El otro vecino, por Jerónimo Carrera

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: El otro vecino

OPTICA MUNDIAL

El otro vecino

            Entre las singularidades que como país presenta nuestra Venezuela, hay una muy curiosa y de la cual los venezolanos prácticamente no nos damos cuenta. Me refiero al hecho histórico de habernos iniciado en la vida nacional independiente sin fronteras claramente delimitadas, o sea sin saber con exactitud la extensión de nuestro territorio. Esto nos ha valido, a lo largo de hace ahora casi doscientos años, permanentes líos con todos nuestros vecinos.

            Desde luego que Simón Bolívar contempló previsivamente este problema, y por eso de manera sabia adelantó la aplicación del principio jurídico del uti possidetis, dejando en cada caso como frontera la existente en las colonias españolas. Sin duda un “procedimiento en apariencia sencillo y cómodo, pero cuya imprecisión ha provocado conflictos entre Estados limítrofes”, según señala un reputado profesor francés. (Charles Rousseau, Derecho Internacional Público, Ediciones Ariel, Barcelona de España, 1966, pág. 260.) Y los varios arreglos fronterizos que hemos negociado sólo han servido para adormecer las pasiones, pero prolongando los litigios.

            Estas consideraciones las expreso en esta oportunidad al examinar las relaciones venezolano-guyanesas, con motivo del reciente proceso electoral que ha tenido lugar en ese país vecino nuestro. Y lo primero que nos llama la atención es el casi nulo interés que los medios informativos –si es que todavía se les puede tildar de tal modo- han mostrado acá en Venezuela por esas elecciones en Guyana.

            En verdad , la opinión pública venezolana ha estado sometida durante el último medio siglo a una continua campaña de desinformación respecto al desarrollo de la joven nación guyanesa. Dicha campaña la inició en los años ’50 y ’60 el Departamento de Estado yanqui, inventando una reclamación sobre el laudo arbitral que a fines del siglo XIX pretendió resolver a favor de Inglaterra la delimitación de frontera. Los imperialistas anglosajones buscaron así matar dos pájaros con una sola piedra.

            En lo inmediato, para aquel entonces, se valieron de Venezuela para que con su reclamación bloqueara la independencia de Guyana mientras nuestro recordado camarada Cheddi Jagan estuviese allí al frente del gobierno. Es decir, el anticomunismo de la guerra fría acuñó la frase célebre: “no se puede permitir la instauración de otra Cuba en nuestro hemisferio”, pronunciada en Washington y repetida en Caracas por sus lacayos.

            Pero además, en perspectiva de futuro, los estrategas yanquis con ese renovado litigio fronterizo envenenaron hasta el día de hoy la relación entre Venezuela y Guyana. Tal ha sido la política de Washington, de sembrarnos discordias con nuestros vecinos. Opino yo, por lo tanto, que un paso decisivo de la actual política exterior bolivariana que ha propiciado el presidente Hugo Chávez, sería descartar en forma definitiva esa absurda reclamación. Con ello nos liberaríamos de un fantasma, y se abriría la puerta para una política de verdadero y provechoso acercamiento a toda la región del Caribe de habla inglesa.

            Por otra parte, los resultados de las elecciones presidenciales y también legislativas que se celebraron en Guyana este pasado lunes 28 de agosto, en las cuales el presidente Bharrat Jagdeo ha sido reelecto con un 55% de la votación, contra 34% de su opositor Robert Corbin, y nuestros camaradas del PPP/C obtuvieron 36 puestos de un parlamento de 65, teniendo una clara mayoría frente a los 22 que logró el PNC, reafirman las grandes posibilidades de una amplia cooperación entre los respectivos gobiernos.

            Resulta inexplicable que cuando los venezolanos estamos tejiendo alianzas con múltiples países, muchos de ellos bastante lejanos no sólo en cuanto a lo geográfico, en cambio no le ponemos cuidado a lo que sucede en este pequeño país americano que tiene desde hace tiempo un gobierno de índole progresista, incluso podemos decir marxista. Por ahora es el otro vecino, simplemente.

 

                                                                                              Jerónimo Carrera

 

                                                                                              (Publicado en el Semanario La Razón, Nº 608,

                                                                                              Caracas, domingo 3 de septiembre de 2006)