MEDIOS: DE ’PALADINES DE LA LIBERTAD DE
PRENSA’ A GUERREROS DEL SISTEMA
Altercom*
Alberto Maldonado S.*
28 de junio de 2007
«Hoy el
periódico tiene que ver con la verdad como la prostitución con el
amor» Gaby Weber
*****
Caso 1.
El joven Presidente Rafael Correa , desde el
principio de su mandato (enero 15/2007) comenzó a observar que los medios de
difusión tergiversaban, manipulaban, aumentaban u omitían, informaciones y
opiniones. Creyó oportuno "criticar a los críticos" y
denunciarles como mediocres, mentirosos, faltos de ética y moral.
Fue suficiente: los medios se dieron por
notificados (a pesar de que no puntualizaba a ninguno) y comenzaron a "advertir" que el Presidente se proyectaba como "enemigo de
la libertad de prensa", que para ellos es igual a libertad de expresión de
la cual se auto proclaman sus únicos e imprescriptibles poseedores.
La pregunta que nunca contestaron: ¿por qué
cualquier ciudadano o ciudadana, no digamos el Presidente de la República,
no tiene derecho a rechazar, a protestar, a criticar, a exigir
rectificaciones si el medio ha difundido –vía información u opinión-
contenidos que no solo le afectan sino que le acusan de verdades a medias
(mentiras incompletas) y hasta de infundios agresivos o mal
intencionados?
Caso 2.
El vespertino «La Hora»,
editorialmente, acusa al Presidente Correa de "vandalismo
oficial"
En un titular de prensa, sostiene que "Correa asaltó la Junta Bancaria" El Presidente –como
cualquier ciudadano- se siente agraviado y decide, a través de su abogado,
plantear juicio penal contra el director del periódico (que de paso y
públicamente se ratifica en sus dichos) acogiéndose a una disposición
constante desde hace mucho tiempo en el Código Penal ecuatoriano.
Correa no amenaza al autor o autores de
semejantes agravios, ni dispone su apresamiento (que pudo hacerlo, aunque
preventivamente) ni el cierre del diario o cualquier otra medida cautelar.
Confía en que el fiscal y el juez de lo penal resuelvan el caso, de acuerdo
a derecho.
Al siguiente día, 12 medios impresos (entre
ellos, el propio acusado) publican un manifiesto titulado "AL
PAIS" denunciando el caso como una "agresión a la libertad
de prensa" que dicen representar, solidarizándose con la supuesta
víctima y advirtiendo (ellos) que esa acusación podría conducir a una "autocensura de los medios".
Desde luego, los restantes medios masivos de
difusión (especialmente los canales televisivos) se adhieren sin más al
periódico "amenazado" y declaran que en el Ecuador, el
Presidente Correa está atentando contra la libertad de expresión.
La pregunta que no contestan: ¿por qué es un
agravio contra la libertad de expresión que el Presidente de la República
recurra a una clarísima disposición del Código Penal y pida el
enjuiciamiento penal del insultador por el uso de términos que, de acuerdo
al diccionario de la Real Academia de la Lengua, son injurias?
Caso 3.
El Presidente, desde que se posesionó de su
cargo, mantiene los sábados una cadena radial, a fin de informar al país de
sus actividades y logros, de sus puntos de vista sobre la temática de la
semana.
Para el sábado siguiente al anuncio del
enjuiciamiento penal referido en el Caso
2 , invita a un diálogo en la casa presidencial a periodistas
de distintos medios, con el afán de conversar y hasta debatir sobre este y
otros temas. Pero un malcriado, que actuaba como editor de opinión de uno de
los diarios de mayor circulación, desde el comienzo, le dio por
impertinencias ante el propio Presidente, a quien pretendió "hacerle callar" mientras le acosaba a preguntas, algunas
francamente hirientes. El episodio terminó con la orden de Correa de que
saquen a ese individuo de la sala donde se realizaba el diálogo. Y eso fue
todo.
Mucha gente, que había escuchado el incidente,
no solo que justificaba que el Presidente haya ordenado que el malcriado
saliera de la Presidencia sino que decía que esa medida debió tomarla antes
y que debió por lo menos mandarle unas cuantas noches detenido.
Al siguiente día, diarios, canales de
televisión, no pocas radios, volvieron a la carga y protestaron por el
atropello … del Presidente, por haber dispuesto que saliera el patán
disfrazado de periodista.
Desde luego, ratificaron que Correa era un
peligro para la sagrada libertad de prensa y se solidarizaron con el
periódico y su "culto" editor de opinión.
Caso 4.
El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en uso
de sus atribuciones, decide no renovar a la empresa Radio Caracas Televisión
(RCTV) la frecuencia que ha sido usada y usufructuada por este canal,
durante 53 años. La decisión no implica una incautación de equipos y
locales, ni la disolución de la empresa, ni la prohibición de que continúe
saliendo, vía Internet, TV cable o cualquier otro medio de esta naturaleza.
La decisión es absolutamente legítima, legal; y así lo reconocen políticos,
periodistas y comentaristas, dentro y fuera de Venezuela.
Pero el caso RCTV fue tomado por prensa, radio y
televisión, en el Ecuador, como si hubiese sido propio.
Los canales de televisión (igual que a nivel
internacional) le dedicaron espacios triple AAA, en sus informativos, para
protestar, denunciar "el cierre de este canal por el autócrata
(otros hablaron del dictador) Chávez" ECUAVISA (Canal 8 –
Quito o canal 2 - Guayaquil) convirtió casi en un culebrón el suceso
mediante entrevistas a sus principales (de manera espacial a un periodista
de apellido Rodríguez o al propio presidente-director-propietario Marcel
Granier). Dos días antes de la fecha clave (junio 1, a partir de las 00:00
horas) envió a uno de sus cronistas estrella, a fin de que reporte "desde el lugar de los hechos" el cierre de este canal. Se
transmitieron (una y otra vez) imágenes "dramáticas" de
los pobrecitos y pobrecitas periodistas que iban a quedar en la
desocupación; y manifestaciones contr a este "acto
arbitrario" de Hugo Chávez. No pocas veces pasaron imágenes de "multitudinarias manifestaciones de respaldo al canal
clausurado" y varios días pasaron y repasaron tomas de "universitarios de la (Universidad) Central de Caracas" que
manifestaban su descontento por esta arbitrariedad.
Se comprende que los canales de televisión hayan
tomado el caso como "muy significativo" por tratarse de un
asunto "sensible" en el Ecuador y en toda América Latina
(excepto Cuba, desde luego) Pero, por lo menos debieron ser consecuentes con
las propias normas éticas que dicen profesar, en lo informativo. La única
versión que difundieron fue la de los directivos de RCTV.
Ni siquiera por disimular, entrevistaron a
alguien del gobierno venezolano (el Ministro de Información, que ofreció
antes, durante y después, persistentes declaraciones) o se refirieron a la
versión oficial. Ignoraron por completo las manifestaciones de respaldo a la
decisión gubernamental, que también se produjeron.
Ni de chiste recordaron que este canal fue
promotor (junto a Globovisión, Venevisión y otros medios,
a los que si les renovaron la licencia) del ensayo de golpe de estado de
abril del 2002, ese si contra un presidente legítimamente elegido en las
urnas; y que, cuando el pueblo salió a las calles y restituyó a Chávez en la
casa de Gobierno, este canal ignoró completamente el suceso y pasó durante
dos días, dibujos animados y enlatados. Que tampoco el Gobierno Chávez hizo
nada en contra de RCTV, a pesar de que siguió en una posición absolutamente
contraria al Gobierno Chávez y se prestó nuevamente para patrocinar el
criminal paro petrolero que en el 2004 afectó gravemente la economía
venezolana. Y hasta el 31 de mayo del 2007, junto a Globovisión, mantuvo una actitud ultrista contra la
revolución bolivariana y su gobi erno.
Yo pregunto, acaso cualquier gobierno
democráticamente elegido, frente a una agresión tan bestial y persistente
¿no hubiese por lo menos enjuiciado a los directivos y principales de este
canal? Pero el "autoritario Chávez" resistió las ganas que
habrá tenido por cerrar este canal golpista (y otros, especialmente los del
magnate Gustavo Cisneros, que también) y se contentó con esperar que
venciera el contrato de concesión de la frecuencia para no renovarla.
LAS OREJAS DEL LOBO
No hay que ser un politicólogo, ni siquiera un
analista de la difusión de masas, para advertir, en primer lugar, que en el
Ecuador, la gran prensa está desatando un complot en contra del gobierno de
Rafael Correa. Las críticas de éste contra la prensa mediocre y corrompida,
su decisión de enjuiciar a los insultadores de La Hora y
otras actitudes muy francas y directas, han configurado para los mass media
ecuatorianos, la imagen de un mandatario con tendencia al autoritarismo (al
estilo Chávez, desde luego) y a la violación de la para ellos
"sagrada libertad de prensa", que según la Declaración de
Chapultepec (1994) de la SIP, "debe ser
absoluta e intangible".
Para ello, necesitaban crear o provocar
situaciones que pudieran "concretar" esta tendencia:
A una insinuación del Gobierno para que el diario La Hora se disculpe por los términos agraviantes
utilizados, el director de este vespertino, no solo que no lo hizo sino que
se ratificó en sus dichos, en rueda de prensa a la que concurrieron
solícitos informadores de casi todos los medios de difusión.
El malcriado que, a título de editor de opinión
de uno de los principales diarios del país concurrió al diálogo en la casa
presidencial, actuó como tal, premeditadamente. Fue un provocador que quiso
sacar de casillas al Presidente Correa a ver si era detenido y ojalá que
agredido.
La "acción solidaria" con los
golpistas de la TV Venezolana, de los canales de televisión en el Ecuador,
tenía doble propósito: curarse en salud respecto de la remota posibilidad de
que la sociedad civil demande una investigación de cómo y a quienes se han
otorgado frecuencias en radio y televisión y la de evitar que vayan a
cuestionarles respecto de la televisión basura (yo diría que más que basura,
estiércol) que caracteriza la programación diaria, a toda hora, de los
canales abiertos.
Por supuesto, esta actitud, sin lugar a dudas
concertada y programada, responde además a redes internacionales montadas
desde el imperio: la SIP para medios impresos; y las enormes transnacionales
que manejan desde USA el prolífico al mismo tiempo que narcotizante negocio
de la televisión.
Para la SIP, por ejemplo, es
mucho más importante montar todo un show por la no renovación de la licencia
al canal golpista venezolano que los crímenes de periodistas en Colombia o
Méjico o la liberación en Estados Unidos de un terrorista infame y
descomunal, como Luis Posada Carriles.
Para los medios locales, la presencia en Quito
de John Perkins, autor de un libro que se titula «Confesiones
de un Terrorista Económico» pasó casi desapercibida a pesar de que este
agente arrepentido del Fondo Monetario y el Banco Mundial confiesa que
estuvo en Ecuador, en los años 80, promoviendo préstamos para inversiones
por cientos de millones de dólares, ya que Ecuador era un cliente apetecido
por los inversionistas gringos, por el petróleo.
Era mucho más interesante y dramático el caso
del "cierre" (que nunca se dio) de RCTV que una denuncia semejante.
La infame historia de la SIP y sus "orientaciones" a nivel continental no son ni nuevas ni
escasas. Solo baste mencionar que el Mercurio de Santiago, que durante 17
años fue vocero cuasi oficial de la dictadura pinochetista y sus crímenes y
persecuciones; o que los diarios Clarín y La
Nación, de Buenos Aires, que justificaron y apoyaron, junto con el
cardenal primado de esa capital, la genocida y cruel dictadura militar, son
los principales exponentes de medios impresos de la comunicación social que
"defienden a capa y espada la sagrada libertad de
prensa".
En definitiva, en este tinglado, se ve a las
claras que los grandes medios de difusión en el Ecuador han salido a dar la
cara por los sectores reales de poder político y económico a los que se
pertenecen, en vista de que sus partidos y líderes han colapsado, en las
últimas contiendas electorales, y han dado paso a un "agresivo
Correa" que no solo les está enfrentando y descuerándoles, sino que está
llevando a la práctica su campaña electoral: comenzar una transformación a
fondo del Estado ecuatoriano, a favor de los más pobres, que en este país,
son la gran mayoría.
NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA...
Históricamente, las crisis, las tragedias, el
terrorismo de Estado, los grandes engaños, generan a la corta o a la larga
una reacción que impulsa a nuevas generaciones hacia etapas de vida mucho
más aceptables, mucho más concretas. Cierto es que a veces, la sociedad de a
pie, debe pagar precios muy altos, como en Chile y Argentina; como lo está
pagando desde hace 50 años, Colombia y su política
para-narco-militar-terrorista. Por algo, nuestros mayores aseguraban que "no
hay mal que por bien no venga".
El Ecuador, con gran suerte, ha escapado a la
tragedia que han vivido otros países latinoamericanos. La pobreza, la
miseria, la desocupación (tiene la más alta cuota de migrantes en el mundo)
la insalubridad, el analfabetismo, los salarios de miseria, el abandono, la
terrible situación de miseria de sus campesinos, especialmente indígenas, ha
determinado que no haya necesidad de genocidas y espacios de genocidio, en
los últimos tiempos. Apenas si el gobierno constitucional y retrógrado de
León Febres Cordero (1984 – 1988) ensayó una suerte de represión criminal
contra grupos revolucionarios (Alfaro Vive) La propia gran prensa guardaba,
hasta hace poco, algún decoro en sus informaciones, para aparecer
democrática e independiente, como gusta definirse.
Pero los últimos episodios políticos y
económicos han servido para que, por entre la piel de oveja, comiencen a
brotar las orejas del lobo. Abiertamente, unos medios; tratando de guardar
las apariencias a pesar del abultado estado de gravidez, otros; pero han
salido a defender cualquier intento de que el Ecuador con Correa y su
gobierno vayan siquiera a intentar cambios que no solo les perjudique sino
que signifique pérdidas importantes para el sector.
Y a paso acelerado, esos medios de difusión, han
comenzado a perder, como en cañería rota, la credibilidad que decían tener y
de la estaban muy orgullosos. La elección de Correa (noviembre 28/2007) ya
fue un primer síntoma, ya que los grandes medios apoyaron decididamente al
multimillonario bananero Álvaro Noboa. El contundente 83% a favor del SI, en
la consulta popular de abril 15/2007, contra un escuálido 11% a favor del
NO, fue una bofetada contra los grandes medios de difusión, ya que estos
tomaron partido abiertamente en contra de la convocatoria a Asamblea
Constituyente.
Hoy en día, a través de contadas estaciones de
radio (La Luna de Quito, especialmente) se escuchan a ciudadanos y
ciudadanas, que libre y voluntariamente participan de una tribuna abierta,
recomendar a sus compatriotas que cambien de canal o dejen de comprar los
productos que publicitan tales y cuales canales de televisión o estaciones
de radio "vendidas". Y en los ambientes ciudadanos (universidades, oficinas
públicas y privadas, tertulias familiares, mercados) el cuestionamiento a
los "sinvergüenzas de los medios" es comidilla de todos los días. Poco a
poco, la gente del estado llano, va dándose cuenta que en realidad estos
medios representan los intereses, muchas veces bastardos, de los verdaderos
dueños del poder, de esos que obedecen y son voceros de los peores intereses
del imperio.
Altercom
Agencia de Prensa de Ecuador.
Comunicación para la Libertad.
Alberto Maldonado S.
Periodista ecuatoriano.
Fue Decano de Comunicación de la U. Central. Ha dirigido varios medios de
comunicación y organizaciones gremiales de periodistas.
www.altercom.org/article149530.html