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- To: "freddy" <freddyb1506@cantv.net>
- Subject: RV: [alai-amlatina] Elecciones en Brasil: el fin de la militancia apasionada
- From: María Céspedes <macel@rhc.cu>
- Date: Fri, 12 Jul 1996 14:46:48 -0400
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----- Original Message ----- >From: ALAI <info@alainet.org> To: <alai-amlatina@listas.alainet.org> Sent: Wednesday, September 20, 2006 6:31 PM Subject: [alai-amlatina] Elecciones en Brasil: el fin de la militancia apasionada > - - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - - > > Elecciones en Brasil: el fin de la militancia apasionada > > Elaine Tavares > > ALAI AMLATINA, 20/09/2006, Santa Catarina.- Mañana de sábado, día de sol > de una primavera que se viene. El pueblo brasileño concurrirá a las > elecciones generales, el próximo primero de octubre, en el que elegirán > presidente, senadores, diputados federales y provinciales. En otros > tiempos, esta sería la hora perfecta para que los militantes estén en la > calle. En Florianópolis, al sur de Brasil, la mañana del sábado es el > tiempo en que el centro de la ciudad vibra y la gente circula, de paseo > o de compras. Pero, no sin motivo, no hay militantes. Hay, es cierto, > banderas y distribución de panfletos. Sólo que las personas que están > allí, en función de la campaña, no son más aquellos viejos apasionados > de los tiempos de antaño, cuando la izquierda soñaba con la posibilidad > de poder dirigir los destinos del país. > > Mucho de ese sueño fue soñado con el Partido de los Trabajadores (PT). > Por veinte años, se fue gestando, desde la base, un proyecto de país que > fuese soberano, democrático / participativo y popular. Con un costo alto > -de energías, pérdidas y sudores- muchas ciudades fueron conquistadas > electoralmente y algunas de ellas presentaron experiencias > revolucionarias en la forma de gestionar la vida -con el presupuesto > participativo- en la educación, en la salud. Todo parecía ir en > dirección del camino que miles de seres reconocían como suyo. El camino > de la participación de la mayoría. Pero, en medio del recorrido, el > partido se fue separando de la base, burocratizándose, apuntando más a > la vía institucional que a la organización popular y, al cabo de veinte > años, era una sólida estructura con ramificaciones en los parlamentos de > todos los estados, con cientos de prefecturas, algunos estados, pero > perdido de su trabajo popular. > > La campaña presidencial de 2002 constituyó el origen de este desajuste. > Después de dos derrotas seguidas, trabajando con un programa más a la > izquierda, el Partido de los Trabajadores decidió establecer una alianza > con el Partido Liberal (considerado siempre de derecha) y encaminó su > programa de gobierno hacia la ruta socialdemócrata. En ese desvío hacia > el centro, el PT ya perdió una buena parte de sus militantes históricos. > El periodo preelectoral fue de mucha discusión y disputa. Hegemonizada > por la fuerza llamada de “articulación”, la máquina partidaria no logró > girar el timón hacia la izquierda y el PT cedió en sus propuestas más > radicales. El programa de gobierno, construido con los liberales, era > completamente satisfactorio para la burguesía industrial nacional, para > los latifundistas y para las empresas extranjeras. Lula podría ser > elegido sin la posibilidad de un “susto socialista”. El acuerdo amansaba > al PT, daba aires de izquierda al país, pero, en verdad, no cambiaba > nada. Llegaba entonces la hora del PT de ser poder. > > No fue sin ton ni son que los cuatro años del gobierno Lula fueron los > más desmovilizantes de la historia reciente del país. En el primer año, > hablando de “modernizar” la vida de todos, Lula envió al Congreso > Nacional una propuesta de reforma al Seguro Social. Todavía embriagados > por la idea de que quien ocupaba el cargo de presidente era el > “compañero sindicalista”, los trabajadores -en su mayoría- creyeron que > la reforma era para mejorar la vida. No fue así. La reforma sirvió > únicamente para legalizar y fortalecer los Fondos de Pensión que, más > tarde, en el escándalo del “mensalão”(1), mostró a quienes servía. > Muchos nombres de la cúpula del PT aparecieron como dirigentes de los > fondos. Nada más fisiológico. > > Ese primer embate también repercutió en los trabajadores organizados, > que se dividieron. La mayor central de América Latina, la Central Única > de Trabajadores, CUT, apoyó la reforma que recortaba derechos y muchos > sindicatos iniciaron un proceso de desafiliación. La promesa de tres > nuevas reformas: la sindical (que da todo el poder a las Centrales); la > laboral (que recorta más derechos) y la universitaria (que privatiza y > desmonta la universidad pública) fue la gota de agua que contribuyó a > una mayor división. Sin el apoyo de la Central, miles de trabajadores > iniciaron un proceso de organización fuera del circuito del poder, > creando la Coordinación Nacional de Luchas. Mientras tanto, la simbiosis > entre la CUT y el gobierno llegaba a tal punto que el presidente de la > Central fue corcovado para ser ministro. En muchos movimientos, la lucha > se congeló debido a la decisión de varios dirigentes de ponerse del lado > del gobierno y en contra de los intereses de los trabajadores. Este > proceso de lucha interna de la clase trabajadora continúa hasta hoy, > debilitando las luchas y fortaleciendo al gobierno que sigue firme en la > implantación de su política neoliberal, que tanto gusta al imperio. > > En el campo de lo social, el gobierno Lula ganó a las masas empobrecidas > con los programas Hambre Cero y la Bolsa Familia que son, en verdad, > respuestas insuficientes y precarias al problema de la pobreza. La > transferencia de renta no es, en sí, mala. Todo lo contrario. Pero, la > forma como es utilizada por el gobierno Lula sirve sólo para suscitar la > “gratitud” de los empobrecidos que son, actualmente, un ejército de > votantes. Así, sin un trabajo de emancipación, las gentes acaban > volviéndose dependientes de los recursos gubernamentales, sin ninguna > posibilidad de trascendencia porque, al final, el modelo de desarrollo > del país es el mismo que el que hace siglos ha impuesto la elite > dominante. No hay ningún plan para superar el binomio > dependencia/superexplotación que caracteriza la manera de encarar la > vida económica del país. La clase dominante no quiere el encargo de ser > la clase dirigente. Se siente muy bien como gerente sumisa del gran > capital. Y, Lula, en la silla presidencial, aparece como un inofensivo > subgerente, sin mayores arrebatos de rebeldía. Como él mismo dice, su > mejor cualidad es la de la negociación. Todo puede ser negociado, > inclusive la idea de un país soberano y popular. > > > Los candidatos > > En el horizonte de las elecciones presidenciales, los candidatos > designados para hacer frente al candidato Lula del PT (que está > coaligado con el Partido Republicano Brasileño, PRB, y el Partido > Comunista de Brasil, el PCDOB, contando con el apoyo del PL, PPS y > PMDB), están en franca desventaja. Con todos los medios de información a > su favor, Lula es el preferido en las encuestas de opinión. Geraldo > Alkmin, del Partido de la Social Demócrata Brasileño, PSDB (que forma > una extraña coalición con la derecha pura y dura, el Partido del Frente > Liberal, PFL, y el Partido Popular Socialista, PPS, disidente del > antiguo partido), representa lo viejo, aquello que ya fue experimentado > por ocho años con Fernando Henrique Cardoso. Sus posibilidades son > pequeñas, a pesar de que la burguesía del Estado de São Paulo tiene > mucho poder. Lo que pasa es que Lula también está subyugado y sirve al > mismo proyecto. Entonces, al momento de escoger entre el viejo > desgastado y el que ya está, puede ser más cómodo dejarlo cómo está. > Para usar una analogía que tanto gusta al presidente: “Un equipo que > está ganando, no se mueve. > > EL PDT, que tiene – por obra de Leonel Brizola – toda una tradición de > nacionalismo, presenta como candidato a Cristóvão Buarque, que proviene > de las filas del PT, habiendo sido gobernador del DF, senador y > ministro, siempre bajo la bandera petista. Salió del partido en el 2005, > cuando dejó de ser ministro. Por lo tanto, no representa nada nuevo. Su > discurso inclinado a la socialdemocracia, pone énfasis en la educación, > señalando que va a hacer lo que no pudo hacer cuando fue ministro de > Lula. No es muy creíble. Los demás partidos menores como el Partido > Republicano Progresista, PRP, que tiene también a una mujer como > candidata, Ana Maria Rangel; el Partido Social Democratacristiano, PSDC, > con José Emayel; y el Partido Social Liberal, PSL, con Luciano Bivar, > compiten por difundir sus mensajes, sin mayores posibilidades de éxito. > > En representación de la izquierda está la candidatura de Heloísa Helena, > exsenadora petista, quien fue expulsada del PT por estar en desacuerdo > con la Reforma del Seguro Social propuesta por Lula. En esa ocasión, > ella se posicionó del lado de las reivindicaciones de los trabajadores, > denunció lo absurdo que sería entregar la tercera edad a la iniciativa > privada y votó contra el gobierno. Ella sufrió el oprobio público y fue > expulsada junto con otros tres diputados federales, que también votaron > contra el proyecto. Desde entonces, los expulsados y sus simpatizantes > decidieron crear un nuevo partido para reorganizar la lucha que había > sido desarticulada con la división de los trabajadores. Poco tiempo > después se creó el PSOL, Partido del Socialismo y de la Libertad, con el > cual Heloísa disputa las elecciones este año, en coalición con el > Partido Socialista de los Trabajadores Unificados, el PSTU, y el partido > Comunista Brasileño, el PCB. > > La crítica que parte de la izquierda formula al PSOL es justamente el > hecho de ser un partido nacido desde arriba hacia abajo, sin una > organización surgida de la base. En realidad, el PSOL ha optado por > seguir el mismo viejo camino de la institucionalidad. Disputa las > elecciones antes incluso de enraizarse en la vida de la gente. Aún así, > la senadora puede atraer muchos votos y eso ya se confirma con el > crecimiento sistemático verificado por las encuestas de opinión. Hay > quienes dicen incluso que podría haber una segunda vuelta entre Lula y > Heloísa. > > > La falta de un movimiento rebelde > > El hecho es que en este escenario está faltando un componente muy > importante: la gente organizada. La política de cooptación de liderazgos > laborales promovida por el gobierno Lula escindió a los trabajadores, > los movimientos sociales están paralizados, no hay hoy ningún movimiento > capaz de imponer una agenda más radical. Los sindicatos están, en su > mayoría, apoyando al gobierno. Los pocos luchadores sociales críticos, > militantes de izquierda y personas vinculadas a los movimientos > populares, predican en el desierto. Todavía está muy enraizada en la > gente la idea de que Lula es un hijo de la clase trabajadora y, por lo > tanto, incapaz de perjudicarla. Además, hay una gran parte de los > electores que están hartos de escándalos de corrupción -como el del > "mensalão" (en el cual el gobierno compró parlamentarios para votar a > favor de la reforma del Seguro Social) o el de la mafia de las > ambulancias (en el que más de 80 diputados están involucrados en el robo > del dinero público)- y no van a participar en la elección. Eso significa > que el porcentaje de votos blancos y nulos podría ser el mayor de la > historia en un país donde es obligatorio comparecer a las urnas. > > Y es en este baile de las sillas que reanudamos aquel sábado de mañana, > donde banderas y pancartas son cargadas por gente que, la mayoría de las > veces, sólo está ganando un dinero o trabaja directamente con el > candidato en cuestión. No se ve aquella militancia aguerrida, típica de > los años 80 y 90, de gente que cargaba más que una bandera. Llevaba un > sueño de un gobierno popular. Ese gobierno no llegó y los movimientos > están quebrantados. Por otro lado, aquellos que todavía se permiten > perseguir el sueño socialista, y son la resistencia, están arando la > tierra. Quizás sea hora de remover la tierra y sembrar. Las semillas > brotarán, porque no es posible que Brasil quede fuera de esta ola > gigantesca que se viene levantando en los Andes y en los países del > norte de “nuestra América”. (Traducción ALAI) > > - Elaine Tavares – periodista de OLA/UFSC. OLA es un proyecto de > observación y análisis de las luchas populares en América Latina. > http://www.ola.cse.ufsc.br > > > Nota > > (1) NDLR.- Escándalo en el gobierno de Lula por la compra de votos a los > parlamentarios para aprobar las reformas de la Seguridad Social, por > medio de mesadas entre el 2005 y 2006. > > > _____________________________________________ > Servicio Informativo "Alai-amlatina" > Agencia Latinoamericana de Informacion - ALAI > info@alainet.org > URL: http://alainet.org > > Suscripciones: http://listas.alainet.org/listas/subscribe/alai-amlatina > Desuscripciones: mailto:sympa@listas.alainet.org?subject=UNS%20alai-amlatina > > > >
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