Ecuador va tener elecciones
generales el próximo 15 de octubre, y sus resultados pueden provocar
importantes cambios políticos en el país, y un importante efecto en la
región. En las últimas encuestas los dos principales candidatos son el
izquierdista Rafael Correa (33%) y socialdemócrata León Roldós (22%), que
pasarían a la segunda vuelta. De acuerdo a las normas electorales, puede
ser declarado ganador quien obtenga más del 40% de los votos, y un 10% de
diferencia de su rival más cercano, y Correa está muy cerca de lograr esa
meta.
Rafael Correa es un economista formado en las universidades
de Lovaina – Bélgica e Illinois – EEUU, que representa una apuesta radical
de izquierda con un discurso antisistema. No es un “outsider”, porque él y
sus principales colaboradores han estado vinculados con la lucha de los
movimientos sociales. Correa fue Ministro de Economía del gobierno de
Alfredo Palacios y renuncio por discrepancias. Otro de los hombres claves
del entorno de Correa es Alberto Acosta, un economista que es respetado
en el medio académico y con sólidas relaciones con el movimiento social e
indígena. Esta también el Coronel retirado Jorge Brito, un especialista en
Inteligencia, Doctrina y Estrategias de Guerra - que es la expresión de un
sector nacionalista de las FFAA y que se alió con el movimiento indígena
que sacó del poder al presidente Mahuad. Fueron justamente estas
personalidades, quienes les insistieron a los dirigentes indígenas en
aquella ocasión, que no respaldaran a Lucio Gutiérrez y son duros
opositores al igual que Correa al gobierno de Bush y a la política
norteamericana en la región. Correa fue explicito en señalar que 'Mi
opinión personal es que Bush es una persona extremadamente limitada y
recuerde que yo viví en Estados Unidos cuando Bush ganó la primera
elección, incluso con trampa'.
Correa no ha presentado candidatos
al Congreso Nacional, porque ha señalado que su primera medida será
convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, que inicie un proceso de
cambio radical del sistema político ecuatoriano. Señala que además
modificaría el sistema de elecciones, para evitar que la “partidocracia”
la capture. Apuesta a que se dé una representación directa de los sectores
sociales urbanos e indígenas, que son su base social. De la misma forma,
ha reiterado que no se firmará un TLC con los EEUU y no renovara el
convenio para la permanencia de la base militar norteamericana en Manta.
Es explicito en sus relaciones con los regimenes de izquierda en la
región, en especial con Venezuela, con quien espera tener sólidos acuerdos
políticos y comerciales. No es un estatista y ha dicho que va incentivar
la inversión productiva, y no la inversión especulativa que incluyen
renegociar la deuda externa, e incluso la posibilidad de declarar la
moratoria unilateral. Su política petrolera radicalizara las medidas que
ha venido tomando el estado ecuatoriano, y que representa casi el 30% de
su presupuesto nacional. Todos estos anuncios han provocado un aumento del
Riesgo País, de 532 hasta 623 puntos en lo que va de septiembre y la
alarma del sector empresarial, en especial el vinculado a la banca.
Correa es un candidato con un sólida reputación entre la población
que lucho en la calles contra Gutiérrez, y que esta muy descontenta con
todos los partidos políticos ecuatorianos (incluyendo a Pachakutik). Y no
es fácil de ser atacado, porque tiene una presencia mediática muy bien
posicionada. Joven (43 años), profesional exitoso, vinculado desde la
época de la universidad a los sectores más pobres, católico practicante, y
con una imagen de jacobino, que provoca adhesiones en todos los sectores
sociales y regiones. No puede ser impugnado de militarista porque es
civil, ni de extremista (sus medidas ahora son casi consensúales por lo
menos de la boca para afuera, por los otros candidatos). Sus maneras y
modos, son muy firmes, pero no agresivos y cada vez que lo atacan los
políticos tradicionales él sigue subiendo en las encuestas. Unos dicen que
es un Chávez con cuello y corbata – y modales-, o un Salvador Allende
joven. Reafirma su opción de izquierda y se define como un socialista. Lo
cierto es que la mayor duda que tiene el ciudadano de a pie, es que no
termine traicionando sus promesas como el resto de los políticos en el
pasado. Ha logrado reunir tras su candidatura a los movimientos sociales,
a los llamados “forajidos”, a muchos cuadros intermedios e históricos
indígenas, así como a los grupos de la llamada sociedad civil, de los
intelectuales, y sectores de iglesia progresista.
Los resultados
de estas elecciones pueden también profundizar una crisis del movimiento
indígena, de la que no termina de salir, a pesar de las importantes
movilizaciones que tuvieron en marzo de este año. Un creciente numero de
lideres y dirigentes indígenas no están de acuerdo con la candidatura de
Luís Macas de la
CONAIE , porque no entienden la razón por la que
Pachakutik trato de dividir la votación de izquierda. Según las encuestas,
Macas solo llegaría al 1%, lo que va significar una grave derrota política
de Pachakutik, y va significar un grave debilitamiento de su capacidad de
negociación y presencia indígena en las instituciones del estado. Lo
cierto es que la crisis de la CONAIE es mucho más profunda de lo que se
conoce públicamente y la candidatura de Macas – según sus críticos - no
fue una decisión colectiva de las bases, sino de intereses no indígenas.
En el plano internacional, un gobierno de Correa, afianzaría las
relaciones con Cuba, Venezuela y Bolivia, y reforzaría el bloque
latinoamericano de gobiernos de izquierdas. Para Alan García en Perú,
puede implicar en el mediano plazo varios problemas. Si las políticas de
Correa funcionan como la renegociación con las empresas petroleras y la
implementación de una política no neoliberal, esto daría más fuerza a los
movimientos opositores en Perú y podría poner en cuestión la políticas
económicas que se esta siguiendo. Con Colombia, la situación ya es tensa
por la negativa de Ecuador de participar en el Plan Colombia, y las
incursiones del los militares colombianos en suelo ecuatoriano para
combatir a las FARC, además de las decenas miles de refugiados que han
huido a Ecuador por el conflicto interno del vecino del norte.
El
Departamento de Estado señalo hace unos meses que Ecuador esta “bajo
amplia observación” y presiona al gobierno para que se involucre en el
conflicto colombiano. Sus analistas volvieron a fallar, respecto a quien
sería el próximo gobierno. Pensaron que todo estaba resuelto, al negarse
el partido indígena Pachacutik a una unidad amplia de la izquierda y
lanzar a Luís Macas como candidato propio. La pelea seria entre el
socialdemócrata Leon Roldos y Cinthia Viteri por la derecha, que han
declarado por ejemplo, su apoyo a la permanencia de las tropas
norteamericanas en Ecuador. Ahora no saben como enfrentar lo que esta
sucediendo. Ya tenían muchos dolores de cabeza, por las políticas
nacionalistas del estado (Ley de hidrocarburos, salida de la OXY ). Ahora además temen
que el núcleo nacionalista de la FFAA se fortalezca, anulando la posibilidad
de presionar a un gobierno de Correa, y que el “chavismo” se expanda
peligrosamente entre los militares.
Así están las cosas en la
tierra de Rumiñahui, de Dolores Cacuango, Fernando Daquilema y de Eloy
Alfaro.
* Nelson F. Núñez Vergara es
ex Director de Planificación de la CONAIE Ecuador
y Consultor Internacional en Tema de Comunicación y Sistemas para Pueblos
Indígenas.
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