Opinión
Petróleo y gas en Brasil
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales
(CSIS),basado en Washington, DC, ha venido adelantando
el diseño de una estrategia energética hemisférica para Las
Américas.
Esa integración constituye un viejo
anhelo de muchos dirigentes y gobiernos de la región. Tal vez tuvo
su más importante expresión en el año 1994 en el marco de la cumbre de
Jefes de Estado realizada en Miami, Florida. Durante varios años docenas
de representantes de gobiernos y del sector privado, intercambiaron
informaciones y experiencias con el objeto de identificar barreras para la
integración y definir posibles caminos para superarlas.
Desafortunadamente, esa iniciativa perdió impulso, pero el planteamiento
integracionista es hoy en día más válido que nunca. CSIS ha retomado el
tema y los resultados de su esfuerzo están contenidos en un libro que
saldrá publicado el próximo mes de Marzo. En mi condición de miembro de la junta asesora del trabajo en
cuestión, me tomo la libertad de insertar en mi escrito
algunos trozos del capítulo referente a Brasil, preparado por el colega
Brasileño Georges D. Landau.
Durante muchas
décadas el sector energético en Brasil ha estado asociado al principio de
seguridad nacional, especialmente durante el periodo 1964-1985 cuando una
sucesión de militares ocuparon la presidencia de Petrobras. Inclusive, uno
de ellos, Ernesto Geisel, pasó a ocupar la presidencia de la
república. La propia fundación de Petrobras en 1954 obedeció a la
ideología dominante de capitalismo de Estado y al ejercicio por parte de
los gobiernos del dominio sobre los recursos naturales. Actualmente el
gobierno Brasileño posee un 38% de las acciones de Petrobras, aunque en la
asamblea de accionistas se ejerce el control mediante un 50% resultante de
sumar la participación del tesoro nacional. La administración de Fernando
Cardoso jugueteó con la idea de mayor privatización, tal vez no de
Petrobras, pero sí de algunas de sus filiales. Pero el gobierno prefirió
evadir la difícil lucha política que tal iniciativa conllevaba. Se
diseñaron políticas de atracción de capitales internacionales, las cuales
son planificadas y administradas por su Agencia Nacional de Petróleo
(ANP), y han convertido a Brasil en centro de atracción de la industria
petrolera mundial.
El país posee reservas
petrolíferas de 11 millardos de barriles, cifra modesta si se consideran
su población de 175 millones y la demanda de una economía de 452 millardos
de dólares, la número 13 en el mundo. Sin embargo, los brasileños
actualmente celebran con júbilo su autosuficiencia petrolera, con una
producción de 2.300.000 barriles por día. En gas natural, sus modestas
reservas, 8,8 Billones de pies cúbicos, no son suficientes para sostener
el actual nivel de consumo de 2.500 millones de pies cúbicos por día. De
allí que la región centro-norte de Brasil dependa de importaciones
procedentes de Bolivia. La reciente nacionalización de
la industria del petróleo y el gas en Bolivia y los aumentos arbitrarios e
inconsultos de los precios del gas boliviano, han creado una crisis para
Brasil.
Aunque está en proceso de resolverse, esa crisis ha
marcado profundamente a Petrobras, la cual está trazando estrategias
alternativas, incluyendo futuras importaciones de gas natural licuado
(LNG).
Petrobras se ha convertido en una empresa de clase mundial y
goza del respeto de toda la comunidad petrolera internacional. Su
condición de empresa estatal no ha impedido que el gobierno respete su
autonomía, y así la empresa ha saltado a la arena internacional, se ha
convertido en lider en perforación de aguas profundas y ha mejorado su
eficiencia compitiendo por areas de exploración y producción en territorio
brasileño, en concursos en los cuales participan todas las empresas
petroleras internacionales. Prácticamente todas las petroleras
internacionales tienen actividades de exploración y/o de operaciones en
Brasil, lo cual ha sido crucial en el proceso de adición de reservas y
producción.
En la actualidad unos 150.000 kilómetros cuadrados de
territorio brasileño están sometidos a actividades de exploración, y
recientemente la ANP condujo la 7ma ronda de licitación para exploración y
eventual producción. El concurso y el proceso de adjudicación son
completamente transparentes, al estilo de los procesos conducidos en
Venezuela durante la apertura petrolera en el periodo 1995-1996.
La
ANP ha anunciado que vendrán nuevas rondas, dentro de un proceso que se
espera que se extienda hasta el año 2015. En las rondas anteriores las
petroleras privadas preferían asociarse con Petrobras, aunque en muchos
casos han participado solas, pero en la 7ma ronda se ha intensificado la
competencia. Adicionalmente, Petrobras ha venido invirtiendo en mejorar y
modernizar su sistema refinador, con lo cual ha logrado aumentar el
procesamiento doméstico de su producción a 80% y así reducir
significativamente sus importaciones de productos refinados. Por ultimo
vale la pena mencionar el desarrollo de la industria del etanol. Brasil es
actualmente el mayor productor y exportador de etanol en el mundo. Su manufactura de etanol es la más eficiente y rentable a
nivel mundial y más de la mitad del parque automotor es flex-fuel, o sea
que puede usar indistintamente gasolina, etanol o
mezclas.
La industria petrolera en Brasil está bién
organizada y apoyada en un sólido marco institucional, incluyendo un ente
regulador. El respeto por la autonomía de Petrobras y la competencia que
la empresa nacional debe enfrentar en su propio territorio, al igual que
en el exterior, han sido las claves del éxito. A pasos
gigantes Brasil se convierte en factor crucial en la integración
energética del hemisferio.
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