OPTICA MUNDIAL - (domingo 4 de junio de 2006)

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: Crisis sindical

OPTICA MUNDIAL

Crisis sindical

            En la presente situación venezolana, con un proceso de transformación revolucionaria en marcha, tiene que ser sumamente preocupante para todas las fuerzas progresistas lo que ahora sucede en nuestro movimiento sindical.

            Ya no es simplemente la histórica división, existente a nivel internacional desde los inicios mismos de los sindicatos como esencial forma de lucha de la clase obrera, que se ha expresado en la confrontación entre dos grandes corrientes sindicales: la reformista y la revolucionaria. Lo que estamos viendo aquí, dolorosamente, es la incapacidad de los muy diversos sectores que se autoproclaman revolucionarios –y manifiestan su apoyo a la Revolución Bolivariana todos los días- para llevar a la práctica sus declarados propósitos unitarios.

            Parece que pesa mucho el legado divisionista que de uno o de otro modo remonta a los años ‘60, cuando los sindicalistas adecos procedieron a romper la unidad que se había forjado en la lucha contra el régimen dictatorial petrolero-militar de Marcos Pérez Jiménez. Entonces fue Rómulo Betancourt, como presidente de la república y siguiendo al pie de la letra las órdenes venidas de Washington, quien desde arriba logró imponer la división sindical.

            Hay que preguntarse, por lo tanto, de donde emana en la Venezuela de hoy el divisionismo que tras siete años del proceso revolucionario es todavía capaz de impedir la reunificación del movimiento sindical.

            Creo yo, firmemente, que sin clase obrera no puede realizarse ninguna revolución de orientación socialista, y que una clase obrera dividida corre el riesgo de convertirse en un instrumento contrarrevolucionario. De allí que podamos afirmar que quienes se opongan a la unidad obrera en realidad actúan como agentes no sólo de los patronos, o sea de la burguesía criolla, sino que responden al mandato del imperialismo, que es el enemigo principal del pueblo venezolano.

            En consecuencia, debe entenderse que seguramente no tenemos ahora los revolucionarios venezolanos tarea más urgente que la de lograr cuanto antes posible la creación de una poderosa central sindical, representativa de todos los sindicatos clasistas que ya existen en nuestro país pero están carentes de una dirección unificada.

            Hace poco escribí en esta misma columna lo siguiente: “Aquí en Venezuela este Primero de Mayo debería servir para estimular en nuestros trabajadores su sentido de clase, y a ello no contribuye de ninguna manera un movimiento sindical fraccionado y burocráticamente dirigido.” Y añadía yo: “...los comunistas a la vez que venimos alertando desde hace bastante tiempo sobre la amenaza creciente de una agresión armada del imperialismo yanqui, igualmente llamamos al pueblo trabajador a forjar la mayor unidad posible.” (La Razón, Nº 590, del 30-4-06.)

            Los hechos, sin embargo, continúan presentándose muy negativos para alcanzar siquiera cierto grado de unidad organizativa, y me refiero en concreto a la triste experiencia del reciente congreso convocado por nuestros amigos de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). La discordia casi total que allí predominó es realmente alarmante y debería ser motivo de autocrítica.

            El argumento esgrimido para no elegir una directiva de esa nueva central, pretextando que primero deberá celebrarse acá la elección de presidente de la república en diciembre próximo, me parece hipócrita y sobre todo contrario a los principios elementales que han guiado en todas partes del mundo al sindicalismo revolucionario, es decir, la norma básica de un legítimo movimiento sindical, independiente siempre de los patronos y también del Estado y los gobiernos. Ahora que está efectuándose en Ginebra la reunión anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), bien podemos imaginarnos el papelazo que en esa asamblea estarán haciendo los sindicalistas venezolanos.

 

                                                                                              Jerónimo Carrera

 

         (Publicado en el Semanario La Razón, Nº 595,

          Caracas, domingo 4 de junio de 2006)