El Partido
Socialista de Chile se sumó al coro de quienes critican al gobierno de
Venezuela por no renovar la licencia de Radio Caracas Televisión, empresa
del grupo Boulton que durante 53 años le lavó impunemente el cerebro a los
venezolanos con la excusa de la libertad de expresión. El jefe de los
socialistas, senador Camilo Escalona, quien viajó a menudo a Venezuela en
2005, durante la campaña electoral por su senaturía, comparó
indirectamente a Hugo Chávez con el dictador Augusto Pinochet. El senador
socialista Jaime Naranjo llegó más lejos, comparó al venezolano
directamente con el dictador y pidió la intervención del gobierno chileno.
Sin embargo, la campaña por la televisora venezolana no ha conseguido
entusiasmar al palacio de La Moneda ni a su principal inquilina, Michelle
Bachelet.
'Para la comunidad internacional, y yo me cuento dentro
de esa parte, el valor de la libertad de expresión es esencial', le dijo a
la Radio
Cooperativa de Santiago el senador socialista. 'Para
nosotros, como fuerzas progresistas y de izquierda, que sufrimos la
privación de poder informar y opinar, que fuimos perseguidos por publicar
un diario ilegal, [pensamos] que el liderazgo venezolano debe comprender
que la comunidad internacional está pendiente de que sean capaces de
asegurar el ejercicio de la libertad de opinión', recomendó el capitán del
Partido Socialista. También se pronunció en términos similares el senador
Jaime Naranjo, luchador por los derechos humanos de reconocidas posturas
pro estadounidenses, quien comparó directamente al presidente venezolano
con Augusto Pinochet.
La campaña por Radio Caracas TV, impulsada
temprano por el Partido Demócrata Cristiano y la derecha, cobró fuerza
tardíamente en Chile, después que la concesión no renovada fuera otorgada
a una nueva estación, la Televisora Venezolana
Social (TVes), que comenzó a transmitir a las 0 horas del
domingo 27 de mayo. Radio Caracas podrá seguir transmitiendo por el cable
y por Internet. La agitación que desarrollan con el tema en Venezuela
buscar crear una crisis institucional o un golpe de estado que haga caer
al gobierno o por lo menos algún gran desorden, por lo menos con un
muerto, que debilite al gobierno de Chávez, quien ha sido imposible de
vencer en más de 10 elecciones. Radio Caracas participó en el golpe contra
Chávez de 2002, al igual que Venevisión, de Gustavo Cisneros, y las demás
estaciones privadas del país, cuyas frecuencias continúan vigentes. En
2002, las muertes de ciudadanos fueron aportadas por la derecha y la
policía de Caracas, cuando el entonces alcalde mayor de la ciudad Alfredo
Peña participaba del golpismo, pero la televisión hizo
montajes para hacerlos aparecer como obra de los partidarios de Chávez.
Incluso esos montajes noticiosos de Radio Caracas ganaron premios
internacionales de periodismo por una supuesta valentía reporteril, pero
los organizadores europeos pidieron después que se devolvieran. La
polarización de la sociedad venezolana y el papel de los medios no tienen
nada que envidiarle al Chile de Salvador Allende, cuando El Mercurio
decidió voluntariamente dejar de publicarse para provocar una campaña
internacional contra su “clausura”. Periodistas y empleados del diario de
Agustín Edwards intensificaron entonces su jornada de trabajo con horas
extras y sobresueldos pagados directamente por la CIA y la compañía ITT,
como quedó demostrado en la Comisión Church del
Senado de EEUU.
El comentarista José Vicente Rangel mostró en su
programa de televisión del último domingo la fotografía de un jefe
regional de la CIA participando desfachatadamente en las marchas de la
oposición venezolana por Radio Caracas y “la libertad de expresión”. Se
trata de Mr Bowen Rosten, ciudadano estadounidense radicado en Colombia,
quien opera además en Nicaragua, Argentina, Bolivia, Ecuador y Brasil,
además de inglés habla perfectamente español, portugués y francés y está a
cargo de la
Operación Orión, con base en Venezuela, la Operación
Estrella del Sur, con asiento en Bolivia, y
la Operación
Centauro en Ecuador. La fotografía de Rosten en la marcha
de Caracas, mostrada por Rangel, pueden verse en
http://www.aporrea.org/tiburon/n95640.html. El jefe regional de la CIA usa
remera azul y los típicos anteojos oscuros de la caricatura del agente
secreto CIA.
En Venezuela y en el exterior, la campaña cuenta con
el empuje y financiamiento de la CIA y del Departamento de Estado, a
través de la NED (National Endowment for Democracy), que también financia
abiertamente a organizaciones periodísticas de Venezuela como el IPYS
(Instituto Prensa y Sociedad), conectado al IPI (International Press
Institute), a su vez adscrito a la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP). El YPYS de Venezuela,
fundado en 2002 por Andrés Cañizales, periodista antaño progresista,
responde al YPYS de Perú, que data de 1993. Su labor consiste en
“monitorear la libertad de expresión” en Venezuela con un esquema parecido
al de los “periodistas por la libertad” de la Oficina de Intereses de
Estados Unidos en
Cuba, también con corresponsales en el interior del país.
Su actual jefe es Ewald Scharfenberg. La folletería corporativa del IPYS,
por lo menos la que distribuyeron en el Hotel Caracas Hilton en mayo de
2005, en ocasión de una visita de John Dinges, declara abiertamente que
reciben fondos de la NED y de la Fundación Konrad
Adenauer. (Ver
fotografía).
El
reverso de la medalla
En Venezuela más
bien se ha puesto en marcha una saludable democratización del espectro
radioeléctrico. Las frecuencias de radio y televisión constituyen un bien
público que en todos los países debiera servir a los intereses de la
mayoría y no exclusivamente a pequeños grupos de poder económico alentados
por EEUU. Tal como en los parlamentos civilizados tienen cabida
proporcional los partidos políticos que compiten en elecciones libres, los
medios de comunicación debieran tener una composición, dirección y
orientación representativa de todos los matices de la sociedad y en
particular, los medios radioeléctricos, simplemente porque transmiten por
frecuencias que son bienes públicos. Así como un país elige a sus
gobernantes, también debería elegir por lo menos a quienes manejen y
operen la televisión abierta y, ¿por qué no?, a todos los medios de
comunicación. ¿Por qué la difusión de noticias y opiniones debe ser un
privilegio exclusivo del dinero?
Contrastan la preocupación de
Escalona, Naranjo, ODCA y CIA con la libertad de expresión en el exterior
y su indiferencia con lo que ocurre en casa. Se pretende apoyar la
“libertad de expresión en Venezuela”, irónicamente desde un país donde
esta libertad prácticamente no existe. Ninguno de los defensores locales
del Grupo Boulton y Marcel Granier, en particular el Partido Demócrata
Cristiano y los socialistas de derecha como el senador Jaime Naranjo,
levantan la voz porque dos individuos de su país, Agustín Edwards y Alvaro
Saieh, deciden qué noticias deben conocer -y cuáles ignorar- cada día los
chilenos, incluidos sus desinformados electores.
Chile es un país
donde los canales de televisión abierta y por cable lavan sin cortapisas
el cerebro de una población indefensa transmitiendo contenidos aberrantes,
antiéticos y violentistas elaborados por los diez grandes mega grupos que
controlan los grandes medios de comunicación de EEUU, el entretenimiento
y, por extensión, de América Latina y el resto del mundo: AOL/Times
Warner, Gannett Company, Inc., General Electric, The McClatchy
Company/Knight-Ridder, News Corporation, The New York Times, The
Washington Post, Viacom, Vivendi Universal y Walt Disney Company. Chile es
un país donde VTR Global Com implantó un monopolio absoluto de la
televisión por cable, con el permiso expreso de… la Comisión
Antimonopolios y hasta del Tribunal de la Libre Competencia.
VTR controla el 99% del mercado, sin darle cabida a otras
opciones periodísticas distintas a CNN, como la cadena Telesur,
Aljazeera y otras estaciones satanizadas por la propaganda y los lavados
de cerebro de EEUU y sus aliados. La única “competencia” de VTR para
quienes no tienen fibra óptica es DirecTV-Sky, televisión satelital vía
antena parabólica, que pertenece localmente… a VTR Global Com. Todo esto
sin protestas del PDC, Naranjo y CIA, y el presidente DC del Consejo
Nacional de Televisión, Jorge Navarrete, ex agregado
cultura de la dictadura de Augusto Pinochet en
Londres.
Precisamente fue esa preocupación por la concentración de
la propiedad y el potencial mal uso comercial del nuevo medio, el mayor
peligro a futuro que previeron los legisladores. Para evitar que
la naciente
TV chilena cayera en mano de los grandes grupos de poder
económico -denunciado en esos años por el joven abogado Ricardo Lagos- que
el legislador decidió entonces que la televisión abierta fuera una
actividad exclusiva de las dos grandes universidades de la época, la Chile
y la Católica, política que ha sido totalmente desvirtuada en algo más de
cuatro décadas. Hoy, el Colegio de Periodistas debiera reclamar que un
empresario extranjero, como el mexicano-estadounidense Angel González,
posea en Chile dos estaciones de televisión abierta, Canal 2 y Canal 4 La
Red, en violación flagrante de la ley y bajo la complacencia del Consejo
Nacional de Televisión, en un país donde está expresamente prohibida la
propiedad de más de un canal. González es dueño de los 4 canales de
televisión abierta de Guatemala y de otras 30 estaciones en América
Latina.
Ahora que está por definirse cómo se normará el negocio de
la televisión digital se presenta en Chile la oportunidad de democratizar
la televisión abierta, como un bien público de todos los chilenos, donde
este medio no sea un privilegio exclusivo de los pocos grupos que
actualmente detentan el control de ese medio. Una discusión democrática
sobre el futuro de la televisión abierta bajo la tecnología digital es
mucho más relevante que la elección del estándar europeo, japonés o
estadounidense, y que la decisión soberana de un gobierno de no renovar la
concesión que favorece a un grupo local que ya usufructuó del negocio por
más de medio siglo.
Licencias
de TV y soberanía nacional
La Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT) reconoce 'en
toda su amplitud el derecho soberano de cada Estado a reglamentar sus
telecomunicaciones, teniendo en cuenta la importancia creciente de las
telecomunicaciones para la salvaguardia de la paz y el desarrollo
económico y social de los Estados...'.
En Latinoamérica, muchos
países adoptaron antes decisiones soberanas de no renovar e incluso
caducar concesiones. Por ejemplo, Perú, en abril de 2007, dispuso el
cierre de 2 canales de televisión y 3 de radio por incumplir la Ley de
Radio y Televisión, licencias vencidas y utilización de equipos no
homologados. En Uruguay, diciembre de 2006, se revocaron los permisos de
las emisoras de radio 94.5 FM y Concierto FM, de Montevideo, y también
revocaron una resolución que ampliaba la cobertura de la señal de cable
Multicanal, perteneciente al grupo Clarín de Argentina.
En El
Salvador, en julio de2003, se revocó la concesión de Salvador Network, y
en Canadá, junio de 1999, revocaron la concesión a Country Music
Televisión - CMT, mientras en Estados Unidos, la Administración
Federal de Comunicaciones (FCC, según su sigla en
inglés), revocó en julio de 1969 la concesión a WLBT-TV; en 1981 revocó la
concesión a WLNS-T, en abril de 1999, a FCC Yanks Trinity
License; en abril de 1998, a DAILY DIGEST (Radio).
Entre 1934 y 1987 en EEUU 141 estaciones perdieron sus licencias, entre
ellas 102 por no renovación. Sólo en 40 casos se revocó la licencia sin
esperar a que ésta expirara. Durante la década de los 80 hubo 10 casos en
que no se renovó.
En Europa, España revocó en julio de 2004 la
concesión de TV Laciana (canal por cable local) y en abril de 2005) cerró
las emisoras de radio y de TV de señal abierta en Madrid; y luego, en
julio del mismo año, dispuso el cierre de TV Católica. Francia revocó la
licencia de TV& en febrero de 1987, en diciembre de 2004 revocó la
concesión de Al Manar; y en diciembre de 2005 cerró a TF 1 por poner en
duda la existencia real del holocausto.
En Inglaterra, el gobierno
de Margareth Thatcher canceló la concesión de una de las más grandes
estaciones de televisión de Inglaterra sencillamente por haber difundido
noticias no gratas, aunque absolutamente verídicas. Simplemente argumentó
que “si ya habían tenido la estación durante 30 años ¿por qué debían tener
un monopolio?”. En el mismo Reino Unido, la autoridad dispuso en marzo de
1999 el cierre temporal de MED-TV-canal 22; en agosto de 2006 revocó la
licencia a ONE TV; en enero de 2007, la licencia de Look 4 Love 2, en
noviembre de 2006, StarDate TV 24; y en diciembre 2006 revocó al canal de
televentas AUCTIONWORD.
En 1990, Irlanda revocó la licencia para
empezar a transmitir a TV3, mientras en Rusia, en agosto de 2000, se cerró
una emisora de televisión por difundir publicidad subliminal y en marzo
2002 clausuraron a TV-6. En agosto de 2002, en Bangladesh, Asia, revocaron
la licencia a Ekushey Televisión (ETV). Y en ninguno de estos países hubo
campaña como la actual por Radio Caracas Televisión, que duró 53 años. El
Colegio de Periodistas de Chile tampoco se interesó en contrariar ninguna
de esas decisiones. |