Artículo de Andrés Gómez desde Miami

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: Juicio de Álvarez y Mitad

El caso de Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat

¿Cumplirán las autoridades con la ley?

Miami, 17 de mayo del 2006

Andrés Gómez, director de Areítodigital

 

 

Miami.-  A mediados de noviembre pasado los terroristas cubanoamericanos, Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat –quienes hicieron posible la entrada ilegal, en marzo del 2004, del terrorista Luis Posada Carriles en Estados Unidos-  fueron arrestados en Miami por agentes federales por posesión  de un arsenal de armas que se encontraba, desde principios del 2005, en una propiedad de Álvarez ubicada en el vecino condado de Broward.  Al mes siguiente, diciembre del 2005, fueron acusados de siete cargos por posesión ilegal de armas y explosivos, entre las que se encontraban: un silenciador, ametralladoras, granadas, lanzagranadas y explosivos. Su juicio, originalmente señalado a comenzar el pasado 8 de mayo en la ciudad de Fort Lauderdale, al norte del área metropolitana de Miami, fue aplazado por el Juez James I. Cohn, quien lo presidirá, para haber comenzado el pasado lunes, 15 de mayo, porque un caso anterior siendo ventilado en su sala no había concluido.  Ayer, por la misma razón, el juicio de Álvarez y Mitat, volvió a ser aplazado, esta vez para comenzar la semana entrante e, inclusive, existe la posibilidad, según informes de la prensa, que no comience hasta el mes de julio. 

 

En Miami, durante más de cuarenta y siete años nos hemos acostumbrado a que lo extraño no sea que ciertos individuos (entiéndase personas vinculadas a organizaciones terroristas de la extrema derecha cubanoamericana) tengan ilegalmente en su posesión cantidades indeterminadas de armas automáticas, otros armamentos y explosivos, sino que nos hemos acostumbrado a que lo extraño sea que las autoridades los arresten y los procesen por esos gravísimos delitos. A pesar de lo establecido en la ley, y que la posesión ilegal de semejante arsenal constituye un serio peligro para la seguridad de los Estados Unidos y para nuestra comunidad. Como bien dijera un fiscal federal asistente al instruir de cargos a estos dos terroristas, ese arsenal constituye “todo lo necesario para provocar un baño de sangre”.

 

Este fenómeno no se circunscribe a Miami. En abril pasado, Robert Ferro, miembro de la organización terrorista de la extrema derecha cubanoamericana, Alpha 66, fue arrestado por el FBI en Los Ángeles, California, por posesión ilegal del más grande arsenal de armas y explosivos encontrado en la historia de los Estados Unidos. Entre las 1,571 armas en ese depósito había rifles de asalto AK-47, ametralladoras UZI, pistolas con silenciadores y granadas. Pero eso no es todo, Ferro, quien hoy tiene 62 años de edad, y quien, según ha declarado, mientras fuera miembro de los servicios de tropas especiales de Estados Unidos participó en acciones terroristas en Cuba, fue arrestado en 1991, también en Los Ángeles, cuando se le ocuparon 300 armas y cinco libras del explosivo C-4.  Por ese crimen fue condenado a sólo dos años de cárcel, además, “sorprendentemente”, el juez le otorgó fianza para que pudiera -como ocurrió- mantenerse en libertad.

 

Por eso lo que nos extraña, sobre todo aquí en Miami, es que las autoridades federales hayan decidido encontrar el arsenal de Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat y que los estén procesando por ese delito.  Nos extraña porque por cuarenta y siete años las autoridades en vez de investigar y procesar a estos terroristas –sus terroristas-, que es lo que la ley determina, los ha protegido y les ha brindado impunidad para realizar sus crímenes, después de que en los años sesenta los servicios de inteligencia estadounidenses los hubiera reclutado, entrenado, dirigido y financiado, como hicieran con Luis Posada Carriles, para utilizarlos en sus campañas terroristas en contra de Cuba.

 

Con el tiempo, estos “muchachos de la CIA”, se convirtieron en los más formidables grupos paramilitares terroristas en el mundo.  Y una vez que las campañas paramilitares de la CIA fueran derrotadas en Cuba por el gobierno cubano, estos terroristas fueron utilizados por individuos en la CIA, o que habían pertenecido a la CIA, para realizar actividades terroristas y de otras índoles ilegales en Estados Unidos y en otros países.  Entre las más connotadas se encuentran: el robo de documentos en el verano de 1972, en las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata en el edificio Watergate, escándalo que culminó dos años después con la destitución del presidente Richard Nixon; la muy mencionada participación de estos individuos en el asesinato del presidente Kennedy; y, a través de los vínculos de ex agentes de la CIA con la DINA, los asesinatos de Orlando Letelier y Ronnie Moffit, en agosto de 1976, en Washington.

 

Además, “por su cuenta”, estos terroristas, cachorros de la CIA, han realizado, durante los últimos treinta y pico de años, cientos de atentados terroristas, inclusive asesinatos, dentro de Estados Unidos.  De acuerdo a documentos desclasificados del FBI, el terrorista Orlando Bosch, que vive, por obra y gracia del presidente Bush, padre, libre en Miami, cuando dirigía la organización Poder Cubano, a final de los años 60, fue responsable de los 50 atentados terroristas cometidos entre 1968 y 1969 por esa organización en Miami. Entre 1970 y 1979, mantiene el FBI, 95 atentados terroristas en Miami fueron obra de esas organizaciones terroristas. En diciembre de 1975, de acuerdo al FBI, esas organizaciones fueron responsables por 8 bombas que explotaron en Miami en un período de 24 horas: en la sede del FBI, en la de la Fiscalía Estatal, en la del Seguro Social, en el edificio central de Correos, y en la Jefatura de la Policía de la ciudad de Miami. ¿Ha sido alguien detenido y procesado por esos crímenes terroristas?

 

Un 11 de septiembre, éste de 1974, fue creada Omega 7, otra de las organizaciones de estos terroristas. De acuerdo al FBI, en los ocho años que ésta estuvo activa, realizó entre 30 a 50 acciones terroristas en Estados Unidos, incluyendo dos asesinatos, el de José Eulalio Negrín, miembro del Comité de los 75, en noviembre de 1979, en Nueva Jersey, y el de Félix García, diplomático cubano acreditado ante Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, otro 11 de septiembre, éste de 1980. Además, estos engendros, son responsables del asesinato de Carlos Muñiz Varela, miembro de la Brigada Antonio Maceo, en abril de 1979, en San Juan de Puerto Rico. ¿Ha sido alguno de los culpables  detenido y procesado por cometer esos odiosos asesinatos?

 

Nadie ha sido detenido ni procesado por haber cometido esos y otros crímenes y asesinatos terroristas, aunque, escandalosamente, cinco cubanos, quienes infiltrados en esas organizaciones terroristas, precisamente, para impedir que se cometieran más crímenes, fueron detenidos, falsamente acusados de espionaje contra los Estados Unidos y condenados a injustificadas e interminables condenas carcelarias.

 

A un año, hoy, de la detención y continua protección por la Casa Blanca del terrorista Luis Posada Carriles, ¿se podrá confiar, después de los largos años de esa nefanda relación con estos terroristas, que, comenzando con el caso de los terroristas Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat, las autoridades cumplan con la ley?  fin