Como es costumbre de los
imperialistas, el saliente embajador de Estados Unidos en Venezuela,
William Brownfield, quiso hacer su despedida con bombas y
platillos. Y para hacer su “gran show”, se trasladó a su estado favorito,
“la
República Independiente de Zulia”, como le gusta
llamarlo. Estando allí, reunido con su más íntimo amigo en el país, el
filósofo Manuel Rosales, el Brownfield hizo unas declaraciones bastantes
reveladoras y llenas del cinicismo típico de sus acciones durante su
estadía de casi tres años en Venezuela. En una entrevista con el periódico
zuliano, Panorama, (jueves 28 de junio del 2007) Brownfield reveló que el
país que representa considera cada día más su relación con Venezuela al
igual que su relación con Cuba. Bastante fuerte es esa indicación, porque
Estados Unidos clasifica a Cuba como “país enemigo” y no mantiene ni
siquiera relaciones diplomáticos con la isla caribeña. Como el
representante diplomático de Estados Unidos en Venezuela,
William Brownfield solo podrá declarar en público lo que
el Departamento de Estado le autoriza. Eso implica entonces, que desde
Washington quieren que el pueblo tanto como el gobierno venezolano sepa
hacia donde van con su estrategia agresiva contra Venezuela. Además de la
comparación con Cuba, de la cuál Brownfield dijo literalmente: “…hay
muchos elementos coincidentes entre las relaciones EEUU y Cuba y EEUU y
Venezuela, lamento decirlo pero creo que la tendencia de la relación
bilateral está en esa dirección…”, también comparó la situación de la
relación con Venezuela con la de la Guerra Fría.
“…Durante 50 o 60 años EEUU y la antigua Unión
Soviética teníamos diferencias increíbles en cuestiones
políticas, filosóficas e ideológicas, pero manteníamos el diálogo sobre
puntos de importancia como el control de armas, el comercio y la
colaboración policial, a pesar de las diferencias. Otro ejemplo son las
relaciones de EEUU y China, EEUU y Vietnam, no coincidimos en muchas cosas
pero sí tenemos unas relaciones positivas; y ojalá fuera posible llegar a
ese punto en casos como el de Venezuela…”
En un informe preparado
por el Instituto de Estudios Estratégicos del Ejército de Estados Unidos
de fecha octubre 2005, ése componente de las fuerzas armadas
estadounidenses clasifica a Venezuela y el “bolivarianismo” como “la
amenaza más grave a Estados Unidos desde la Unión
Soviética y el comunismo,” algo que hace pensar que las
últimas declaraciones de Brownfield tienen que ver con una visión
estratégica de Washington hacia Venezuela. Profundizando en las palabras
de Brownfield, se lee muy claramente que Estados Unidos considera a
Venezuela como un “estado enemigo” que representa una seria amenaza
ideológica al modelo estadounidense y potencialmente un peligro a la
seguridad de los intereses estadounidenses en el
hemisferio.
Brownfield también hizo un señalamiento sobre el caso
del terrorista Luís Posada Carriles, quien su gobierno ha rechazado
extraditar a Venezuela a pesar de las múltiples solicitudes de Caracas
fundamentas en el tratado de extradición existente entre los dos países
desde el año 1922. El comentario de Brownfield sobre el caso no solamente
reafirma la tesis de esta escritora – que jamás lo extraditarán – sino
demuestra el nivel de cinismo, maldad y hipocresía de ése funcionario y el
gobierno que representa. “El señor Posada Carriles es un hombre de 79
años, que según parece padece de cáncer, es bastante evidente que no es
ningún peligro inminente para nadie…El caso presentado por el gobierno
venezolano no es suficiente para permitir la extradición de Posada
Carriles…”
¿Desde cuándo en la política anti-terrorista que tanto
promueve Estados Unidos ha existido una consideración por la edad o el
estado de salud de un terrorista? Osama bin Laden también esta enfermo de
los riñones y es un señor avanzado en su edad, entonces, ¿eso significa
que si lograran encontrarlo lo dejarían libre? ¿O es que un señor de 79
años es incapaz de cometer actos criminales o terroristas? ¿Y entonces,
que pasó con la justicia? ¿No hay justicia para las víctimas cuando se
trata de un viejo terrorista?
Sería mejor que los voceros de
Washington simplemente dijeran que no van a extraditar al terrorista Luís
Posada Carriles porque él ha servido de manera fiel a ése gobierno y
entonces lo van a proteger, en lugar de insultar tan descaradamente a la
inteligencia de nuestros pueblos.
Difícil es esperar más de un
gobierno que públicamente financia con millones de dólares al año sectores
extremistas y no-democráticos de la oposición venezolana, a pesar de las
numerosas pruebas que demuestran esta gran violación de la soberanía y la
Ley venezolana; o que invierte diez millones de dólares en un plan de
transmitir propaganda “pro-estadounidense” al territorio venezolano,
también violando la soberanía de Venezuela; o que diseña y apoya golpes de
estado, sabotajes económicos, Guerra mediática y hasta utiliza a
la propia
Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, como vocera de la
oposición venezolana para solicitar la intervención internacional de la
Organización de Estados Americanos en Venezuela. Lo que sí es clave de las
declaraciones del saliente embajador, quien continuará sus conspiraciones
contra Venezuela desde su trinchera en la embajada estadounidense en
Bogotá, es que la política de Washington hacia Venezuela se avanza
rápidamente hacia una política bélica que no tendrá otro objetivo sino el
derrocamiento del Presidente Chávez y la destrucción de la revolución
bolivariana.
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