REPORTE PARA RADIO HABANA
CUBA DEL 18
DE MAYO DE 2007
El
fin de semana pasado en la capital salvadoreña se escenificaron serios
disturbios en los que finalmente ha intervenido un fuerte contingente policial,
que luego de dispersar a los participantes de la refriega, ha capturado al menos
a diecisiete personas, a las que este jueves les fue decretada la detención
provisional al menos por un lapso de cuatro meses, mientras la fiscalía recaba
pruebas sobre las acusaciones que desde el gobierno, en voz del presidente
Antonio Saca y el ministro de seguridad, René Figueroa, han calificado como
actos de terrorismo, y para los que han pedido todo el peso de la ley en
emotivas arengas saturadas de lenguaje hostil y tintes partidaristas, a pesar
del rango de funcionarios que ostentan.
Este
hecho quedaría como un enfrentamiento entre embravecidos vendedores de la calle
despojados de sus pertenencias contra la autoridad, de no ser las circunstancias
en que ocurre. En primer lugar sucede al final de una difícil negociación entre
la alcaldesa capitalina, Violeta Menjívar, del izquierdista FMLN, con
organizaciones de vendedores informales para iniciar el reordenamiento de sus
ventas, y que precisamente ese día se iniciarían las reubicaciones a espacios
propuestos por la
alcaldía. Eso ha hecho suponer que los enfrentamientos han
ocurrido para de alguna manera enturbiar o entorpecer los
arreglos.
Las
sospechas surgen desde el origen de los desórdenes, cuando un reducido número de
policías, en un lugar cercano, sin mayor respaldo, y sin coordinar con las
autoridades municipales, deciden realizar un cateo y sustracción de mercadería
supuestamente ilegal que otro grupo de vendedores tenían a la venta, lo que
provocó la reacción airada de dichos vendedores, la huída de los policías,
mientras la turba extendía sus actos de vandalismo, incluyendo el incendio de
una patrulla policial y dos vehículos más. Lo curioso es que la respuesta
policial se ha dado varias horas después, dando oportunidad a que se extendieran
los desórdenes, que fueron ampliamente recogidos por los medios periodísticos,
encargados luego de su difusión amplia y
repetida.
No
se hicieron esperar los comentarios del presidente Antonio Saca y su ministro de
seguridad Figueroa, quienes no se limitaron en epítetos y señalamientos hacia
los revoltosos a quienes inmediatamente vincularon con supuestos grupos de
fachada de su mayor oponente – y al parecer causa de sus pesadillas – el frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional,
FMLN. En este escenario, dichos funcionarios y superiores policiales no explican
cuál fue la razón del operativo inicial para requisar las copias de discos
compactos, llamadas piratas, que se encuentran en cualquier punto del país y a
cualquier hora, aún en frente de los mismos policías que circulan por las
ciudades salvadoreñas, y sin que eso sea motivo de sanciones o las mismas
requisas a tantos ciudadanos que se dedican a la venta callejera – al igual que
lo hacen otros con infinidad de productos – como única solución a la agobiante
crisis económica, que obliga a tantos salvadoreños a huir del país en busca de
mejores oportunidades en Estados Unidos,
principalmente.
Nadie
duda que estas maniobras y manipulaciones de la realidad del país forman parte
de la campaña sucia electorera que anticipa el régimen arenero ante su amenazada
expectativa con relación a las futuras elecciones del año dos mil nueve, y que
cada vez se les presenta más incierta para sus intereses, sin importarles jugar
con los intereses de los más desprotegidos.
Para
los amigos de Radio Habana Cuba, reportó desde El Salvador, Centro América,
Mario Zavaleta.