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Wikileaks: Venezuelan ambassador Freddy Balzan emails 2005-2008
- To: "potero" <potero@rhc.cu>
- Subject: Fidel, Raúl, el pueblo cubano, por Manuel Yepe
- From: Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>
- Date: Fri, 25 Aug 2006 16:54:24 -0400
Title: RAUL EN POCAS PALABRAS
FIDEL, RAUL, EL PUEBLO CUBANO Por Manuel E. Yepe* Un amigo europeo, residente en Cuba por motivos de negocios desde
hace algún tiempo, se mostraba sorprendido por el hecho de que los cubanos,
“tan apasionados”, no habían reaccionado de la manera que él suponía que lo
harían en ocasión del anuncio de la quiebra de la salud de Fidel Castro. Quizás mi amigo esperaba manifestaciones místicas de duelo
por la suerte de nuestro máximo dirigente, o de miedo al derrumbe de la
revolución a la manera de Europa del Este, o de temor por la posibilidad de una
agresión oportunista estadounidense tipo Irak. “Pero ustedes están muy tranquilos y parecería que Fidel no
es tan importante y no constituye para ustedes el líder supremo insustituible
que el mundo entero cree que es”. Al día siguiente de conocerse el breve anuncio de Fidel
Castro a la nación de que sería sometido a una difícil intervención quirúrgica
con peligro grave para su vida, salía yo de vacaciones con mi familia para la provincia central de Villa
Clara y me había asaltado la duda de si debía hacerlo o no, con la preocupación
que todos teníamos por la salud y la supervivencia de quien tanto significa
para todos los cubanos y la historia de nuestra Patria. Durante más de cuatro décadas, contra nuestra nación se lleva
a cabo una intensa y extensa campaña mediática que complementa un sinnúmero de acciones
encaminadas a desmontar todo el sistema de relaciones que los cubanos nos hemos
dado. Esta campaña se estructura en torno a la idea de que la revolución cubana
es obra de un solo hombre, su máximo dirigente: Fidel Castro. Según documentos oficiales de los Estados Unidos de América,
contra la vida de Fidel Castro, las organizaciones de inteligencia,
contrainteligencia, subversión y terrorismo de los Estados Unidos han llevado a
cabo más de seiscientos atentados que felizmente han podido ser frustrados. En los años más recientes, los gobiernos de Estados Unidos, como
alternativa a los planes magnicidas reiteradamente denunciados y fuertemente
repudiados por la opinión pública estadounidense y mundial, y quizás llevados
por sus propias fábulas acerca del
carácter unipersonal de la conducción de la revolución cubana, asumieron una
posición expectativa de la muerte de Fidel Castro como requisito para el
derrumbe de la revolución cubana. En los actuales planes intervencionistas contra Cuba del
Presidente George W.Bush,
en particular los de la “transición a la democracia” presentados por los
Secretarios de Estado Colin Powell,
en 2004, y Condolezza Rice, en 2006, se delinea hasta
el detalle la forma en que ocurrirá la intervención estadounidense en Parecería que, con la misma paciencia con que en el siglo
XIX el Presidente John Quincy
Adams proclamó la “doctrina de la fruta madura” que
aludía a la conveniencia de apoyar al colonialismo español contra los
independentistas cubanos hasta que existieran las condiciones para que la isla
cayera directamente en su poder, La mayor hipocresía del más reciente “plan para la
transición a la democracia en Cuba” hecho ley por el gobierno de G. W. Bush radica en que incluye un anexo secreto que, dado el
desparpajo con que anuncian sus intenciones intervencionistas contrarias al
derecho internacional, nadie duda de que se trata de planes para una agresión
militar. Durante medio siglo, Fidel Castro se ha proyectado,
consolidado y mantenido como máximo dirigente de la batalla de los cubanos por
la independencia y contra el anexionismo, pero al mismo tiempo, a lo largo de
todo el proceso de lucha, ha advertido contra el culto a la personalidad del
líder y a favor de la necesidad de que el pueblo sea siempre el protagonista
principal del combate. Esta orientación de la lucha revolucionaria ha tenido como
resultado que la identidad nacional de los cubanos se ha entretejido con
ideales de justicia, solidaridad, independencia, no discriminación y socialismo. Ante la constante agresividad de un vecino tan poderoso, la
estrategia militar defensiva de Cuba ha descansado en los principios de la de El Jefe es muy importante, pero los objetivos de la lucha no
permiten que de él dependa la victoria o la derrota, la orden de combatir está
dada y los combatientes conocen sus puestos. Tal es la orientación militar en
la que se han venido entrenando los cubanos durante muchos años. Por eso en el país que tanto debe y tanto necesita a Fidel Castro reina una absoluta
tranquilidad. Junto a las cúpulas de todas las iglesias existentes en
Cuba, el conjunto de Obispos de El bochornoso espectáculo brindado por los
contrarrevolucionarios de Miami que celebraron “la muerte de Fidel” produjo una
profunda indignación en Cuba, pero también ofendió a la opinión pública de
Estados Unidos y lleno de vergüenza a la
mayor parte de los cubanos residentes en ese país. Tan indigna actuación y sus efectos solo son comparables con
lo ocurrido en ocasión de la devolución a su padre en Cuba del niño cubano Elíán
González, secuestrado en Miami. Es evidente que la reacción popular de respaldo a la
continuidad institucional por cauces constitucionales, representada por la
asunción temporal de Pero solo ha sido este movimiento y la lógica preocupación
de la población por la salud del Presidente lo que ha afectado de alguna manera
la cotidianidad cubana en este verano tan caluroso. Durante la semana de vacaciones que pasé con mi familia en
Santa Clara compartimos con gente que expresaba optimismo y la esperanza de que
Fidel recuperaría su salud, junto con la certeza de
que si ocurriera lo contrario, su obra no se perdería porque es patrimonio de
todo el pueblo. Así lo vi en la gente que presenciaba la retreta de la banda
municipal en el parque Vidal, ante el monumento a Che Guevara, en la sala
teatro que estrenaba la película sobre la vida del genial cantante Benny Moré, en las tiendas, los bares y restaurantes, las piscinas,
las iglesias. Así lo deben haber apreciado también miles de turistas
extranjeros que visitaban esa ciudad de la zona central de Cuba… o cualquier
otro punto de la geografía insular de este país. La seguridad y la tranquilidad de que disfrutamos hoy los
cubanos derivan de la conciencia que tenemos de la fuerza que nos da nuestra
unidad y nuestra independencia. Y esto es prueba de lo importante que ha sido y sigue siendo
Fidel Castro para la revolución cubana y nuestro pueblo. *Manuel E. Yepe Menéndez es Secretario del Movimiento Cubano por |
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