Zulia (Venezuela), Loreto
(Perú), Santa Cruz (Bolivia), Guayaquil (Ecuador)... La casa de citas fue en
Ecuador. Ver el Post Scriptum.
VENEZUELA Y
EL SEPARATISMO ZULIANO
Altercom*
José Steinsleger*
12 de abril
de 2007
Tras el fracaso de las distintas
opciones para deslegitimar al gobierno del presidente Hugo Chávez (golpe de
Estado, guerra mediática, sabotaje petrolero, magnicidio, desconocimiento de
resultados electorales), algunos sectores de la oposición «democrática» de Venezuela han empezado a
enarbolar la causa de la «zulianidad».
Antes que sentimiento cabalmente arraigado, la «zulianidad» está siendo alimentada por
Rumbo Propio
(RP), movimiento de señores superdemocráticos que
pretenden, según dicen, convertir el rico estado petrolero de Zulia (con capital
en Maracaibo, segunda ciudad del país), en "el Hong
Kong de América Latina"
(sic).
RP resulta poco «original»: cree en el "liberalismo clásico verdadero", entiende
la derecha como "el lado político que
defiende y escucha a los derechos y libertades humanas, individuales y
económicas", y está (faltaba más) "... contra los totalitarismos de cualquier índole y
de cualquier lado".
En las elecciones presidenciales de
noviembre pasado, RP apoyó al gobernador del estado Manuel Rosales, quien en
abril de 2002 respaldó abiertamente el golpe del empresario Pedro
Carmona.
En su equipo de campaña, Rosales
contó con la ayuda de dos personajes: el comisario Henry López Sisco (agente de
la CIA y responsable de varias masacres durante el gobierno de Jaime Lusinchi,
1984-88) y el patético Teodoro Petkoff, ex guerrillero que asegura ser
incomprendido por "izquierdas y
derechas".
El clima separatista de RP y los «patriotas zulianos» se
expresa en vallas de publicidad, camisetas estampadas con mapas que presentan a
la "república independiente",
artículos de prensa, páginas web y confusas declaraciones de académicos
escogidos que manipulan la historia de la
subregión.
El escritor Luis Britto García
recuerda que durante el golpe de abril de 2002 el comentarista Víctor
Manuel García (un firme partidario de
la «globalización») gritaba por
televisión: "¿Por qué no? ¡Bolívar
independiente! ¡Cojedes independiente! ¡Zulia independiente!"
El 26 de octubre de 2003, el periódico antichavista
La Verdad entrevistó a Julio
Portillo, director de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Rafael
Urdaneta (privada). En el texto, el profesor apoya la idea de
una "región autonómica antes que
independiente"; luego se contradice y subraya las "semejanzas" de Zulia con Québec y Panamá.
Finalmente, Portillo propone un referendo consultivo sobre la independencia, con
el «argumento» de que
Zulia sería una
nación "... por sus riquezas"
(sic).
En 2005, la directora de Ciencias Políticas de la
Universidad del Zulia, Lucrecia Morales, exhortó a deslindar el Estado de
"este gobierno" (Chávez) y
hacerlo por la vía de la "emancipación
definitiva". Y los genios de Washington esperanzados, creyendo que la
"zulianidad" podría conducir a
una independencia tipo Panamá (1903) sin haber aprendido nada, al parecer, de su
derrota en Playa Girón (Cuba, 1961).
Explotando el mezquino espíritu de
los nacionalicidas, el embajador de Washington en Caracas, William Bromfield,
emprendió una serie de visitas al gobernador Rosales. En Maracaibo dijo:
"Hace 25 años viví dos años en
la
’República independiente y occidental del Zulia’, y sé
perfectamente lo que significa estar en un clima de calor"
(sic).
Poco antes de las elecciones,
Bromfield habló de abrir un consulado y de la posible firma de un convenio
"bilateral" (sic) de Zulia con
Estados Unidos. Las declaraciones de quien ya es
visto como el jefe de la «oposición
democrática» en Venezuela, causaron un amplio rechazo entre diputados
y políticos. El diario VEA, de Caracas, dejó entrever un posible plan "... para crear unas fronteras artificiales que den
paso a un Estado sin patria entre Venezuela y Colombia, cuya misión es
secuestrar al Zulia y entregarlo con una independencia eufemística a los agentes
de la Casa
Blanca..."
Bromfield, en todo caso, no anda
errado: bañados por las aguas del lago Maracaibo, tres ricos estados venezolanos
(Zulia, Mérida y Trujillo) limitan con tres departamentos estratégicos de
la vecina
Colombia: Guajira, César y norte de Santander, insertos en la
guerra contrainsurgente del Pentágono.
El separatismo zuliano debe ser
tomado en serio. Antecedentes no faltan: en 1928 el financista estadunidense
William Buckley promovió un complot aceitero para separar el Zulia; en 1916, el
gobernador Venancio Pérez Soto derrotó una intentona secesionista promovida por
las compañías petroleras de Estados Unidos; en 1869, tras desconocer al
presidente José Ruperto Monagas, el gobernador Venancio Pulgar fue derrotado y
acabó refugiándose en un navío británico que «por casualidad» observaba el
alzamiento.
El separatismo zuliano es un cuento
real de piratas ilusionados con liquidar el proyecto bolivariano de
Chávez.
La eventual independencia política del
Zulia causaría una crisis de alcances impredecibles, guerra civil
incluida.
¿Cuántos gobiernos de América Latina
estarían dispuestos a apoyar esta aventura
separatista?
Ninguno. Bueno, en
principio...
Altercom
Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación
para la
Libertad.
José
Steinsleger
Escritor y periodista argentino. Columnista
de La Jornada de México.
ILE Y RUMBO PROPIO
IMPULSAN AGENDA AUTONOMISTA EN ECUADOR. SE REUNIERON CON «CORPORACION GUAYAS» Y CON «MOVIMIENTO LIBERTARIO»
Segun informaciones obtenidas por ALTERCOM, entre el 21 y
24 de junio del pasado 2006, visitaron Guayaquil los dirigentes derechistas
José Luis Tapia
y Alberto Mansueti, vinculados a la organización separatista zuliana Rumbo
Propio. En su agenda estuvo la preparación de FILAR 1, “impulsando la agenda
liberal autonomista en el marco de la Conferencia
Preparatoria para el I Foro Internacional sobre la Libertad y
Autonomia Regional.” Junto a los dos antes mencionados estuvieron Elias Valles y
Mario Barrera de Loreto, Perú y Francisco Franco Suarez, de
Ecuador.
Los visitantes tuvieron sendas reuniones con ENRIQUE
AROSEMENA de la
CORPORACIÓN GUAYAS, "para presentar y explicar el proyecto
liberal autonomista para Guayaquil y su alcance continental en paises como Costa
Rica, Venezuela, Perú, Bolivia, y México", según informa el portal de
la
autodenominada CONFERENCIA LIBERAL
HISPANOAMERICANA,el mismo que alberga a su vez a la web del llamado
MOVIMIENTO LIBERTARIO de Ecuador y que promueve la oposición a la Constituyente
y al gobierno de Rafael Correa.
En el cónclave separatista participaron también otros
guayaquileños como el ex diputado Juan
José Illingworth, Jorge Pino Vernaza y Carlos Sánchez Aguilar.
Mantuvieron entrevistas en medios: con Fernando Aguayo de CN3 (del grupo Isaías) y con Carlos Molina
(Tribuna
Liberal).
Además, Tapia se reunió con Joselo Andrade y una célula
del Movimiento Libertario, Capítulo
Guayaquil, quienes al parecer son parte del movimiento autonomista
impulsado por rancios aristócratas del Puerto
ecuatoriano.
__________________
TEXTO
DEL «ACTA DE GUAYAQUIL»
Proyecto de
’Declaración Documento’ preparado por RUMBO PROPIO DE VENEZUELA, el INSTITUTO DE
LIBRE EMPRESA y la CONFERENCIA LIBERAL
HISPANOAMERICANA, para ser considerado en GUAYAQUIL, ECUADOR,
los días 12
a 15 de Setiembre de 2006, en el «PRIMER FORO
INTERNACIONAL POR LA LIBERTAD Y AUTONOMÍA
REGIONAL (FILAR 1)».
En ese evento estuvieron autoridades y separatistas de Zulia (Venezuela), Loreto
(Perú), Santa Cruz (Bolivia) y Guayaquil (Ecuador). El pueblo brilló por su
ausencia, los ricos y las ricas se encachinaron, los extranjeros financistas
observaron, las Fuerzas Armadas no se han pronunciado, el Congreso hizo mutis y
la Presidencia de ese entonces, también... La Patria sigue
indivisa.
***
ACTA DE GUAYAQUIL
POR LA
LIBERTAD Y AUTONOMÍA REGIONAL
Guayaquil, Ecuador, 15
de Setiembre de 2006
Nosotros, los
abajo firmantes, y participantes en el I FORO INTERNACIONAL POR LA LIBERTAD Y LA
AUTONOMÍA REGIONAL (FILAR 1), en nombre y representación de nuestras
organizaciones -regionales, nacionales e internacionales- convenimos todos en
suscribir esta declaración constitutiva de la CONFEDERACIÓN INTERNACIONAL
POR LA
LIBERTAD Y LA AUTONOMÍA REGIONAL
(CONFILAR).
I. Producción. En América
latina -por no
decir en el mundo entero-, hay considerable iniciativa privada en las regiones
del interior de cada país. En nuestras regiones, las empresas producen
alimentos, vestido, energía, rubros industriales y toda suerte de bienes y
servicios económicos para toda la nación, y las exportaciones que generan las
divisas.
II. Injusticia. Pero esas mismas
regiones del interior se hallan crónicamente deprimidas, y sus niveles de vida e
ingresos son casi siempre muy inferiores a los promedios nacionales. ¿Qué pasa?
¿Por qué esta contradicción al parecer insuperable? ¿Por qué tanto
desequilibrio? ¿Por qué son las regiones las más productivas, y a la vez las más
azotadas por la pobreza, el desempleo, el hambre y la desnutrición, la ausencia
de servicios médicos y educación, la criminalidad y la desintegración
familiar?
III. El sistema es el problema.
Porque en nuestros países aún predomina un sistema económico heredado de tiempos
de la Colonia: el mercantilismo. Y el sistema político que es su hermano gemelo
inseparable: el estatismo. Ambos son incorregiblemente centralistas por esencia
y vocación natural. Y ambos se combinan siempre entre sí, y con mucho de
populismo, y con dosis cada vez mayores de socialismo, viejo o
remozado.
¿Y qué tienen en común todos estos
regímenes? Principios y normas que consagran siempre el predominio del colectivo
sobre el individuo, de lo estatal sobre lo ciudadano, de la política sobre la
economía, de los privilegios sobre los derechos, de la burocracia gubernamental
sobre las empresas privadas; y de la capital sobre el interior. Por eso creamos
riqueza en cantidades insuficientes, que son vorazmente tragadas por un sistema
parasitario e inclemente.
IV. La salida. Es la desestatización de
la sociedad, el cambio de sistema y no meramente la descentralización del
sistema imperante. La solución es el sistema de Gobiernos limitados, mercados
libres, e instituciones privadas separadas del Estado, conforme al orden
natural, e inspirado en el verdadero liberalismo clásico, no en el falso “neo”
liberalismo. Es el satanizado capitalismo liberal, tan vituperado como poco
conocido entre nosotros.
V. Autonomía. Pero si de momento en
el nivel de cada nación no es posible tener nuevo sistema de Gobiernos limitados
-en fines y funciones, competencias y facultades, gastos y recursos-, sí podemos
adoptarlo en nuestras regiones. Siempre y cuando contemos con autonomía, la
suficiente para dictar normas y reglas propias para nosotros, sin que sea
necesario llegar a la independencia o separación, con la consiguiente secesión
de las naciones, que nadie desea.
VI. Las tres libertades. En la
sociedad queremos las normas y reglas propias de hombres y mujeres libres, las
cuales se constituyen desde los siguientes principios, conceptos y
valores:
1. Libertad política, que se asegura
con Gobiernos limitados. Significa limitados en territorio y población, según
los postulados municipalistas y federalistas propios de un Estado y un Gobierno
descentralizados. Pero también limitados en fines y funciones, en poderes,
competencias y atribuciones, y en gastos y
recursos.
2. Libertad económica, que se asegura
con mercados libres. Significa con reconocimiento a la propiedad privada en toda
su extensión, muy reducida propiedad estatal, competencia abierta sin
privilegios, y leyes generales para todos.
3. Libertad moral e intelectual, que
se asegura con instituciones privadas separadas del Estado, no subordinadas al
poder y a la política.
Entre estas instituciones se cuentan algunas que por naturaleza
son anteriores y superiores al Estado, como la familia, la empresa productiva,
la escuela y las Iglesias. Estas instituciones han de recibir del Estado simple
reconocimiento, y no subsidios o privilegios, para no recibir tampoco
restrictivos o condicionantes mandatos, ordenanzas o
reglamentos.
Sólo con estas tres libertades
podremos crear la riqueza de que ahora
carecemos.
VII. Beneficios a corto
plazo.
Mientras que el mal llamado “neo”
liberalismo nos habla del largo plazo, con las tres libertades antedichas
podemos lograr de inmediato:
1. Elevar el nivel de vida, de todos,
y mucho 2. Más empleo y más productivo 3. Reducir la pobreza, con la solución y
no con paliativos 4. Reducir la corrupción 5. Seguridad y Justicia 6. Obras
Públicas 7. Dividendos accionarios de las empresas privatizadas 8. Excelente
educación; y atención médica de primera 9. Jubilaciones y pensiones dignas 10.
Mucho más tiempo libre 11. Gremios en sus funciones 12. Cupones para los más
pobres
VIII. ¿Cómo logramos estos
beneficios?
No por pedazos, no de la tímida
manera “gradual” -muy parcial y limitada- como se trató en los ’90, sino
traduciendo las Tres Libertades en una completa Carta de Derechos
ciudadanos.
A) La libertad política se traduce en
el derecho a un Gobierno limitado y respetuoso, fundado en las libertades
políticas y democráticas, y que incluye estos otros
derechos:
1. Derecho a un Gobierno que cumpla
sus funciones, en seguridad, justicia y obras públicas. 2. Derecho a un Gobierno
que respete, con atribuciones, gastos y recursos limitados a los necesarios al
cumplimiento de sus funciones. 3. Derecho a un Estado neutral: que no se crea
padre, madre o mentor de los ciudadanos. 4. Derecho a unos impuestos moderados.
5. Derecho a un Gobierno libre de deudas.
B) La libertad económica se traduce
en el derecho a unos mercados libres de monopolios y oligopolios, basado en el
reconocimiento de la propiedad privada, y en las libertades de empresa, de
comercio e industria, de moneda y cambio, y que incluye estos otros
derechos:
6. Derecho al uso de una moneda
libremente escogida. 7. Derecho a participar en las privatizaciones de activos y
empresas estatales. 8. Derecho a competir en mercados abiertos, y libres de
reglamentaciones estatistas.
C) La libertad moral e intelectual se
traduce en el derecho a unas instituciones privadas separadas del Estado,
fundado en las libertades de pensamiento, investigación y expresión, de
información, de culto y demás libertades individuales, y que incluye los
siguientes derechos:
9. Derecho a contar con
instituciones, grupos y asociaciones como gremios, medios de comunicación,
partidos políticos, iglesias y congregaciones religiosas totalmente libres de
cualquier tipo de intromisión estatista. 10. Derecho a participar en las
privatizaciones de los institutos estatales de enseñanza, atención médica y de
previsión. 11. Derecho a los cupones en educación, cuidados médicos y previsión,
en casos de pobreza extrema.
IX. Los cuatro canales. Con las
anteriores libertades y derechos tendremos en nuestras regiones una Economía
Política de cuatro canales: impuestos, precios, cupones y donativos, a cargo
respectivamente de cuatro sectores:
1. Estado. En seguridad, justicia y
obras públicas. Y nada más, a fin de que estas funciones, las propias del
Estado, puedan ser cumplidas por los Gobiernos con eficiencia y honestidad.
Atribuyendo al Estado solamente las facultades y competencias necesarias para
cumplirlas, sin exceso de poder ni corrupción. Y solamente las contribuciones
impuestas que son necesarias a tales fines, sin despilfarro ni gasto
exagerado.
2. Mercado. En la producción y la
economía, que son las funciones propias de las empresas privadas: rubros
agropecuarios y de minería, industria, comercio y servicios, transporte,
seguros, banca, etc. Estas funciones son desempeñadas por empresas privadas, y
empresas privatizadas (ex estatales), mediante precios e ingresos factoriales.
Es un sector de libre mercado; es decir: de competencia abierta, sin
privilegios, para nadie.
3. Mercado con Promoción Social.
Ayuda estatal a través de cupones, y como excepción, en educación, atención
médica, y jubilaciones y pensiones. Nada más. Este tercer sector no es mixto o
híbrido; también es de libre mercado, porque las empresas de enseñanza, medicina
y previsión son privadas y privatizadas (ex estatales), y compiten sin
privilegios. La única diferencia es que a los más pobres el Estado les ayuda con
cupones, para que paguen de este modo por los servicios recibidos. Y los cupones
les son puntualmente reembolsados en dinero a las instituciones escogidas
libremente por los beneficiarios.
4. Voluntariado. La pobreza no es
buena, y la generosidad con el desvalido es más probable en la riqueza que en
la pobreza.
En todas las sociedades ricas florece la generosidad en el seno
de la familia y entre las amistades; y asimismo un importante sector de
voluntariado, constituido por Iglesias y congregaciones religiosas y otras
asociaciones voluntarias caritativas y filantrópicas, con diversos objetivos y
modalidades.
¿Qué se requiere? A nivel de cada
nación, una Reforma Constitucional. Pero si no es posible de momento, dado el
sistema imperante, podemos tenerlo en nuestras regiones. ¿Cómo? Con un Estatuto
autonómico.
X. Las cuatro autonomías. Pese a que
auto-nomía significa capacidad de darse normas propias, las regiones no contamos
actualmente con facultades normativas suficientes como para consagrar estos
derechos.
Porque en general las regiones
contamos solamente con dos tipos de autonomía: política y administrativa. Pero
como el federalismo de nuestras naciones es incompleto, carecemos de otras dos:
normativa y fiscal. Queremos las cuatro.
1. Autonomía política o gubernativa.
Cada región cuenta con autoridades elegidas localmente, ejecutivas y
deliberantes, en los ámbitos regional y
municipal.
2. Autonomía administrativa. Y de las
tales autoridades locales dependen gran cantidad de empleados públicos, que por
lo común es mayor -respecto de la población total- cuanto menor sea la actividad
económica y mayor la pobreza.
No obstante, el estatismo reinante
requiere a los particulares tramitar infinidad de permisos, licencias, y
decisiones ante los funcionarios de cada rama del Gobierno y la Administración.
Siendo el estatismo un sistema altamente centralizado por
naturaleza y vocación, los residentes en el interior peregrinan a la capital con
frecuencia, y sin el resultado esperado. Gobiernos y Administraciones locales
parecen inútiles.
Y es que estas autoridades de cada
región no son autónomas para dictar normas liberales a las actividades locales,
económicas o de otra índole, ni resolver sobre ellas y su aplicación. No lo son
para privatizar o desregular empresas, institutos o actividades. Tampoco son
autónomas para cobrar los impuestos y decidir sobre sus destinos y aplicaciones,
pues hoy en día la mayor parte de los muchos y altos impuestos los cobra el
Estado nacional, e ínfima parte de ellos se destina a las
regiones.
En consecuencia reclamamos las dos
autonomías que nos faltan:
3. Autonomía Normativa. La facultad
de dictar las normas ordinarias, las leyes comunes (civiles, comerciales, etc.)
para las actividades locales, y resolver sobre ellas, que ahora no tenemos. Y el
poder para privatizar o desregular empresas, institutos o
actividades.
4. Autonomía Fiscal. El poder de
cobrar los impuestos necesarios para obras y servicios genuinamente públicos a
nivel local, cediendo a las autoridades nacionales parte de lo recaudado, para
obras y servicios genuinamente públicos a nivel
nacional.
Sólo con estas cuatro autonomías
podremos llevar a nuestros pueblos la prosperidad y el bienestar que hoy nos
faltan.
XI. Confederación Internacional por
la Libertad y la
Autonomía Regional (CONFILAR).
Se da por misión y finalidad el
contribuir al logro de los siguientes
objetivos:
1. Impulsar y difundir en
Latinoamérica y el mundo el ideario de la libertad y la autonomía regional, a
fin de despejar las innumerables confusiones y malentendidos conceptuales en
torno a las libertades, al federalismo y a las autonomías regionales, producto
de muchos años de adoctrinamiento estatista y centralista en la educación, la
prensa y los medios.
2. Para ello, organizar cursos,
talleres, seminarios, conferencias y actos masivos a fin de que la opinión
pública conozca nuestros principios y propuestas; y que puedan ser bien
comprendidas y adoptadas por las mujeres y hombres que aman la libertad
personal, el progreso por medios honestos, la independencia económica y el
respeto a las leyes justas.
3. Promover la protección de la
propiedad privada y los mercados libres como derechos humanos, y la defensa de
la democracia y la participación responsables en asuntos de Gobierno,
organizando eventos en nuestras regiones que estimulen en la población la
formación y el desarrollo de una cultura económica basada en la libertad y la
creación de riqueza, y no en la adictiva dependencia de un Estado
paternalista.
4. Formar de este modo una ancha
corriente de opinión identificada y suficientemente familiarizada con nuestras
propuestas.
5. Fomentar la participación de todos
los ciudadanos en las cuestiones públicas, con miras al ejercicio de una
soberanía responsable, y propiciando el estudio, valoración y difusión de la
memoria histórica de nuestras regiones, para ayudar así a defender nuestros
mejores y más sagrados intereses, derechos y
libertades.
6. Coordinar estrechamente a nivel
internacional nuestras actividades y programas, y nuestra acción con otras
organizaciones afines, a fin de intercambiar los recursos, instrumentos, ideas y
experiencias que mejor contribuyan al logro de nuestros fines y
objetivos.
FIRMANTES
Organizaciones
Representantes
www.altercom.org/article147088.html