Internacional y Diplomacia
Chávez frenó actividades de Roger Capella en Argentina
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Daniel Gallo
La Nación
BUENOS AIRES
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El presidente de V enezuela, Hugo Chávez, frenó el martes la "diplomacia activa" que su embajador Roger Capella venía desarrollando en Argentina. Después de que se divulgaran sus repetidos contactos con piqueteros y las visitas a barrios pobres para ofrecer asistencia social, el diplomático recibió desde Caracas la orden de bajar su exposición pública.
Así lo confirmaron fuentes de la Cancillería argentina que están al tanto de esa decisión.
En el Palacio San Martín -sede del Ministerio de Relaciones Exteriores- negaron que el Gobierno hubiera solicitado al embajador de Venezuela en Buenos Aires que limitara su acción. Por el contrario, funcionarios argentinos señalaron que tenían conocimiento de que fue el gobierno de Caracas el que instruyó a Capella en ese sentido.
"Parece que sus jefes tenían cierto malestar con él", dijeron informantes de la Cancillería.
Un hecho que pareció confirmar la directiva recibida por Capella fue su ausencia en un seminario organizado el martes por la embajada de Venezuela en la Confederación General del Trabajo. El embajador tenía previsto encabezar ese encuentro, cuyo título fue Pueblo y Ejército. En el programa figuraba como expositor el general de división venezolano Alberto Müller Rojas.
Media hora antes del comienzo, el dirigente sindical Julio Piumato, coorganizador del seminario y hombre de confianza del dirigente de la CGT, Hugo Moyano, recibió una llamada telefónica de Capella para comunicar que la delegación venezolana no asistiría a la cita.
"La Cancillería venezolana ordenó al embajador Capella que interrumpiese todas sus actividades públicas para no dar excusas a las campañas en contra de él", dijo Piumato al referirse a la ausencia de los venezolanos.
Capella quedó en el foco de la controversia cuando se supo de su reunión con Luis D Elía, entonces subsecretario de Tierras, tras la cual el ex piquetero se acercó a la embajada de Irán para solidarizarse con ese país por los pedidos de captura internacional que firmó el juez Rodolfo Canicoba Corral en la causa AMIA.
Venezuela e Irán mantienen una alianza estratégica, cuyos nexos llegaron así a la Argentina.
La Nación publicó, además, la controvertida agenda pública del embajador Capella, que incluye el armado de "brigadas" piqueteras para hacer trabajo social en Venezuela, charlas en villas de emergencia de Buenos Aires, encuentros con cooperativas en el interior del país y, fundamentalmente, el uso del asistencialismo como forma de crear redes de adherentes al movimiento encabezado por Chávez.
La charla que ayer quedó en la CGT sin sus principales oradores no es, por cierto, habitual. El tema de la relación entre "el Ejército y el pueblo" tiene todavía en Argentina importantes condicionantes históricos. Es una certeza que cualquier militar argentino hubiese sido sancionado por participar en un seminario de esas características. Sin embargo, ayer el expositor esperado era un general venezolano.
Piumato, secretario de Derechos Humanos de la CGT, tomó la palabra y aseguró que "el apoyo de las Fuerzas Armadas es determinante para hacer frente a los embates de la oligarquía venezolana". Frustrada la reunión, los hombres de la CGT concertaron un encuentro con el general Müller Rojas en la privacidad de la embajada de Venezuela.
Las nuevas órdenes desde Caracas pusieron en duda las actividades que ya tenía pautadas el embajador Capella.
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