Lugo recuerda su paso por Ecuador
Fernando Lugo vivió en Echeandía. Ahora dimitió al clero para
ser candidato.
Han pasado 25 años y los recuerdos están
frescos en la memoria de algunos pobladores y del obispo paraguayo Fernando
Lugo, quien vivió cuatro años en la provincia de Bolívar y tras renunciar al
clero busca la presidencia de su país, decisión que le mereció la suspensión
del cargo por el Vaticano.
Con melena y barba poblada al estilo Che
Guevara, Lugo se identificó con los intereses de los más
pobres.
Trabajó con monseñor Leonidas Proaño, a quien llamó "maestro".
"Ecuador influyó de manera directa en mi ideología", dijo el religioso, que
busca cambios para su país y es favorito en los sondeos.
La
película Diarios de motocicleta, que cuenta el primer viaje del
líder revolucionario Ernesto Che Guevara junto a un amigo a través
de Latinoamérica, tiene un paralelismo con la historia que vivió el
obispo y candidato a las presidenciales de Paraguay en el 2008, Fernando
Lugo, quien dice buscar un gobierno de justicia social y enfocado
en la atención a las grandes mayorías.
Aquella comparación, sobre la
historia vivida por Lugo entre 1978 y 1982 en la provincia de Bolívar, hecha
por Galo Vásconez, ex diputado, quien fue alumno y amigo del religioso,
no está lejos de la realidad.
Fotografías de ese entonces revelan que
su larga melena y abundante barba le daban un parecido con el líder
revolucionario argentino-cubano.
Prefería usar jeans,
camisetas, sandalias y en ocasiones se ponía una boina negra con una estrella
al frente. Entonaba la guitarra y además de los cantos religiosos en guaraní
gustaba de los de protesta. "A desalambrar, a desalambrar, que la tierra es
nuestra, es tuya y de aquel...", es parte de una canción del cantautor
uruguayo Daniel Viglietti que era una de sus favoritas.
"Ecuador marcó
profundamente mi vida, influyó de manera directa en mi formación ideológica y
visión social, creo que si no hubiese pasado por Ecuador no hubiera sido lo
que soy. Me impresionó su pueblo, su gente, sus contrastes socioeconómicos. A
Ecuador le debo todo", afirmó vía telefónica en entrevista con este
Diario desde Paraguay el religioso que estremeció al Vaticano y los cimientos
políticos de Paraguay el pasado 25 de diciembre al anunciar su
candidatura.
Para algunos, como el obispo de Guaranda, Ángel Polivio
Sánchez, la presencia de Lugo en Ecuador pasó desapercibida,
mientras el vicario Luis Sánchez Peñafiel dice que no recuerda un acto
positivo o negativo de él que haya dejado huella en Guaranda.
Pero su
trabajo se gestaba en silencio con los jóvenes y desamparados, dicen algunos
que los conocieron.
Lugo, el último de seis hermanos nacido en 1951 en
una de las zonas más pobres del sur paraguayo, llegó a Ecuador
después de ordenarse sacerdote.
Como miembro de la Congregación Verbo
Divino fue profesor del colegio particular del mismo nombre en Guaranda. Su
pensamiento incidió para que después el plantel acogiera a alumnos
de bajos recursos.
Sus 27 años, su afición al baloncesto y el
gusto por la música fueron los mejores ganchos para llegar a los
jóvenes. Las jornadas terminaban con un partido de básquet, cuenta
Wilson Velasco, alumno de Lugo, y quien se refiere al religioso como un
hombre que ensalzaba la justicia y hablaba de un Dios encarnado en el
pueblo pobre.
La religiosa española María del Carmen, madre superiora
del Convento de las Madres Carmelitas, del cual Lugo fue capellán, dice que
él se identificaba con los pobres y quería la igualdad de
oportunidades.
Su estadía en Guaranda duró un año y medio. Viajó a
Riobamba, Quito, Cuenca, Loja, Cañar, Imbabura y Guayaquil para
participar en reuniones.
Una de sus misiones lo llevó al cantón
Echeandía, de cuya gente y del cálido clima se apasionó. Muchas veces
iba en moto, recuerda Galo Vásconez.
Dejó el colegio y se
estableció en este cantón, donde la labor junto a otros misioneros
extranjeros fue intensa. Unió a 17 parejas en matrimonio y bautizó
a 53 niños. Interesado por llegar a los jóvenes formó el
Club Deportivo Escorpions y realizó campeonatos de básquet.
Carmen Minchala
Mocha, a quien Lugo llamaba con cariño "mi mamá", lo recuerda bien
porque su hija fue en una ocasión la madrina del equipo que Lugo
dirigía.
La mujer dice que ayudó en trabajos comunitarios.
A caballo o a pie recorrió gran parte de los 63 recintos, en
algunos se quedó hasta quince días, donde compartió el trabajo de campo y
constató sus necesidades.
Carmen cuenta con cariño la
invitación para la investidura de obispo que Lugo le envió desde Paraguay.
"Yo, pobre, cómo me iba a ir", bromea, mientras augura que será un buen
presidente su "padrecito", quien lidera los sondeos con el 24%,
seguido del actual mandatario Nicanor Duarte, que busca la reelección con el
Partido Colorado, en el poder desde hace 60 años.
Opinión
Obispo Fernando Lugo
Candidato a presidente de
Paraguay
"Buscaremos soluciones nuevas no como hace Brasil,
Venezuela, Bolivia ni Ecuador, sino al estilo nuestro".