia: la clase obrera y sus sindicatos. En cualquier caso, lejos de borrarse las fronteras dentro de una especie de globo económico universal, lo que la caída del bloque soviético supuso, fue la aparición de diversos bloques regionales fuertes que compiten desde el capitalismo por la hegemonía en los mercados y por el control de la periferia económica. Ha desaparecido, esto es correcto, el enfrentamiento ideológico entre los antiguos bloques. Pero el choque persiste desde la unicidad del sistema imperante. Así pues, Norteamérica, Europa, Rusia o Japón luchan desde sus particulares "corporaciones regionales" por la hegemonía mundial y tratan de usar las organizaciones como el FMI en provecho de su propio bloque regional o del conjunto del sistema cuando la situación lo requiere. Pese al intrusismo de los monetaristas de Friedman en este tipo de organismos. En esta coyuntura emerge en América latina la luz primera de un bloque alternativo que enfrenta, no solo económicamente, sino desde un plano ideológico, al resto de protagonistas imbuidos del sistema capitalista. Es decir, que podríamos estar asistiendo a la gestación de una especie de unión soviética latinoamericana. Dentro de esta hipotética situación de alumbramiento, Colombia debe jugar una carta decisiva. Una victoria comunista allí supondría el giro definitivo hacia el socialismo de la revolución bolivariana. Actuando además como catalizador de un proceso creciente de "unificación política y territorial" en Latinoamérica. En el contexto de endurecimiento del capitalismo en los países del centro económico, la necesidad de un referente ideológico revolucionario se presenta como un factor necesario. Al objeto de romper con la creciente crispación que la precariedad laboral y de calidad de vida imprimen a los ciudadanos del centro que caen a los brazos del discurso ultraderechista y xenófobo, como consecuencia de la fragmentación y el descredito de los grupúsculos socialistas occidentales. Las condiciones objetivas para una revolución socialista en Europa, por ejemplo, se dan sobradamente. Pero la inhibición del condicionante subjetivo es tan descomunal, que resulta utópico pensar en la posibilidad siquiera de empezar a trabajar en sentar las bases de un movimiento revolucionario fuerte y unificado. El dominio absoluto de los medios por parte de las oligarquías, la des concienciación rotunda de la clase trabajadora que ha perdido la conciencia, no ya de clase para sí, sino incluso de clase en sí. El descredito de una izquierda que no ha sabido levantarse tras el batacazo del modelo soviético, la usurpación de símbolos y términos por parte de una socialdemocracia del libre mercado que han vaciado de contenido el discurso revolucionario, la gran mentira del terrorismo. La conceptualización del enemigo imperialista como la del yankee en exclusivo, cuando los demás bloques son igualmente imperialistas....en fin. Se necesita un poco de luz que alumbre de nuevo, iluminando el sendero del socialismo con la plenitud de significado de los términos puros de antaño. Y ahí están Chávez y Cuba. Correa, Ortega, Morales...y las FARC. Fundamentalmente las FARC por la rigidez de sus principios y porque una toma del poder por las armas, le daría la posibilidad de implementar sus políticas sin rebajarlas. De forma íntegra y contundente, evitando la posibilidad de perderse o diluirse en negociaciones o tensiones tales que difuminen sus objetivos. Por todo ello, como comunista, siento el deber de participar activamente allí donde sea más urgente y más decisivo el enfrentamiento. Tal análisis es el que me lleva a querer ingresar en una guerrilla marxista como las FARC. No porque quiera luchar por Colombia. Sino porque quiero luchar por el socialismo. Y el frente más importante hoy por hoy es el colombiano. Quiero por tanto empuñar los fusiles por EL SOCIALISMO EN COLOMBIA. Que es en definitiva, luchar por el pueblo de Colombia y a la postre por Colombia como nación soberana. Si bien quería aclarar y poner el acento en el aspecto más fundamental de mi enfoque. Mi concepción es absolutamente internacionalista y confío que también lo sea la del PC3, aunque hoy viva absorto, como es lógico, en la lucha concreta de su pueblo. No obstante, como consecuencia de la pérdida de contacto con los militantes de la JUCO, no dispongo de enlaces a través de los cuales contactar directamente con elementos de la guerrilla. Solo obtuve la persuasión respecto de tratar de contactar yo directamente y por mi cuenta en territorio colombiano. Se me advirtió del riesgo de tal empresa y se me avino a acreditar mi militancia comunista y exponer mis intenciones en un escrito oficial de la UJCE. No obstante, esto no parece viable por no querer la citada organización implicarse en enviar de forma oficial a uno de sus miembros a una organización calificada como "terrorista", lo que podría acarrearle graves problemas. En tales circunstancias no puedo sino recurrir directamente a ustedes aún a sabiendas de lo indiscreto del medio. Espero y confío en que contacten conmigo a la brevedad y colaboren en facilitarme una salida para éste callejón en que me encuentro desde hace unos meses. Atentamente, desde España Espero su respuesta Camarada Juan Vallejo Todo ruedas: información práctica y todo el glamour del mundo del motor. MSN Estilo y Tendencias |