W. sazona sus dislates bélicos con dislates
lingüísticos...
DISPARATES
Altercom*
Juan
Gelman*
7 de diciembre de 2006
América latina es fértil en mandatarios que
hablan curiosamente.
Del Cono Sur bajo las
dictaduras de los ’70 y ’80 se recuerdan todavía frases de
militares en el poder que cosquillean en la mente: “El país
vivía una situación desastrosa y le imprimimos un giro de 360”, dijo
uno.
Y otro: “Estábamos frente al
abismo y dimos un paso adelante”.
O la muy notable de Pinochet: “Antes de hablar, voy a decir
algunas palabras”.
Los civiles no escapan a esta norma, que el ex
presidente argentino Carlos Menem cumplió con
brillantez: “Mi libro de cabecera son las obras completas de
Sócrates”, afirmó. Un maligno comentó que así era porque Menem nunca
leía.
Pero no sólo los latinoamericanos gozamos de ese
privilegio. También el pueblo estadounidense.
Dan Quayle, que
fuera vicepresidente con Bush padre (1989-1993), producía verdaderos
florilegios: “No es la contaminación lo que daña a nuestro
medio ambiente. Lo hacen las impurezas del aire y del agua”. O: “Para la NASA, el espacio sigue siendo una prioridad muy
importante”. También: “Es hora de que la raza humana entre
en el sistema solar”. Y: “Recientemente, estuve de gira
por América latina y lo único que lamento es que en la escuela no estudié
más a fondo el latín para poder conversar con esa gente”. Su confusión
sobre las lenguas se extendió a la geografía: “Tenemos un
compromiso firme con la OTAN, somos parte de la OTAN. Tenemos un compromiso
firme con Europa. Somos parte de Europa”. En cam! bio, no erraba en
materia de educación: “Para hablar con franqueza, los maestros
son la única profesión que enseña a nuestros hijos”. En fin.
Bush padre, su jefe,
tampoco carecía de estos dones: “No voy a analizar lo que no
voy a mencionar. Aunque no lo analice, no lo voy a mencionar”.
Impresionan sus ideas sobre la índole del ser humano: “No es
una exageración decir que los indecisos pueden tomar un camino o tomar otro
camino”. Ni hablar del alcance de su saber jurídico: “No
puedo pensar en alguna nueva ley existente en vigor que no haya existido
antes”. Como persona cabal, no ha escapado a los vaivenes de la
contradicción: “Tengo opiniones propias, opiniones muy firmes,
pero no siempre estoy de acuerdo con ellas”. Su cortesía es notoria: el
día que le ofreció asiento a una dama supo decirle que “la
caballerosidad sólo está razonablemente muerta”! .
Y no cabe duda alguna de que
Bush Senior es un padre excelente: Bush Junior lo supera con creces en el
buen decir.
“La justicia debe ser justa”,
reveló W. en la conferencia económica que tuvo
lugar en la Casa Blanca el 21 de noviembre del 2004. No se le puede
reprochar que oculte su pensamiento en materia de derechos civiles: “Déjenme expresarlo de manera contundente. En un mundo cambiante,
queremos que más gente tenga control sobre la propia vida de ustedes”
(Annandale, Virginia, 9-8-04). O en lo que hace a la democracia: “Si ésta (EE.UU.) fuera una dictadura, todo sería endiabladamente
más fácil, siempre que yo fuera el dictador” (Washington, 19-12-00).
Posee absoluta claridad en temas de educación: “Si se le
enseña a un niño o una niña a leer, él o ella podrá aprobar un examen de
lectura” (Washington, 21-2-01). Nada escapa a su c! onocimiento de la
naturaleza: “El gas natural es hemisférico. Me gusta llamarlo
hemisférico porque es un producto que podemos encontrar en nuestros
barrios” (Washington, 20-12-00). Es indudable la sutileza de esta
observación: “Sé que los seres humanos y los peces pueden
coexistir pacíficamente” (Saginaw, Michigan, 29-9-00). Sí, señor.
Otro mérito de W.
Bush es que no vacila en explicar sus relaciones con el Ser
Supremo: “Creo que Dios quiere que yo sea presidente”, “Fui
elegido por la gracia de Dios”, “Creo que Dios habla a través de mí. Si no
fuera así, no podría hacer mi trabajo”, “Dios me dijo que golpeara a Al
Qaida y lo hice, y me indicó entonces que golpeara a Saddam y lo hice, ahora
estoy decidido a resolver el problema del Medio Oriente”, son
confesiones que repite. Irak y “la guerra antiterrorista”
han redoblado su agudeza: “El Congreso ha procedido bien al
prolongar la vigencia de la ley terrorista, la Ley Patriótica”
(Washington, 7-9-06), “Una de las partes más difíciles de mi
trabajo es conectar a Irak con la guerra antiterrorista”! (CBS, 6-9-06),
“No me gustó que Hamas se negara a declarar su deseo de
destruir a Israel” (Washington, 4-5-05). La que sigue es por cierto
enigmática: “La verdad de la historia, escuchen
cuidadosamente, es que Saddam seguiría en el poder si fuera el presidente de
EE.UU., y el mundo sería mucho mejor” (Saint Louis, Missouri,
8-10-04).
W. Bush puede abordar las cuestiones más
variadas, su información es rica en todos los campos. La medicina: “Demasiados médicos que son buenos están abandonando la
profesión. Demasiados obstetras y ginecólogos ya no son capaces de practicar
su amor con las mujeres de todo el país” (Poplar Bluff, Missouri,
6-9-06). La literatura: “Laura (Bush) me
dijo que tenía que leer a Camus. También leí tres Shakespeare. Tengo una
lista de lectura ec-a-léc-tica” (NBC, 29-8-06). El comercio
internacional: “Es evidente que nuestra nación depende del
petróleo extranjero. Nuestras importaciones de petróleo provienen cada vez
más del extranjero” (Beaverton, Oregon, 25-9-00). La economía: “Se trata de no dudar de un presupuesto. Hay un mont! 3;n de
números ahí” (Reuters, 5-5-00). El conocimiento de sí mismo: “Pienso que si uno sabe lo que cree, le resulta mucho más fácil
contestar preguntas. No puedo contestar su pregunta” (Reynoldsburg,
Ohio, 4-10-00). El más allá: “Uno nunca sabrá cómo contarán su
historia hasta mucho después de haber muerto” (Washington, 5-5-06).
Etc.
Eso sí, W. Bush
tiene clara la latitud de su mandato: “Soy el que comanda, no
necesito explicar, no necesito explicar por qué digo cosas. Es lo
interesante de ser presidente” (Washington, 4-11-03). “No
me gustan los brócolis y no me gustaban cuando era niño y mi madre me
obligaba a comerlos. Soy el presidente de Estados Unidos y no voy a comer
brócoli nunca más” (Washington, 15-6-01). Así sea.
En los tiempos de Bush padre se publicaba en
Nueva York un boletín de pocas páginas con los dichos de Quayle de la
semana.
Hoy en día la importante editorial Simon &
Schuster edita cada año un volumen con los “bushismos”
seleccionados del presidente y abundan los sitios de Internet que los
recogen.
W. sazona sus dislates
bélicos con dislates lingüísticos. Algo es algo.
Altercom
Agencia de Prensa de Ecuador.
Comunicación para la Libertad.
Juan Gelman
(n. 1930) Poeta y escritor
argentino. Desde 1976 reside en México, donde llego exilado por la dictadura
militar facista que le arrancó su hijo y su nuera embarazada. Entre su vasta
obra se destacan sus libros: Los poemas de Sidney West (1969), Fábulas
(1971), Hechos y relaciones (1980), Citas y comentarios (1982), La junta luz
(1985), Composiciones (1986), Interrupciones I y II (1988) y Salarios del
impío (1993).
www.altercom.org/article144309.html