Cuba podría juzgar a
anticastrista
Prepara banquillo para
Posada Carriles
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AFP El
militante anticastrista, Luis Posada Carriles, mientras es escoltado por
un agente federal de EU, en una Corte de Texas.
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J. J.
Aznárez, Diario EL
PAIS
30 de Enero de
2007
LA
HABANA - La
revolución cubana persigue a Luis Posada Carriles desde que le encontrara
culpable de haber preparado el atentado del seis de octubre de 1976 contra un
avión que cubría la ruta Caracas-La Habana
con 73 pasajeros a bordo.
Acusado de 73
homicidios
No hubo sobrevivientes.
Murieron todos los pasajeros, incluidos los miembros de un equipo juvenil
de esgrima, al detonarse una bomba en pleno vuelo, frente a las costas
de las isla caribeña de Barbados.
El anticastrista cubano Posada
Carriles, afecto a la dinamita desde que la CIA le adiestrara en su uso durante
los años de la Guerra
Fría, escapó de la prisión venezolana donde entonces esperaba
sentencia como autor intelectual de una voladura ejecutada por dos
cómplices.
Detenido en 2005 por entrada ilegal en Estados Unidos,
procedente de México,
los Gobiernos de Cuba y Venezuela han pedido su extradición para juzgarle por 73
homicidios en primer grado; reclaman de la justicia norteamericana que le
imputen delitos de terrorismo, no sólo falso testimonio, ante las autoridades
migratorias para adquirir la ciudadanía
estadounidense.
“La hora de la
verdad”
La ofensiva política y diplomática de
Cuba contra Posada Carriles, de 78 años, a quien hace pocos meses Washington
trató de colocar, sin conseguirlo, en Canadá, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras y México, sólo es comparable a la desplegada a diario para
apoyar a los cinco cubanos presos en EU desde
el año 1998, con cargos de espionaje.
La argumentación de los discursos,
marchas y movilizaciones en La Habana ha sido ésta: la administración de Bush y
la ultraderecha del exilio de Miami protegen a Posada Carriles. El presidente Hugo
Chávez fue más allá: amagó con cerrar la embajada norteamericana en
Caracas si el detenido no es procesado por terrorismo o extraditado.
“Ha
llegado la hora de la verdad”, señala la cancillería cubana. “Veremos ahora qué
hace el presidente que se nombró a sí mismo líder mundial de la lucha contra el
terrorismo”.
Fusiles, granadas y
munición
Hace dos semanas, Gilberto Abascal,
testigo contra el detenido por falsedad migratoria, encontró una bomba lapa en
los bajos de su vehículo. Las declaraciones de Abascal, acogido al programa de
protección de testigos del FBI,
sirvieron también para detener en noviembre a dos anticastristas con un arsenal
de fusiles, granadas y munición.
Posada Carriles ha sido acusado de estar
detrás de la campaña de bombas de 1997 contra centros turísticos de
La Habana.
Fue capturado en Panamá por su implicación en el fallido
asesinato de Fidel
Castro durante la Cumbre Iberoamericana
de 2000 en Panamá, y amnistiado por la presidenta Mireya
Moscoso, poco antes de abandonar el
cargo.
“La CIA
nos enseñó todo”
El próximo jueves termina el plazo de
las autoridades norteamericanas para justificar ante un juez su detención
indefinida. Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder
Popular (Parlamento) imputó a Washington la violación del acuerdo sobre
seguridad en la aviación civil, firmado en Montreal en 1971, por el que los
Estados se comprometieron a acusar y procesar o extraditar a toda persona
involucrados en actos de terrorismo.
Luis
Posada secundó activamente a las dictaduras centroamericanas y suramericanas de
los setenta, y se le implica en narcotráfico y
contrabando de armas.
“La CIA nos lo enseñó todo... todo. Cómo matar,
hacer bombas... nos entrenaron en actos de sabotaje” declaró, hace ocho años, a
The New York
Times. Nacido en Cuba, pero nacionalizado venezolano, no
parece arrepentido. “Castro no cambiará nunca, jamás. Nuestro trabajo es proveer
inspiración y explosivos al pueblo cubano”.