ATENTADOS Y CONJURAS...

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

 

 

Date sent:                  Sat, 04 Nov 2006 12:39:46 -0500

ATENTADOS, CONJURAS Y LA REACTIVACION DEL TERRORISMO

Por GUSTAVO ESPINOZA M. (*)

Esta vez fueron los servicios secretos de los Estados Unidos los que informaron al gobierno peruano de la supuesta “conspiración” destinada a matar al presidente García. La atribuyeron a “un selecto grupo de uniformados y civiles de ultra derecha” inquieto por el trato gubernamental al empresariado peruano, y empeñado en asegurar una gestión que preserve sin riesgo los intereses del Capital.

La nota correspondiente fue entregada por los funcionarios diplomáticos de la embajada USA al gobierno peruano, aunque el titular del puesto, James Curtis Strubble se esforzó por atenuar su efecto sosteniendo que la consideraba “poco probable”.

Dos especulaciones se han desarrollado ya en torno al tema. Unos han hablado de una “conjura”, de un “Golpe de Estado” o incluso de un “Cuartelazo” a la vieja usanza preparado contra el mandatario, subrayando sin embargo que implicaría un alevoso atentado contra la democracia establecida y la voluntad ciudadana. Otros, simplemente, han aludido a la versión original: un “accidente” aéreo provocado que costaría la vida al Jefe del Estado –ya ocurrió antes con Omar Torrijos en Panamá y Jaime Roldós en Ecuador- y que posibilitaría su reemplazo por alguien que pueda garantizar con mano más firme, la defensa de los intereses de la clase dominante.

Esta segunda versión ha resultado tan obvia que Mirko Lauer, uno de los analistas políticos mejor informados y más ligados al Presidente, se ha visto en la necesidad de abordarla no sin sutileza: “la desaparición de García pondría en el sillón de Pizarro al marino jubilado Luis Giampietri, activamente ubicado a la derecha, y el vicepresidente de más alto perfil político de que se tenga recuerdo”, ha sostenido deslizando que esa idea podría incluir una virtual acusación en su contra.

Los peruanos estamos más o menos acostumbrados al manejo de esas “informaciones”. Sabemos que muchas veces se usan simplemente como operativos psico-sociales destinados a distraer la atención ciudadana y no permitirle percibir planes mayores contra el país y sus intereses. Pero sabemos también que ellos se fabrican en laboratorios expresamente dedicados a estudiar con detenimiento la coyuntura política en la que afloran a fin de asegurarles elementales visos de verosimilitud.

Los elementos que sustentan este tipo de especulaciones, saltan a la vista.

La fuerza dominante hoy dominante en el país, es la Mafia que recupera posiciones de Poder y que busca afirmarse a partir de la impunidad para los crímenes que consumara en el pasado, y los actos de corrupción que tiene pendientes en los tribunales de justicia. Así, a lo ocurrido en Cayara, Los Molinos, Pomatambo. Accomarca o los Penales -para citar solamente algunos- hay que sumar el narcotráfico, el saqueo de la hacienda pública, la venta de las empresas del Estado, las liberaciones tributarias y otras que dieron ingentes riquezas a sus ejecutores, varios de los cuales están prófugos o simplemente “en la clandestinidad”.

En ese contexto está planteada, desde el campo popular, la lucha contra la impunidad y la corrupción, unida al combate por una salida democrática y popular a la crisis y por la recuperación de la dignidad nacional hollada por el imperialismo.

Los responsables de la guerra sucia que dejara al país una dolorosa secuela de destrucción y muerte se esmeran en las actuales circunstancias en eludir sus culpas y evitar condenas. Y recurren con tal propósito a levantar fantasmas. Extraen de la alforja elementos que les fueron útiles en el pasado y nos hablan otra vez de “la guerra interna” exaltando el papel de las instituciones armadas como “salvadoras de la democracia”. Aseguran entonces que imputarles “excesos” constituye un despropósito y además una ingratitud, dado que “el peligro” subsiste y que el terrorismo “aún no ha sido derrotado”.

En el fondo, buscan convencernos que ellos –como los militares de Videla en la Argentina martirizada- “libraron la guerra con la ley en la mano”, y que no los dejaron concluir la tarea –“los echaron del Poder”, claro-, razón por la cual puede hablarse ahora del “resurgimiento del accionar terrorista”. Suman entonces dos descomunales mentiras que hay que enfrentar.

La única “guerra” que hubo en el Perú en el pasado, fue la guerra de exterminio que se libró contra el pueblo, y que puede achacarse a los mandos castrenses nacionales y a los servicios secretos del imperialismo, que la idearon para encubrir sus latrocinios. Sendero Luminoso y  su actividad terrorista fueron apenas el pretexto que usaron para desplegar una ofensiva en todos los frentes contra un movimiento popular al que querían despedazar para que nunca más se alzara, como ocurriera con Velasco en un primer momento y la Izquierda Unida después.

Y el cantado “resurgimiento” del accionar terrorista” es una patraña similar a la anterior y se orienta a levanta el fantasma del terror como un pretexto que servirá luego para reprimir al movimiento popular antes que se reactive. Una suerte de “guerra preventiva” mediante la cual se busca envolver en una sola ola a los sectores nacionalistas, a los núcleos democráticos de la sociedad y a todas las fuerzas progresistas y revolucionarias.

Para preparar las condiciones de esa acción se busca implantar la pena de muerte para diversos delitos, legalizar la presencia de efectivos militares extranjeros en nuestro suelo, maniatar a los organismos que velan por los derechos humanos y las libertades públicas, descalificar a los sindicatos, perpetuar la división y la dispersión en el movimiento popular y quebrar la resistencia ciudadana desmoralizando y desmovilizando al pueblo.

Con una visión más amplia del tema, sus mentores, directamente vinculados a la administración Bush, enarbolan ahora la tesis del “fundamentalismo andino” para dar la imagen de una lucha internacional contra fuerzas que amagan el dominio yanqui. Meten de una misma bolsa, así a los procesos liberadores que tienen como escenario nuestro continente. En procura de convertir en realidades las formulaciones, aspiran a trasladar el escenario de la guerra contra el fundamentalismo musulmán, a esta región del mundo.

Se trata, por cierto, de una lucha compleja y difícil pero que será respondida en todos los terrenos por pueblos que comprenden cada vez mejor el sentido de su misión histórica. (fin)

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera.

      www.nuestra-bandera.com

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