La ONG
Periodistas por la Verdad denuncia ante la comunidad
nacional e internacional el trasfondo antidemocrático, imperial y fascista
que nuevamente reúne a los integrantes de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) quienes se encuentran en
México en la 62 asamblea de este organismo, con el propósito único de
atentar contra las libertades colectivas de los ciudadanos y ciudadanos de
varios países del continente americano, específicamente de la República
Bolivariana de Venezuela a cuyo gobierno pretenden acusar
en los próximos días de atropellar la libertad de prensa y de expresión.
Cómplices del poder hegemónico y mercaderes de la noticia que
humilla y denigra a todos los pueblos del mundo, estos propietarios de
medios de información y propaganda manifiestan sentirse “preocupados por
la libertad de prensa en el ámbito latinoamericano”, cuando son ellos
desde sus trincheras sectarias y exclusivas quienes promueven golpes de
Estado, magnicidios, ecocidios, miseria, neoliberalismo salvaje y
depredador; violencia en todas sus facetas, individualismo y, en fin, todo
un conglomerado de antivalores que prioriza la anticultura de la muerte
por encima de la cultura de la vida.
Inmersos en rutinas que
buscan ganancia de poder en todas sus expresiones, este grupo de
empresarios, ya conocidos por sus inmensas fortunas y por la ambición
enfermiza que los caracteriza, son responsables de la agresión sistemática
que día tras día padece la libertad de prensa en el mundo. Un escueto
paneo por la realidad geopolítica de varios países bastaría para reconocer
en ellos la autoría de feroces campañas emprendidas contra la dignidad
humana, por ejemplo, las matrices de opinión que apuntaron y apuntan
contra el pueblo boliviano por su legítimo derecho a nacionalizar sus
hidrocarburos; las bestiales y reiteradas arremetidas contra los hermanos
mexicanos que tratan de emigrar hacia los minados territorios de los
Estados Unidos; el bloqueo y manipulación informativos que exponen contra
el pueblo cubano; la defensa a ultranza que hacen del Imperio cuando éste
acribilla a los pueblos palestino, iraquí y afgano, entre muchos otros
casos. El desprecio y discriminación con que llenan los espacios de sus
medios, los señores de la SIP, son más que atentados diarios contra la
libertad de prensa y expresión, son en verdad atentados contra la vida.
¿Quiénes se creen estos señores para considerarse tribunal que
condena a unos y libera de culpas a otros en nombre de la libertad de
prensa?, ¿A qué libertad de prensa se refieren estos señores?, ¿A la
libertad de prensa que permitió y permite los miles de desaparecidos de
Chile y en Paraguay?, ¿A la libertad de prensa que promovió la trata de
blancas y tráfico de cocaína en Colombia y en Haití? ¿En nombre de que
libertad de prensa se reúnen estos señores? Estos propietarios de medios
de información y propaganda deberían ser juzgados por tribunales
internacionales debido a la terrible causa de atentar contra el principal
de todos los derechos del ser humano, como lo es su derecho a la vida,
porque esta siembra de antivalores que promueven fecundamente los señores
de la SIP desde sus trincheras de poder, es precisamente una de las armas
más letales de que tenga conocimiento la humanidad entera.
Quienes
nos congregamos en la Organización no Gubernamental Periodistas por la
Verdad estamos seguros y de ello queremos dejar constancia ante los ojos y
la conciencia del mundo, que el motivo de la reunión de la SIP en México
no es más que una cortina de humo, un burdo pretexto para condenar a
gobiernos electos de manera libre y soberana como resultan los casos de
Brasil y Venezuela, donde prontamente se efectuarán elecciones
presidenciales y donde sus miembros hoy reunidos en la SIP están
claramente identificados con los partidos de oposición a Lula y a Chávez,
respectivamente.
Los ciudadanos y ciudadanas del mundo debemos
condenar los actos de la SIP porque sus miembros han pervertido la
profesión y práctica del periodismo y la han puesto al servicio de sus
intereses individuales, negando desde toda perspectiva el carácter
colectivo de tan edificante oficio. Nada más perverso que las campañas
discriminatorias que a diario circulan en los espacios de los medios de
los señores de la SIP, quienes promueven el odio racial, el
desmembramiento de la familia, la violencia contra la mujer y la
institución de la democracia, por sólo nombrar algunos ejemplos.
Quienes hoy se reúnen en la 62 asamblea de la Sociedad
Interamericana de Prensa son los mismo que operan en
Venezuela como comando de campaña del candidato Manuel Rosales, lo cual
más público y más notorio no puede ser. Quienes hoy se reúnen en la SIP
son los mismos que acorralan a la presidenta
Bachelet para que no apoye a Venezuela ante el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. Quienes hoy se reúnen en México en
nombre de la Libertad de prensa son los mismos que apoyaron y apoyan al
terrorista Luis Posada Carriles y son los mismos que auparon el asesinato
de sacerdotes en El Salvador; los mismos que exigen ministerios y se
niegan a pagar impuestos y chantajean, precisamente, en nombre de la
libertad de prensa.
Nosotros, Periodistas por la Verdad,
advertimos una vez más sobre el hecho de que a los señores de la SIP no
les importa en absoluto la libertad de prensa, lo que buscan los señores
de la SIP es perpetuar mecanismos de dominación para seguir concentrando
mucho más poder y en consecuencia acrecentar la brecha existente entre los
incluidos y los excluidos del mundo. Nosotros, Periodistas por la Verdad,
creemos que es el momento de quitarles las máscaras a los socios de la SIP
y advertir al mundo sobre su nefasta presencia. Nosotros, Periodistas por
la Verdad, consideramos que es el momento de impedir que los señores de la
SIP, en nombre del Imperio, impongan su agenda partidista y opresora para
sabotear la libre determinación de los pueblos.
Caracas,
Venezuela, a los 30 días del mes de septiembre de
2006