Los “defensores de la libertad de prensa”
lloran lágrimas de cocodrilo porque el gobierno de Venezuela
no le renueva la concesión de transmisión por señal abierta a
la empresa de televisión RCTV, concesión que llega a su
término el 27 de mayo.
El Estado venezolano, como todos
los Estados del mundo, se reserva para si el uso y concesión
del espectro radioeléctrico del país, de conformidad con las
normas internacionales vigentes en el marco de la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT). No así la propiedad
de las empresas de servicio televisivo, que pueden ser de
carácter privado. Las plantas y los equipos de RCTV siguen
siendo propiedad de sus dueños.
De modo que el Estado
venezolano, al no renovar la concesión, sólo le impide a la
televisora la transmisión por señal abierta, mas no ordena el
cierre de la televisora como tal. RCTV no está impedida de
proseguir con su transmisión por medios cerrados a nivel
nacional (cable o satélite).
Lo cierto es que el Estado
venezolano ha dado muestras de una extrema tolerancia con los
dueños y dirigentes de dicha emisora y de otros medios
privados de comunicación que deberían estar en la cárcel por
incitación al derrocamiento del Gobierno nacional.
En
la página 5 del diario francés “Le Monde” de fecha 16 de abril
de 2002, comentando el golpe de Estado en Venezuela de abril
2002, se publicó el siguiente comentario: …'después de la
victoria de Hugo Chávez en diciembre de 1998, el derrumbe de
los partidos tradicionales condujo rápidamente a los medios de
comunicación a ocupar el vacío y a encarnar una oposición cada
vez más virulenta'.
Esos medios de comunicación
privados incitaron abiertamente al golpe de Estado y se
abstuvieron de informar cuando la situación comenzó a tornarse
favorable al retorno de Chávez al Gobierno. El canal de TV
Globovisión, el 13 de abril de 2002 a mediodía justificaba
esta autocensura, según se informa en el mismo artículo del
diario “Le Monde”, como 'la decisión de no dar informaciones
que podrían perturbar la armonía de la sociedad venezolana'.
Es notorio el paralelo con una parte de la prensa
chilena que contribuyó activamente al derrocamiento del
Presidente Salvador Allende en 1973, particularmente el diario
“El Mercurio”, generosamente subvencionado en ese entonces por
la Agencia Central de Inteligencia de Estados
Unidos.
En el Informe Church del Senado norteamericano
del año 1975: 'Acción encubierta (de Estados Unidos) en Chile
1963-1973', se dice lo siguiente:
'Con mucho, el mayor
-y probablemente el más significativo apoyo a una organización
periodística- fue el dinero proporcionado a “El Mercurio”, el
principal diario de Santiago sometido a la presión
gubernamental durante el régimen de Allende. (....). En 1971,
la estación (la CIA) estimó que “El Mercurio” no sobreviviría
a la presión del gobierno de Allende, incluyendo la
intervención en el mercado del papel de imprenta y el retiro
de los avisos del gobierno. El Comité 40 autorizó setecientos
mil dólares para “El Mercurio” el 9 de septiembre de 1971 y
agregó otros 965 mil dólares a esa autorización el 11 de abril
de 1972. Una evaluación hecha por la CIA concluyó que “El
Mercurio” y otros medios apoyados por la Agencia habían
desempeñado un importante papel en la configuración del
escenario adecuado para el golpe militar del 11 de septiembre
de 1973'.
(Covert action in Chile 1963 1973: Staff
Report of the Select Committee to Study Governmental
Operations with respect to Intelligence Activities, United
States Senate, 18 de diciembre 1975 (Church Committee). Citado
en: Jac Forton, L'impunité au Chili, Editions du CETIM,
Genéve, 1993. Una parte del informe Church está también
disponible en internet: http://www.derechos.org/nizkor/chile/doc/encubierta.html). |
|
Hugo Chávez,
primer mandatario venezolano.
|
| |