Los
presos en Guantánamo acusan a sus abogados de colaborar con el gobierno
norteamericano, según 'The New York Times'
05/05/2007 | Actualizada
a las 20:17h
Washington.
(EFE).-
Muchos de los detenidos en la base estadounidense de Guantánamo ya no cooperan
con sus abogados porque sospechan que trabajan con el Gobierno estadounidense,
por la prolongación en el tiempo de su encierro y por un sentimiento
antiestadounidense.
Así lo dice en su portada el diario 'The New York
Times', que señala que esa falta de cooperación se traduce en que algunos han
dejado de reunirse con los letrados, otros no leen la correspondencia que les
envían y otros no dan información.
Como ejemplo, el periódico cuenta que
en febrero el preso yemení Adnan Farhan Abdullatif, de 31 años, le escribió a su
abogado que su misión "es sacarle brillo a los zapatos de Bush y hacer que todo
parezca que está bien y no pasa nada".
Algunos abogados consultados por
el 'New York Times' acusan a la dirección del centro de ser la culpable de
alimentar las sospechas de los letrados.
Explican también que muchas
relaciones con sus clientes han sufrido un retroceso tras la serie de
contratiempos para su estatus legal en el Congreso y los tribunales.
En
febrero, por ejemplo, una corte de apelaciones de EE.UU. determinó que los
presos en Guantánamo carecen del derecho de recurrir la legalidad de su
encarcelamiento en los tribunales federales estadounidenses.
La decisión
supuso una victoria para el Gobierno del presidente estadounidense, George W.
Bush, quien ha insistido que puede encarcelar de forma indefinida y sin cargos a
quien considere un "combatiente enemigo".
Mark Denbeaux, que representa a
dos detenidos, declaró al diario que algunos de sus compañeros temen, "cada vez
que bajan ahí, que sus clientes no les quieran ver".
De los diez
detenidos públicamente identificados como susceptibles de ser acusados
formalmente de crímenes de guerra por los fiscales militares, unos no cooperan y
los otros no se comunican con sus abogados, según cuatro abogados implicados en
los casos de crímenes de guerra.
"La relación de los abogados con muchos
de los clientes que todavía nos quieren ver, es muy tensa", según relató al
diario David Remes, del bufete Covington and Burling, de Washington.
A
esta situación hay que unir la reciente solicitud del Departamento de Justicia a
una corte de apelaciones federal para que limite el número de veces que los
abogados que luchan contra la detención de sus clientes puedan ir a Guantánamo,
y para permitir a los oficiales de la base que lean el correo de los letrados a
los prisioneros.