Los hospitales de Bagdad están bajo presión por el elevado número de víctimas. |
Funcionarios de salud informaron que más de 400 personas murieron durante las últimas cuatro semanas en la capital de Irak, Bagdad, a raíz de los enfrentamientos entre las fuerzas iraquíes y estadounidenses, y combatientes chiitas fieles al clérigo Muqtada al Sadr.
La mayor parte de la violencia, generada tras la ofensiva gubernamental contras las milicias chiitas, se han producido en el distrito de Ciudad Sadr.
Mientras tanto, se informó que dos soldados estadounidenses murieron durante los choques en Bagdad, con lo cual llegó a 46 el número de militares estadounidenses fallecidos en Irak durante abril.
Se trata del mes más letal para las tropas estadounidenses desde septiembre del año pasado cuando fallecieron 65 soldados.
Según cifras de la página de internet independiente icasualties.org, 4.058 soldados estadounidenses y 310 soldados de otros países han fallecido desde la invasión de 2003.
Hospitales al borde
El corresponsal de la BBC en Bagdad, Clive Myrie, indicó que los dos principales hospitales de Ciudad Sadr están al límite de su capacidad para tratar a las víctimas.
Ciudad Sadr ha sido el mayor foco de los enfrentamientos. |
Funcionarios del Hospital General de Sadr y del Hospital Imam Ali dijeron que 400 personas fallecieron y otras 2.500 resultaron heridas, desde el final de marzo.
Señala Myrie que en ambos hospitales hay preocupación por la escasez de agua limpia y la falta de suficientes especialistas para tratar a las víctimas.
Durante cuatro semanas el gobierno iraquí ha estado intentando desarmar a los miembros del "Ejército del Mahdi", leales al clérigo al Sadr.
Las tropas del gobierno lograron hacer retroceder a los combatientes chiitas en la ciudad sureña de Basora y siguen confiados en lograr lo mismo en Ciudad Sadr.
Sin embargo, nuestro corresponsal subraya que se trata de una populosa zona de la capital donde viven aproximadamente tres millones de personas.
Allí, agrega, los combates son de calle a calle y de puerta a puerta por lo que era inevitable que se produjera un elevado número de víctimas.