CHISTE NO, TRAGEDIA, comentario de Jorge Gómez Barata

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: WASHINGTON (AP) - Un chiste mal contado y las posteriores disculpas del senador John Kerry en torno a las fuerzas armadas en I

JOHN KERRY: CHISTE NO, TRAGEDIA

                                                                       Jorge Gómez Barata

En el enrarecido ambiente de las campañas electorales norteamericanas, en la intimidad de un ámbito universitario, creyéndose amparado por la libertad académica, el ex candidato a la presidencia, John Kerry, calificó de poco inteligentes a los soldados que sirven en Irak.

Lo que asombra en la declaración de Kerry, miembro prominente de oligarquía norteamericana, es la alusión negativa al soldado en campaña, un icono intocable desde la crítica y un símbolo que no es de un partido u otro sino de la Nación.

La enormidad del disparate explica la escala de la reacción y de la disculpa que Kerry ha tenido que dirigir a los mandos militares, a los soldados y sus familiares y a todo el país.

El último debate nacional sobre las fuerzas armadas que tuvo lugar en los Estados Unidos en la década de los setenta, estuvo ligado a la movilización para la guerra en Vietnam y concluyó en 1973 con la eliminación de la conscripción y el establecimiento del servicio militar voluntario.

Aquella decisión tuvo que ver con la naturaleza de las misiones que cumplen las fuerzas armadas norteamericanas que no están realmente comprometidas con la defensa nacional, hecho que se evidencia en que, desde la Guerra Civil, hace 150 años, no han cumplido ninguna misión combativa en su territorio.

El servicio militar obligatorio, entre muchos defectos, teóricamente, tenía la virtud de la igualdad que convertía a las tropas en una representación de la sociedad. La vigencia de aquella institución explica por qué entre los políticos norteamericanos de la anterior generación hubiera tantos veteranos de la II Guerra Mundial y de la Guerra de Corea, entre otros los presidentes JFK, James Carter y Bush padre.

Al suprimir la conscripción y convertir el servicio militar en un empleo, la elite eliminó la excusa de la obligatoriedad esgrimida por el movimiento pacifista, neutralizó el rechazo popular a la movilización para combatir en guerras imperiales y se excluyó ella misma de tan arriesgada obligación.

Al no existir la obligación legal y haberse convertido en un modo de ganarse la vida, de las fuerzas armadas voluntarias se auto excluyeron las clases altas y medias, la juventud universitaria, los artistas, deportistas y todas aquellas personas capaces de encontrar opciones menos peligrosas de ganarse la vida.

Desde entonces, las fuerzas armadas norteamericanas comenzaron a nutrirse de categorías que antes rechazaban o mantenían en proporciones aceptables, entre los que figuran los muy pobres y escasamente instruidos, integrantes de las minorías e incluso inmigrantes recién llegados. El servicio militar voluntario no contribuyó a la democratización de las fuerzas armadas ni a su humanización, sino todo lo contrario.   

La idea de servir en las fuerzas armadas como medio de vida, que funciona aceptablemente en tiempos de paz, se torna problemática cuando aparece la posibilidad de morir en combate, lo que ha obligado a introducir incentivos adicionales. En el año 2002 Bush mediante la Orden Ejecutiva 13269 dispuso que los miembros extranjeros de las fuerzas armadas que participan en acciones combativas, reciban la naturalización inmediata.

Desde que comenzó la guerra en Irak alrededor de 40 000 inmigrantes han obtenido la ciudadanía y otros tantos optan por ella. De alguna manera, no sólo por sus misiones sino también por su integración, las fuerzas armadas de los Estados Unidos corren el riesgo de convertirse en una especie de legión extranjera, con todos los peligros que semejante deformación conlleva. 

La reducción de la calificación y la idoneidad de los efectivos, la  manipulación política del ejército, el uso de la muerte de soldados como material para la propaganda política son parte de una nueva tragedia americana y no un chiste inoportuno.