Considero maravillosas las casi diarias
reflexiones de Fidel por su claridad y sensibilidad revolucionaria, Mis
felicitaciones y agradecimiento por tener posibilidad de leerlas y disfrutarlas.
Saludos bolivarianos.
----- Original Message -----
Sent: Tuesday, November 13, 2007 3:41
AM
Subject: Reflexiones del Comandante en
Jefe y Artículo de Juan Carlos Camaño, presidente de la FELAP
Reflexiones
del Comandante en Jefe
El debate
de la Cumbre
Las paredes, la distancia y el
tiempo se redujeron a cero. Parecía irreal. Nunca había tenido lugar un
diálogo parecido entre Jefes de Estado y de Gobierno, que en casi su totalidad
representaban países saqueados durante siglos por el coloniaje y el
imperialismo. Ningún hecho podía ser más didáctico.
El sábado 10 de noviembre
de 2007 pasará a la historia de nuestra América como el día de la verdad.
El Waterloo ideológico
ocurrió cuando el Rey de España le preguntó a Chávez de forma abrupta: "¿Por
qué no te callas?". En ese instante todos los corazones de América Latina
vibraron. El pueblo venezolano, que debe responder sí o no el próximo 2 de
diciembre, se estremeció al vivir de nuevo los días gloriosos de Bolívar. Las
traiciones y los golpes bajos que recibe diariamente nuestro entrañable
hermano, no harán cambiar ese sentimiento de su pueblo bolivariano.
Al llegar Chávez al
aeropuerto de Caracas, procedente de Chile, y escuchar directamente de su boca
los planes de mezclarse con las multitudes, como lo ha hecho tantas veces,
comprendí con absoluta claridad que, dadas las circunstancias actuales y la
victoria ideológica de gran trascendencia obtenida por él, un asesino a sueldo
del imperio, un oligarca envilecido por los reflejos que sembró la maquinaria
de publicidad imperial, o un perturbado mental, podrían poner fin a su vida.
Es imposible apartarse de la impresión de que el imperio y la oligarquía se
esmeran por conducir a Chávez a un callejón sin salida poniéndolo fácilmente
al alcance de un disparo.
En el caso de Venezuela,
la victoria no se debe convertir en terrible revés sino en victoria mucho
mayor, para evitar que el imperialismo conduzca al suicidio a nuestra especie.
Hay que seguir luchando y corriendo riesgos, pero no jugar todos los días a la
ruleta rusa o al cara o cruz de una moneda. Nadie escapa de los cálculos
matemáticos.
En tales circunstancias
deben usarse preferiblemente los medios modernos de comunicación que
transmitieron al mundo en vivo y en directo los debates de la cumbre.
Fidel Castro
Ruz
Noviembre 12 de
2007
Hora: 4 y 45
p.m.
Las nuevas amenazas contra Cuba
y la babosa neutralidad periodística
Por Juan Carlos Camaño
*
El criminal de guerra,
George W. Bush, actual presidente de Estados Unidos, azuzado y aupado por
encumbrados mafiosos cubano-americanos, se despachó pocos días atrás semana
pasada con otra vuelta de tuerca de amenazas contra Cuba, contra su pueblo y
su Revolución.
Ya hubieron quienes
analizaron con acierto en qué medida el discurso pronunciado por Bush
contemplaba algunas novedades de forma, dado que en el fondo el fin perseguido
no varía: exterminar a los que, como en el caso de Cuba, no se postran a los
pies del imperio.
El discursito, que
advierte sobre la llegada del "momento" de avanzar sobre la Revolución Cubana,
está enmarcado en el "Plan de Bush para Cuba", el cual –desde el campo del
periodismo y la información comunicación- no alcanzó, salvo muy honrosas
excepciones, el necesario repudio internacional que merece toda apología del
terrorismo hecha antes, durante y/o con posterioridad a los hechos de
terror.
Hace más de tres años
que el Plan Terrorista de Bush es conocido públicamente y hace
poco más de uno que se le afinaron detalles inyectándole unos 80 millones de
dólares, según se supo, y muchos millones más –no declarados- para soliviantar
a los "disidentes", en el curso de 2007 y durante el 2008, dentro y fuera de
la Isla.
Como sostiene el
periodista y escritor cubano Nicanor León Cotayo, en "El Plan Bush CUBA: MADE
IN USA", el texto -que apunta al corazón de la Cuba revolucionaria- representa
"un valiosísimo instrumento para la formación político ideológica de las
nuevas generaciones de cubanos, así como para las menos jóvenes, porque allí
se pueden descubrir aún más –como alertó José Martí- quién es el enemigo
histórico de su nación, cómo piensa y actúa".
"El 6 de mayo de 2004,
varios periodistas norteamericanos fueron conducidos a uno de los jardines de
la Casa Blanca para cubrir un espectáculo que desde hacía meses, venía siendo
anunciado por la propaganda del gobierno y el eco de sus colaboradores
radicados en Miami.
Se trataba del informe
elaborado por hombres del presidente George Bush, con el objetivo de apretar
aún más el cerco económico y político en torno a Cuba…" dice Cotayo en su
libro.
El replay de la semana
pasada tiende a imprimirle una nueva dinámica al dispositivo terrorista en
marcha. Por eso bien valen las denuncias y el repudio, así como recordar que
los silencios de quienes actúan en el terreno de la
información-comunicación, no son más que complicidades, queridas o no,
con el criminal y su pandilla amiga. Y vale recordar que ya en los tiempos en
que Clinton era presidente de EE.UU. un "Plan de Transición" para Cuba
engordaba los sueños contrarrevolucionarios, de mafiosos, mercenarios e
idiotas útiles. A ello replicó el comandante Fidel Castro Ruz en el discurso
de clausura del Congreso de Pedagogía, el 7 de febrero de 1997, haciendo
alusión al comportamiento de Cuba y de otros gobiernos frente a las amenazas
del imperio: "Sabemos –dijo Castro- que hay gente, mucha gente y muchos
gobiernos que tiemblan cuando el embajador norteamericano habla. Ya esos
reflejos no existen aquí hace mucho tiempo, ningún embajador podrá hacernos
temblar, ninguna amenaza del imperio, ningún documento, ningún chantaje,
ninguna maniobra".
"No hay denuncias
masivas –a través de los grandes medios informativos y comunicacionales a
escala global- en defensa de los derechos humanos de más de once millones de
cubanos amenazados y agredidos sistemáticamente por el imperialismo
norteamericano", decíamos desde la presidencia de la FELAP en el documento
"Consensos y silencios cómplices para futuros crímenes: EE.UU. prepara el
asalto a Cuba", publicado el año pasado.
Y agregábamos: "Ni hay
valoración periodística y política alguna acerca de la arrogancia
imperialista, lanzada, con total desparpajo, a "dibujar" una Cuba a imagen y
semejanza de otros súbditos de EE.UU. Y más: es patético el comportamiento
melifluo, cobarde y huidizo, de gobiernos y Jefes de Estado, callados ante la
impunidad con que se establecen y recrean las mil y una variantes de la
"guerra preventiva"…"
El "Plan de Bush para
Cuba", que en su momento dimos a conocer, refiere a la "Aceleración de la
transición en Cuba" y habla, entre otras cuestiones, de "restablecer la
libertad de prensa", lo cual supone volver a la "libertad" de los tiempos del
ex dictador Fulgencio Batista, socio lacayo de EE.UU. hasta el triunfo de la
Revolución Cubana. Ahí, en esa medida a aplicar, se plantea "ayuda concreta a
periodistas independientes y disidentes de la Isla". Ni más, ni menos, que a
aquellos que, como se lo demostró reiteradamente en Cuba, han participado y
participan de acciones de desestabilización, contrarrevolucionarias y en
algunos casos de carácter terrorista.
Se dice también que
"durante la transición" se brindará "asistencia técnica por parte de los
expertos y periodistas de los medios de difusión del sector privado para
contribuir al desarrollo de los medios de difusión privados", los que, como es
de sencilla suposición pasarán a ser "independientes", o para mejor decir:
dependientes de los centros de poder informativo-comunicacional, afines con el
imperialismo de EE.UU. Algo así como sucursales del núcleo duro de los
conservadores-guerreristas piloteado por una orgánica cuyas cabezas más
visibles son el magnate Rupert Murdoch, Silvio Berlusconi, José María Aznar,
Tony Blair, el mismísimo George W Bush y una serie de subordinados, a la
usanza de Marcel Granier, ex dueño de Radio Caracas Televisión de Venezuela,
enconado defensor de su propia "libertad de expresión" y de la de un grupo de
ricachones venezolanos, confrontados a la Revolución Bolivariana.
Como bien se sabe,
desde mucho antes del año 2004 EE.UU. prepara el asalto definitivo a Cuba. Hoy
ha habido un cambio de ritmo y un redoblar de esfuerzos buscando adhesiones
internacionales en una nueva fase de planificación. El buque insignia de la
"democracia" y la "libertad", no conforme con sus reveses en el pantano
iraquí, ajusta la mira contra Cuba procurando alcanzar una carambola que
impacte en Venezuela y restituya en toda la región la disciplina al
neoliberalismo, puesta en crisis por las luchas de resistencia del campo
popular, representadas, como hacía tiempo no sucedía, por varios gobiernos
desobedientes de las ordenes impartidas desde Washington.
Así están las cosas. De
un lado los criminales, guerreristas, imperialistas. Del otro lado, quienes no
sólo resistimos, sino que contribuimos con la construcción de un mundo mejor.
En el medio: una babosa neutralidad que, en el caso de un tipo de periodismo,
hace el ridículo apelando a la "teoría" de las "dos campanas", mientras el
globo se desliza hacia una guerra total e interminable. Como se lo propone
gustoso el Complejo Industrial Militar, con sede intelectual en el Pentágono,
las transnacionales de la guerra y la mismísima Casa Blanca.
* Presidente de la
Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).
Las nuevas amenazas contra Cuba
y la babosa neutralidad periodística
Por Juan Carlos Camaño
*
El criminal de guerra,
George W. Bush, actual presidente de Estados Unidos, azuzado y aupado por
encumbrados mafiosos cubano-americanos, se despachó pocos días atrás semana
pasada con otra vuelta de tuerca de amenazas contra Cuba, contra su pueblo y
su Revolución.
Ya hubieron quienes
analizaron con acierto en qué medida el discurso pronunciado por Bush
contemplaba algunas novedades de forma, dado que en el fondo el fin perseguido
no varía: exterminar a los que, como en el caso de Cuba, no se postran a los
pies del imperio.
El discursito, que
advierte sobre la llegada del "momento" de avanzar sobre la Revolución Cubana,
está enmarcado en el "Plan de Bush para Cuba", el cual –desde el campo del
periodismo y la información comunicación- no alcanzó, salvo muy honrosas
excepciones, el necesario repudio internacional que merece toda apología del
terrorismo hecha antes, durante y/o con posterioridad a los hechos de
terror.
Hace más de tres años
que el Plan Terrorista de Bush es conocido públicamente y hace
poco más de uno que se le afinaron detalles inyectándole unos 80 millones de
dólares, según se supo, y muchos millones más –no declarados- para soliviantar
a los "disidentes", en el curso de 2007 y durante el 2008, dentro y fuera de
la Isla.
Como sostiene el
periodista y escritor cubano Nicanor León Cotayo, en "El Plan Bush CUBA: MADE
IN USA", el texto -que apunta al corazón de la Cuba revolucionaria- representa
"un valiosísimo instrumento para la formación político ideológica de las
nuevas generaciones de cubanos, así como para las menos jóvenes, porque allí
se pueden descubrir aún más –como alertó José Martí- quién es el enemigo
histórico de su nación, cómo piensa y actúa".
"El 6 de mayo de 2004,
varios periodistas norteamericanos fueron conducidos a uno de los jardines de
la Casa Blanca para cubrir un espectáculo que desde hacía meses, venía siendo
anunciado por la propaganda del gobierno y el eco de sus colaboradores
radicados en Miami.
Se trataba del informe
elaborado por hombres del presidente George Bush, con el objetivo de apretar
aún más el cerco económico y político en torno a Cuba…" dice Cotayo en su
libro.
El replay de la semana
pasada tiende a imprimirle una nueva dinámica al dispositivo terrorista en
marcha. Por eso bien valen las denuncias y el repudio, así como recordar que
los silencios de quienes actúan en el terreno de la
información-comunicación, no son más que complicidades, queridas o no,
con el criminal y su pandilla amiga. Y vale recordar que ya en los tiempos en
que Clinton era presidente de EE.UU. un "Plan de Transición" para Cuba
engordaba los sueños contrarrevolucionarios, de mafiosos, mercenarios e
idiotas útiles. A ello replicó el comandante Fidel Castro Ruz en el discurso
de clausura del Congreso de Pedagogía, el 7 de febrero de 1997, haciendo
alusión al comportamiento de Cuba y de otros gobiernos frente a las amenazas
del imperio: "Sabemos –dijo Castro- que hay gente, mucha gente y muchos
gobiernos que tiemblan cuando el embajador norteamericano habla. Ya esos
reflejos no existen aquí hace mucho tiempo, ningún embajador podrá hacernos
temblar, ninguna amenaza del imperio, ningún documento, ningún chantaje,
ninguna maniobra".
"No hay denuncias
masivas –a través de los grandes medios informativos y comunicacionales a
escala global- en defensa de los derechos humanos de más de once millones de
cubanos amenazados y agredidos sistemáticamente por el imperialismo
norteamericano", decíamos desde la presidencia de la FELAP en el documento
"Consensos y silencios cómplices para futuros crímenes: EE.UU. prepara el
asalto a Cuba", publicado el año pasado.
Y agregábamos: "Ni hay
valoración periodística y política alguna acerca de la arrogancia
imperialista, lanzada, con total desparpajo, a "dibujar" una Cuba a imagen y
semejanza de otros súbditos de EE.UU. Y más: es patético el comportamiento
melifluo, cobarde y huidizo, de gobiernos y Jefes de Estado, callados ante la
impunidad con que se establecen y recrean las mil y una variantes de la
"guerra preventiva"…"
El "Plan de Bush para
Cuba", que en su momento dimos a conocer, refiere a la "Aceleración de la
transición en Cuba" y habla, entre otras cuestiones, de "restablecer la
libertad de prensa", lo cual supone volver a la "libertad" de los tiempos del
ex dictador Fulgencio Batista, socio lacayo de EE.UU. hasta el triunfo de la
Revolución Cubana. Ahí, en esa medida a aplicar, se plantea "ayuda concreta a
periodistas independientes y disidentes de la Isla". Ni más, ni menos, que a
aquellos que, como se lo demostró reiteradamente en Cuba, han participado y
participan de acciones de desestabilización, contrarrevolucionarias y en
algunos casos de carácter terrorista.
Se dice también que
"durante la transición" se brindará "asistencia técnica por parte de los
expertos y periodistas de los medios de difusión del sector privado para
contribuir al desarrollo de los medios de difusión privados", los que, como es
de sencilla suposición pasarán a ser "independientes", o para mejor decir:
dependientes de los centros de poder informativo-comunicacional, afines con el
imperialismo de EE.UU. Algo así como sucursales del núcleo duro de los
conservadores-guerreristas piloteado por una orgánica cuyas cabezas más
visibles son el magnate Rupert Murdoch, Silvio Berlusconi, José María Aznar,
Tony Blair, el mismísimo George W Bush y una serie de subordinados, a la
usanza de Marcel Granier, ex dueño de Radio Caracas Televisión de Venezuela,
enconado defensor de su propia "libertad de expresión" y de la de un grupo de
ricachones venezolanos, confrontados a la Revolución Bolivariana.
Como bien se sabe,
desde mucho antes del año 2004 EE.UU. prepara el asalto definitivo a Cuba. Hoy
ha habido un cambio de ritmo y un redoblar de esfuerzos buscando adhesiones
internacionales en una nueva fase de planificación. El buque insignia de la
"democracia" y la "libertad", no conforme con sus reveses en el pantano
iraquí, ajusta la mira contra Cuba procurando alcanzar una carambola que
impacte en Venezuela y restituya en toda la región la disciplina al
neoliberalismo, puesta en crisis por las luchas de resistencia del campo
popular, representadas, como hacía tiempo no sucedía, por varios gobiernos
desobedientes de las ordenes impartidas desde Washington.
Así están las cosas. De
un lado los criminales, guerreristas, imperialistas. Del otro lado, quienes no
sólo resistimos, sino que contribuimos con la construcción de un mundo mejor.
En el medio: una babosa neutralidad que, en el caso de un tipo de periodismo,
hace el ridículo apelando a la "teoría" de las "dos campanas", mientras el
globo se desliza hacia una guerra total e interminable. Como se lo propone
gustoso el Complejo Industrial Militar, con sede intelectual en el Pentágono,
las transnacionales de la guerra y la mismísima Casa Blanca.
* Presidente de la
Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).