UNA CRIATURA CONTRAHECHA, por Jorge Gómez Barata

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: RADIO MARTI: UN PROYECTO DEL IMPERIO

EN MIAMI:

                  RADIO MARTI UNA CRIATURA CONTRAHECHA

 

                                                                 Jorge Gómez Barata

 

A la altura de 1980, la política exterior norteamericana contra Cuba había fracasado. Para subsanar aquella situación, en el Programa de Santa Fe se incluyó el propósito de realizar transmisiones radiales hacía la Isla a cargo del gobierno de Reagan.

Los promotores de la idea tropezaron con el obstáculo de que en Estados Unidos no existían precedentes de una planta financiada con dinero público, en la cual el gobierno realizaría propaganda a favor de sus políticas. El único antecedente venia de 1942 cuando, por razones más bien militares, salió al aire “La Voz de América” para informar a las tropas norteamericanas que combatían en Europa y África del Norte.

Tan eficaz resultó el proyecto en la promoción de la imagen de los Estados Unidos que, concluida la guerra, la planta continuó en el aire, amplió sus transmisiones a 27 idiomas y con el inicio de la Guerra Fría adaptó sus patrones de antena para alcanzar a la Unión Soviética.

Ante los peligros que un instrumento así en manos del gobierno pudiera representar, en 1948 se dictó la ley Smith-Mundt, según la cual la Voz de América no puede ser escuchada en los Estados Unidos ni utilizada por el gobierno para propagandizar sus políticas. Teóricamente la VOA no refleja opiniones, sino que ofrece noticias.

La preocupación por evitar que los intereses de capillas políticas, incluyendo al gobierno de turno, interfirieran con la objetividad de la información, estuvo presente cuando en 1934 se creó la Comisión Federal de Comunicaciones, encargada por el Congreso de regular todo lo relativo a la radiodifusión. Entonces de determinó que la FCC estaría formada por cinco comisionados de los que sólo tres podían ser de un mismo partido y ninguno podía tener “interés en cualquier negocio relacionado”

El primer paso en la violación de los estatutos de la Voz de América se dio cuando, en marzo de 1960 inició transmisiones especiales para Cuba en las que se realizaba propaganda y se justificaban las políticas del gobierno. La ilegalidad se ahondó cuando en 1895, la USIA, cedió las frecuencias de la VOA para crear la llamada Radio Martí, oficialmente una dependencia de la Voz de América y de la USIA. La mafia contrarrevolucionaria de Miami fue marginada de las transmisiones hacía Cuba.

Como una especie de premio de consuelo, se creó la Junta de Transmisiones hacía Cuba, una entelequia legal cuya presidencia se otorgó a Jorge Más Canosa, aunque los estudios de la emisora se ubicaron en Washington, fuera del alcance de la elite de Miami.

En la medida en que se hizo evidente la inutilidad de la radio, el asunto perdió prioridad, los profesionales de la USIA y la VOA tomaron distancia y, poco a poco la contra de Miami se fue apoderando de sus resortes. De ese modo, se crearon condiciones para la corrupción que ahora es evidente.

El problema no es que los implicados trabajaran para dos medios de prensa diferentes, sino que utilizaban una dependencia de la Voz de América para propagandizar las ideas de la contrarrevolución, tal como lo hacían en medios privados y además, cobraban por ello.

Lo que ha ocurrido no es una falta ética, sino una violación de los estatutos de la Voz de América, a la que esta prohibido realizar propaganda, por lo que también debieran ser encausados los que en el gobierno autorizaron tales pagos.

Dicho de otra manera: el gobierno norteamericano no puede pagar para que personas ajenas a él difundan sus políticas, ni la Voz de los Estados Unidos puede hacer propaganda tendenciosa. Ambas cosas son felonías.

The Miami Herald se cura en salud. Puede haber  otras investigaciones.