DE LA HABANA A LA HABANA, por Jorge Gómez Barata

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: Ahorro de energía

NO ALINEADOS: DE LA HABANA A LA HABANA

                                                                      Jorge Gómez Barata

 

En 1961 cuando ya las potencias habían usado y probado sus bombas atómicas, debutaron los No Alineados. Si bien para decenas de países la posguerra significó la independencia, la paz llena de sobresaltos de la Guerra Fría les trajo, el neocolonialismo, la partición de Palestina, el conflicto árabe-israelí, la Guerra de Corea, la invasión franco-británica israelí a Egipto y la muerte de Patricio Lumumba.

Las superpotencias tenían poder, pero les faltaba crédito y su liderazgo, más que en capacidad de convocatoria, se basaba en una doctrina asumía la fuerza y la capacidad para presionar como argumentos. Los países en desarrollo buscaban sus propias opciones y encontraron una tercera vía: el no alineamiento. En un mundo huérfano de ideas la mejor propuesta llegó desde donde menos se esperaba. El Caribe y los pueblos afroasiáticos, tomaron la palabra.       

Lo nuevo en el ambiente internacional era Cuba, un país que medio siglo atrás, había obtenido la independencia de España y resuelto la ocupación militar norteamericana y donde había triunfado la revolución, que sobrevivió a la invasión de Bahía de Cochinos y avanzaba en la construcción de una sociedad socialista diferente a todo lo conocido.

La Revolución Cubana no sólo puso de moda las barbas y reivindicó el desaliño de los que teniendo mucho por dentro  necesitan poco afuera, sino que hizo prevaler la juventud, la audacia y la irreverencia. La herejía se tornó virtud y el mundo conoció una casta nueva: Fidel Castro, Che Guevara, Raúl y Camilo Cienfuegos fueron a la política lo que Elvis y los Beatles a la música. Unos cambiaron el modo de cantar y bailar de la humanidad, los otros el de pensar y actuar.    

 Al integrarse al Movimiento No Alineado, Cuba que con la frescura de su proyecto fascinaba a oriente y occidente, aportó audacia y madurez, experiencia política y su conocimiento de la táctica y la estrategia frente al imperialismo norteamericano, además de un modelo de socialismo autóctono, fruto de la revolución nacional liberadora y la experiencia de una relación con la Unión Soviética, plenamente independiente.

El prestigio, la lucidez y la experiencia política de Fidel Castro se sumaron a las recias personalidades de Nehru, Nasser, Sukarno y Tito para conferir al Movimiento No Alineado un protagonismo inédito en las relaciones internacionales. Por primera vez se escuchó la voz de los pueblos y se tuvo noticias de un proyecto de dimensiones mundiales venido del sur.

Fundado por países pobres, económicamente dependientes, políticamente subalternos e ideológicamente afines al enfoque liberal predominante en occidente, el Movimiento No Alineado corría el riesgo de ser absorbido por las doctrinas neocoloniales y por otras criaturas de la Guerra Fría. La presencia de Cuba, su énfasis en la lucha antiimperialista y el internacionalismo, impidieron que su naturaleza fuera desvirtuada, peligro que se acentuó con la muerte de Nehru en 1964 y la de Nasser en 1970.

En una difícil y compleja coyuntura, en 1979 La Habana celebró la VI Conferencia Cumbre de Jefes de Estado o Gobierno y Cuba asumió la conducción del movimiento. A la vez que lideraba la Revolución Cubana, Fidel Castro reflotó el no alineamiento, lidiando con problemas y debates de la envergadura de la lucha en Angola, la guerra entre Irán e Irak, las dictaduras en varios países de América Latina y la presencia soviética en Afganistán, entre otros.

Después hubo cambios. La conversión del mundo en un escenario unipolar, la guerra del golfo, la agresividad de Israel y los acontecimientos del 11 ∕S, acapararon el panorama político, minimizando la presencia del Movimiento No Alineado que apenas se hizo notar. En tales condiciones, Cuba volverá a ocupar la presidencia. La tarea es enorme. No obstante, hay tranquilidad. Fidel y Raúl se han repartido las tareas y Cuba hará su trabajo.

 

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