27/6/2007
LAS
'JOYAS DE LA FAMILIA' DE
LA CIA (1)
'Johnny'
contra Castro
1.
• La CIA reclutó en
1960 a
dirigentes de la Mafia para asesinar al dirigente cubano
2.
• El plan preveía matar
al comandante poniendo una pastilla con veneno en su
comida
En
pie de guerra Fidel
Castro (derecha), en un tanque, durante la invasión de Bahía Cochinos. Foto:
ARCHIVO / AP
JOAN
CAÑETE BAYLE
WASHINGTON
La
agencia de espionaje estadounidense ha publicado en internet lo que se conoce
como las 'joyas de la familia', un informe de 702 páginas que recoge actividades
ilegales de la CIA entre los años 50 y 70. EL PERIÓDICO inicia hoy una serie
sobre las operaciones más destacadas, que incluyen intentos de asesinato de
dirigentes extranjeros, espionaje de periodistas, infiltración en grupos
pacifistas y de izquierdas, secuestros y pruebas médicas clandestinas a
ciudadanos estadounidenses.
Johnny
Roselli, alias Johnny, el Guapo,
nacido en Italia como Filippo Sacco, se citó en el hotel Hilton Plaza de Nueva
York el 14 de septiembre de 1960 con Robert Maheu y un individuo que fue
presentado al mafioso --un capo que había trabajado con Al Capone en Chicago y
con Jack Dragna en Los Ángeles y que formaba parte del cártel que dominaba Las
Vegas-- como un empleado de Maheu. En realidad, se trataba de James O'Connell,
empleado de la Oficina de Seguridad, agencia de la que Maheu era informante. La cita
no era una trampa a Roselli, sino una reunión de negocios: la CIA quería que
Roselli matara a Fidel Castro.
El plan nació en
agosto de 1960, cuando un dirigente de la agencia de espionaje, Richard Bissell,
se puso en contacto con la Oficina de Seguridad para saber si conocía a alguien
"que pudiera ayudar en una misión muy
delicada que requería acción a lo gángster". Ese alguien resultó ser
Maheu, un informante privado que había trabajado para el FBI y que era conocido
como un contable en el mundillo mafioso. Maheu se acercó a Roselli con la
historia pactada con la CIA: que un grupo de empresarios que sufría perjuicios
económicos desde la llegada de Fidel quería quitarse del medio al comandante y
ofrecía 150.000 dólares (111.000 euros).
Fondos de la
agencia
Roselli no se
creyó lo de la empresa privada, y se mostró reacio a inmiscuirse en el asunto.
Aun así, la Mafia había recibido un duro golpe en sus negocios tras la
revolución castrista, y como la CIA suponía su plan fertilizó en un terreno
abonado. Roselli puso en contacto a Maheu con un tal Sam Gold, y rechazó recibir
dinero a cambio de su papel en la operación. "Ninguno de estos individuos recibieron fondos de la
agencia", reza el informe.
Gold se reunió con
Maheu la semana del 25 de septiembre en el hotel Fontainebleau de Miami junto a
otro individuo, identificado como Joe y, de profesión, correo entre La Habana y
Miami. En realidad, los interlocutores de Maheu eran Momo Salvatore Giancana,
jefe de la Cosa
Nostra en Chicago y sucesor de Al Capone, y Santos Trafficante,
responsable de las actividades de la mafia en Cuba. Ambos formaban parte de la
lista de 10 personas más buscadas por las autoridades estadounidenses. Del
intercambio de opiniones surgió la idea --que el informe atribuye a Giancana--
de asesinar a Castro con una pastilla "que
podría ser puesta en la comida o la bebida" y un contacto: Juan
Orta.
Orta era un
dirigente cubano a sueldo de la mafia, que gozaba de cierto nivel de acceso a
Castro y que atravesaba apuros financieros. A Orta le entregó Trafficante seis
pastillas creadas en los laboratorios de la CIA. Según el informe, Orta se
acabó rajando tras varios
intentos sin éxito. Entonces Trafficante propuso otro nombre: Anthony Verona, un
dirigente del exilio que quería dejar la política y optar por medios más
radicales para recuperar Cuba. Verona propuso utilizar sus propios recursos pero
exigió a cambio unos 8.000 dólares (casi 6.000 euros) y un equipo de
comunicaciones. "El potencial de Verona nunca
fue explotado en su plenitud, ya que el proyecto se canceló poco después de
Bahía Cochinos".
Asesinato de
Kennedy
Los protagonistas
de la operación vuelven a aparecer de una forma u otra, desde Roselli a Maheu,
en las teorías de la conspiración que rodean el asesinato de John F. Kennedy. Es
curioso pero, cuando asesinaron al presidente, Maheu debía en parte su libertad
al hermano de Kennedy, Robert, que en 1962, a petición de la CIA, canceló
una denuncia contra el informante por su papel en el espionaje de una señorita,
Phyllis McGuire, a la sazón novia de Giancana. Y es que el mafioso, temeroso de
que su chica le diera el salto, pidió a Maheu que la espiara como contrapartida
por su implicación en el intento de asesinato de Fidel, con la mala suerte de
que la policía los pilló. Cosas de la Cosa
Nostra.
Menos suerte con
sus amigos de la CIA tuvo Roselli. En diciembre de 1968, Johnny el Guapo fue
condenado por timar 400.000 dólares (casi 300.000 euros) en una gran timba a los
miembros del Club Friars al que, por cierto, había accedido con la recomendación
de Frank Sinatra. En noviembre de 1970, Maheu alertó a la CIA de que Roselli
amenazaba con irse de la lengua en lo referente a Fidel si la agencia no lo
ayudaba. "Se decidió que la agencia no
ayudaría bajo ningún concepto a Roselli". Como consecuencia, Roselli
o alguien de su entorno filtró el intento de asesinato al periodista de The Washington Post Jack Anderson, que
publicó dos artículos a principios de los 70.
No aparece en el
informe de la CIA, pero la historia dice que Johnny el Guapo no tuvo un final
feliz. Tras testificar en el Congreso en 1975 y 1976 sobre su supuesta
implicación en la operación de Bahía Cochinos y el asesinato de Kennedy, Roselli
desapareció del mapa en 1976, después de que Giancana fuera asesinado a tiros
poco antes del día en que debía testificar. En agosto de 1976, el cuerpo
descompuesto de Roselli apareció en un bidón flotando en las aguas de una bahía
de Florida. Johnny el Guapo había sido estrangulado, apuñalado y sus piernas,
cortadas con un hacha.