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ABN | | |
Caracas,
28 Mar. ABN.- Luego de pasar 45 días en una prisión
migratoria, el empresario venezolano Irving Martínez y su
familia fueron deportados de Estados Unidos (EEUU), luego de
recibir un trato que calificó de humillante y violatorio de
sus derechos humanos.
Martínez tenía 10 años viviendo
en EEUU, específicamente en el estado de Florida, donde
estableció una empresa de forma legal, de la que era no sólo
dueño, sino que cumplía funciones como administrador.
Sin embargo, de forma abrupta e intempestiva, una
comisión de la Policía de Migración estadounidense detuvo a
Martínez y a su familia el 29 de enero de este año, con el
alegato de que en fecha próxima, se les vencerían sus visas de
trabajo.
Al momento de la detención todos los miembros
de la familia fueron esposados, incluso su hija de seis años.
El empresario venezolano afirmó este miércoles,
mediante un contacto telefónico en el programa En Confianza,
de Venezolana de Televisión (VTV), que fue separado de su
esposa y de sus hijos, quienes fueron objeto de
arbitrariedades y malos tratos durante todo el tiempo de su
detención.
«La razón esgrimida por los policías de
migración fue que pronto, se me vencerían los documentos que
me garantizaron a mi y a mi familia la estadía en ese país
desde 1997», explicó.
Irving Martínez relató: «Cuando
pregunté cuál era el motivo del encarcelamiento de mi familia
y el mío, las autoridades me explicaron que era por el
vencimiento de mi visa, pero mis documentos tienen fecha de
vencimiento en julio».
El cautiverio de Irving
Martínez junto con su hijo de 18 años fue en Albuquerque,
Nuevo México. Su esposa y sus otros dos hijos estuvieron
apresados en una cárcel de Houston, Texas.
«Las
autoridades migratorias pretendían que librara el proceso
legal, que de comenzar, podría haber durado seis o siete
meses», comentó.
Igualmente, el empresario denunció
que hay otros venezolanos y demás latinoamericanos que viven
una situación similar a la que él y su familia sufrieron.
«Nadie sabe la cantidad de venezolanos que se
encuentra pasando por el mismo calvario que yo pasé. Todos los
días, el servicio de Migración, la policía y el Gobierno
estadounidenses violan los derechos humanos de miles de
inmigrantes, no sólo de venezolanos», aseveró.
Junto
con las consecuencias emocionales que se originan por todo el
proceso por el que tuvo que pasar Martínez, se suma el hecho
de que el trabajo de 10 años, las propiedades y todas las
pertenencias que poseía las perdió y pasaron a manos del
Gobierno de Estados Unidos.
«Todo el fruto de mi
trabajo diario por 10 años en ese país se perdió
completamente. No tengo nada. Todo se lo quedó el Gobierno de
ese país, luego, como es usual allá, harán una subasta pública
con todos mis bienes», dijo.
El empresario indicó que
si no hubiese sido por la acción del consulado venezolano en
Houston, las condiciones por las que atravesó hubiesen sido
peores.
«Antonio Padrino, Cónsul General de Venezuela
en Houston, me ayudó a mi y a mi familia a salir antes de lo
previsto, así que mi agradecimiento y el de mi familia van
hacia todos los que trabajan allí», expresó.
Además,
Martínez advirtió que acciones como éstas van a recrudecer
dentro del territorio estadounidense, porque las políticas
migratorias están por cambiar drásticamente.
«La
situación de los inmigrantes, especialmente la de los
venezolanos, en ese país va a empeorar. Mi caso es sólo uno de
miles que ocurren diariamente», reiteró.
Recientemente, cuatro congresistas estadounidenses
pretenden cambiar el estatus migratorio de los venezolanos en
ese país.
«Quieren tratarnos como si cada venezolano
que llega a EEUU estuviese escapando de la supuesta dictadura
que existe en Venezuela. Yo no sé de cuál dictadura hablan los
estadounidenses. De igual manera, no hay justificación para el
trato que recibí por parte de las autoridades
estadounidenses», agregó Irving Martínez.