La raíz
de la guerra es el dinero
Por Mumia
Abu-Jamal
"Todo el mundo sabe que
los políticos habitualmente exageran, distorsionan y hacen promesas que
ellos saben muy bien jamás van a cumplir..."
... Woodrow Wilson
hizo campaña en 1912 prometiendo mantener a Estados Unidos fuera de la
Primera Guerra Mundial. Franklin Delano Roosevelt hizo su campaña en 1940
cuidándose de no aparecer como que iba a llevar a la nación a la Segunda
Guerra Mundial, del lado de los británicos. Lyndon Johnson prometió en
1964 que jóvenes norteamericanos no iban a morir en Viet Nam.
Una
vez elegidos, todos esos presidentes llevaron a la nación a guerras en las
que cientos de miles de jóvenes soldados norteamericanos murieron." John
Stockwell, La Guardia Pretoriana, (The Praetorian Guard), p. 26
Con
oficiales de la Administración Bush anunciando que la llamada "Guerra
contra el Terrorismo" será "sin límites fijos," los norteamericanos,
estamos entrando en un largo, represivo, ciclo de guerra. Esta opinión
sugiere que la historia de los Estados Unidos se puede ver como algo
cíclico: períodos de incierta paz, seguidos por violentos períodos de
guerra.
Toda guerra, como otras áreas de la actividad humana, tiene
imperativos económicos reflejados por los intereses de algunos segmentos
de la sociedad que se enriquecen con las guerras. Mientras soldados y
muchos ciudadanos civiles pierden la vida, algunos negocios tienen
ganancias extraordinarias.
Para esos negocios, especialmente en
tiempos de una economía de guerra, la guerra es, simplemente, un muy buen
negocio. Los mercaderes de armamentos aman los vientos de la guerra. Los
negociantes de raciones de comida aman la guerra. Muchas corporaciones ven
las guerras como mensajeros de los "buenos viejos tiempos."
A
riesgo de inventar una frase, "La raíz de la guerra es el
dinero."
Japón invadió Manchuria, no porque eran "malos," si no
porque los japoneses buscaban materias primas que su patria no podía
proveer. Irak invadió Kuwait, no porque eran "malos," si no porque Kuwait
podía haber doblado automáticamente sus depósitos de petróleo.
La
guerra tiene muchas veces escondidas razones económicas. La guerra es una
herramienta de la política exterior, y de la política
económica.
¿Cuál es la política exterior de los Estados Unidos? El
investigador Jerry Fresia, en "Hacia una Revolución Norteamericana",
(Towards an American Revolution, South End Press, 1988), nos
dice:
George Kennan, oficial principal del cuerpo de planificación
del Departamento de Estado, dio, en 1950, un informe a los embajadores
latinoamericanos en el que dijo que la preocupación más importante de la
política exterior debe ser "la protección de nuestras materias primas."
Más amplia y claramente, los recursos materiales y humanos que por derecho
son "nuestros," requieren que combatamos una peligrosa herejía que se ha
estado propangado por Latinoamérica: "la idea que el gobierno tiene
responsabilidad directa por el bienestar del pueblo." (p.
81)
Cuando alguien le diga que la política exterior de los Estados
Unidos "propaga la democracia", "defiende la libertad", o algo parecido,
piense en lo que dijo Kennan a los embajadores latinoamericanos. Lo que
les dijo es la pura verdad.
Y la guerra no es otra cosa que el
instrumento clave de esa política exterior.
La guerra es, en
verdad, un infierno para muchos. Pero para otros, es un negocio redondo y
muy productivo.
Artículo tomado de Other
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