Un cuartel general para el
ejército del ciberespacio
Por Rosa Miriam Elizalde
Está en la base Barksdale en
Louisiana, dentro del Octavo Contingente Aéreo del Ejército de Estados
Unidos. Se le conoce por las siglas AFNETOPS (Air Force Network Operations
Command), Comando de Operaciones de la Fuerza Aérea en el Ciberespacio, y
se encargará de organizar acciones de guerra contra “terroristas” en las
redes electrónicas internacionales, bajo el mando de un general de cuatro
estrellas.
La información apareció con pelos y señales este fin de
semana en las publicaciones del Departamento de Defensa, empezando por su
página web www.defenselink.mil . Si antes el Pentágono evitaba
informar de sus estrategias y organizaba cuidadosamente sus simulacros,
desde hace algún tiempo no invierte un centavo en máscaras. Total: nadie
se fijará en esta extraordinaria noticia con el desastre en Iraq, el
designado ahorcamiento de Sadam Hussein y las elecciones del 7 de
noviembre en Estados Unidos, emboscadas de escándalos sexuales, bretes
cortesanos y guerras de encuestas que mantienen cautiva la atención
mundial.
Digo “extraordinaria noticia” con entera conciencia. No es
lo mismo organizar un ejército que se emplee en el espacio tangible, en
territorios circunscritos a un área geográfica y frente a un “enemigo” más
o menos reconocible, a organizar uno nuevo que se desplazará por la Red de
Redes y atacará violentamente al sistema nervioso central de la
globalización, donde se alojan “los conceptos, las ideas, las imágenes,
las transacciones económicas, que son los auténticos artículos con valor
en la nueva economía”, como diría el gran teórico norteamericano de "La
era del acceso", Jeremy Rifkin.
Los halcones norteamericanos
nos están advirtiendo que Estados Unidos acaba de crear el instrumento
transnacional, que convertirá en un blanco de guerra a cualquiera que
tenga una computadora enganchada en la Internet, generando ideas,
comprando o inventando algo que ellos no quieran que ese fulano haga.
Independientemente, de su nacionalidad, de su raza, de su edad, de sus
costumbres, de su habilidad para manejar el teclado de la máquina… Han
firmado el acta de defunción no solo de las fronteras nacionales, sino de
la privacidad y de la seguridad de quienes navegan por el ciberespacio
que, según los pronósticos más conservadores, en el 2020 alcanzará a
enlazar a todas las regiones del planeta, incluyendo las aldeas más
pobres. Muchos se seguirán muriendo de hambre, pero los que sobrevivan
necesitarán asirse a la red para “existir”, un término muchísimo más sutil
y despiadado que nuestro simple “ser”.
La idea de crear este
ejército no nació la semana pasada. Ha sido una obsesión del Secretario de
Defensa Donald Rumsfeld desde el 2001, después del derrumbe de las Torres
Gemelas, en que la Internet se reveló como la gran vedette informativa de
los norteamericanos y el Pentágono no pudo ejercer el control férreo sobre
la información, como había ocurrido desde la primera Guerra del Golfo. En
el 2003, en un documento secreto que fue filtrado intencionalmente a la
opinión pública en enero de este año, se dio la orden de crear este
Comando especial, y desde entonces se ha ido engrasando el arsenal militar
para la intervención de servidores, el espionaje de la red, la compra de
mercenarios cibernéticos, el asalto a las legislaciones para criminalizar
en nombre de la guerra contra el terrorismo, la torcedura de brazo de las
compañías de telecomunicaciones y hasta el lanzamiento –en marzo del 2003,
en Iraq- de la bomba electrónica que inhabilita todos los sistemas
electrónicos de una sola vez.
Lo inédito no es la creación de este
ejército, ni que el flamante jefe será el lugarteniente general Robert
Elder –alguien con más horas de vuelo en el espionaje electrónico que en
la Fuerza Aérea-. Lo nuevo es que las acciones de guerra electrónica, que
anteriormente estaban separadas entre 10 operaciones del Pentágono y otros
centros de inteligencia, además de la Octava Fuerza Aérea, ahora se
articulan en una sola dirección que extenderá la guerra santa de Bush -“O
estás con nosotros, o estás con los terroristas”- no solo contra países,
sino contra empresas, grupos e individuos, que han empezado a ser cazados
como conejos a través del gran sistema nervioso de la era
global.
“El cambio cultural es que vamos a tratar la Internet como
un campo de guerra, y vamos a concentrarnos en él y darle prioridad para
acciones en el ciberespacio y acompañarlas si es necesario con acciones en
el espacio aéreo y terrestre”, dijo el generalote Elder en la conferencia
de prensa organizada el pasado viernes en el Pentágono. Cuando pronunció
estas palabras mágicas, ya hacía rato que estaban sonando a todo dar las
sirenas. Solo que ahora les subieron el volumen, a ver qué
pasa.
FUENTE: www.defensahumanidad.cult.cu/artic.php?item=1243
Publicado
originalmente en: Cubadebate
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