WASHINGTON, 7
(ANSA) - El
gobierno de Caracas acusó hoy a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de "mala fe" y
de "excederse" en sus atributos al ocuparse de la situación en Venezuela,
y subordinó una eventual visita in loco a una "autocrítica" del organismo
sobre su actuación durante el golpe de estado de abril de 2002 contra el
presidente, Hugo Chávez.
Durante una audiencia celebrada hoy en Washington, en el marco de su
127mo. periodo de sesiones ordinarias, la CIDH, que forma parte de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), rechazó las acusaciones de
los representantes del gobierno venezolano y exigió de manera vehemente
que "retire" lo que llamó "insultos" contra el organismo continental de
derechos humanos.
La audiencia
se llevó a cabo en una jornada con otras cuatro reuniones dedicadas a la
situación de los derechos humanos en
Venezuela.
La de esta
mañana fue solicitada por el gobierno de Caracas y a último momento
abierta al público y la prensa, a diferencia de las otras cuatro,
convocadas por organismos defensores de los derechos humanos y que se
realizaron a puertas cerradas.
Venezuela, dijo el agente para Asuntos de Derechos Humanos del gobierno de
Chávez, Germán Saltrón, quiere que la CIDH "recapacite" sobre su posición
hacia el país y revise su actuación durante el golpe de 2002, durante el
cual, aseguró, el organismo "denegó las medidas cautelares para proteger
la vida" de Chávez y sus ministros.
Esa
"autocrítica" es una de las principales condiciones de Caracas para
aprobar la visita in loco que la CIDH viene solicitando desde hace cuatro
años, dijo Saltrón, quien -sin embargo- tras la audiencia se mostró
abierto a un "diálogo" que disipe el áspero clima entre la Comisión y su
gobierno.
Tras
escuchar las críticas de Saltrón, el relator de la CIDH para Venezuela,
Paulo Sergio Pinheiro, sostuvo que el gobierno de ese país "está volviendo
a un punto cero" en sus relaciones con la Comisión.
El
presidente de la CIDH, Florentín Meléndez, respondió a las acusaciones de
Saltrón recordando que la Comision "deploró" el golpe de 2002 y afirmó que
el organismo "niega medidas cautelares en cantidades enormes".
Según
Saltrón, la Comisión contó con "información privilegiada" durante el golpe
y, sin embargo, a juicio del gobierno de Chávez, no respondió con la
celeridad y decisión necesaria contra ese
movimiento.
La
CIDH, aseguró el funcionario venezolano, fue "complaciente" con los
golpistas, los medios de comunicación que apoyaron la acción y los
magistrados que, de manera "vergonzosa" -dijo- se pusieron del lado del
movimiento contra Chávez.
Enviados de la CIDH visitaron Caracas en 2002, poco después del golpe
contra Chávez, y el entonces secretario general de la OEA, César Gaviria,
estuvo en Venezuela dos años más tarde, para mediar por el levantamiento
de la huelga en el sector petrolero.
En su
informe anual para 2005, presentado en mayo del año pasado, la CIDH
expresó su "preocupación" por la situación de los derechos humanos en
Venezuela, citando denuncias sobre casos de "ejecuciones extrajudiciales"
a manos de grupos parapoliciales, entre otros puntos, y por el estado de
la libertad de expresión en ese país.
07/03/2007
19:34
|