Editorial de
La Alborada
Lo
siguiente contiene un número de vueltas y recodos que confunden.
Sentimos que por el tema sea inevitable este desenlace. Favor de
seguir el hilo.
Estados
Unidos sostiene que no puede encontrar ningún país que esté
dispuesto a recibir a Luis Posada Carriles, y que por lo tanto no lo
puede deportar. Como resultado --lamenta-- puede que simplemente
tenga que ponerlo en libertad.
Rehusan
los Estados Unidos entregarlo a Cuba --que ha renunciado a su
reclamo de enjuiciarlo por asesinato en masa y otros actos de
terrorismo, a favor de la petición de extradición de Venezuela-- ni
a Venezuela, aseverando, sin evidencia ni lógica, que allí sería
torturado Posada. El país que ahora defiende la tortura a
nivel del presidente y de su procurador general dice que los
tratados anti-tortura--los mismos que EEUU ignora cuando de sus
propias torturas se trata-- prohiben la extradición de Posada a
Venezuela.
También
asegura EEUU que le ha pedido a varios otros países que tomen a
Posada, pero que ellos rehusan hacerlo. Los países son Canadá,
México, y las naciones centroamericanas de Panamá, El Salvador,
Honduras, Guatemala, y Costa Rica. Canadá y México son aliados
cercanos de EEUU, y socios del libre comercio en el TLCAN. Los
otros cuatro también han firmado un TLC con EU, esperando que les
traiga un milagro económico. A ninguno de ellos se le conoce
por ofrecer resistencia decidida a algún pedido directo de EU.
Canadá y México han mantenido una cierta independencia en el pasado,
pero no bajo sus gobiernos actuales.
Uno
diría que con torcer los brazos un poco y quizás la entrega de una
suma para el desarrollo se resuelve el asunto. No obstante, todos
rechazan a Posada, hasta el discípulo de EU, Oscar Arias, en Costa
Rica.
No
sabemos qué dice el resto del mundo, ni siquiera si se le ha
preguntado a otro país. ?Qué del Reino Unido, por ejemplo? ?No le
haría Tony Blair un favor más a Bush antes de dejar su puesto? ?Y
qué de Colombia, Chile, o las Islas Marshall? Parece que EU se
encuentra maniatado de forma inusual en conseguir que otro país
acepte a Posada.
Las
leyes de EU sugieren que si Posada no puede ser deportado por falta
de país que lo reciba, pues, bueno, puede que haya que soltarlo.
¿Por qué hablamos de deportación? Porque EU rehusa calificar a
Posada de terrorista. Se le ha detenido sólo por violaciones de
inmigración, a las cuales recientemente se les añadió cargos de
mentir a funcionarios de inmigración. Eso, se hizo para esquivar la
fecha límite impuesta por un juez de inmigración que hubiera
requerido la liberación de Posada, quien estaba detenido por el
servicio de inmigración.
Posada
sigue recluído, pero sin atisbo de extradición ni de
deportación. Según los tratados, si no es extraditado debe ser
enjuiciado aquí--no por entrada ilegal, sino por los horrendos
crímenes de los cuales se le acusa. Pero EU no tiene mayor intención
de cumplir con sus obligaciones bajo los tratados que de
extraditarlo.
Y es
que Posada no se quiere ir a ningún lado que no sea a EU--en
particular, a Miami--y si lo deportaran no podría entrar más de
vuelta. El gobierno de EU, en base a su cometido para con los
que apoyan a Posada en Miami, que consideran a Posada no como
terrorista, sino como héroe, anda buscando la manera de soltarlo en
la Calle
Ocho bajo alguna semblanza de razón o legalidad.
Una manera de lograrlo sería enjuiciarlo por un delito menor, darle
una condena ligera, y entonces--porque ésta es una nación de
leyes--liberarlo.
Curiosamente,
por lo menos El Salvador antes había propuesto pedir la extradición
de Posada bajo cargos de tener documentos falsos de el Salvador,
donde previamente residía. En aquel entonces, le hubiera
quitado de encima a EU la papa caliente. Pero eso se convirtió
después en una negativa a recibirlo, aún mediante un simple proceso
de deportación, a pesar de que Posada enfrenta cargos pendientes en
El Salvador. No es irrazonable pensar que las sucesivas
negativas han sido orquestadas para proveer a EU con la opción
deseada.
El
presidente salvadoreño con gusto se prestó a una fuerte denuncia de
Posada, aunque puede que se la haya pasado la mano. Su ministro del
interior dijo que "No nos gusta el terrorismo, no queremos vínculos
(con Posada Carriles)". Consultado sobre la asociación de Posada con
actos terroristas, el propio presidente dijo que "La gente que
comete un acto de terrorismo debe ser enjuiciada como
tal."
Los
panameños saben también que Posada estuvo en ese país tratando de
hacer volar un auditorio donde Fidel Castro iba a hablar.
Posada fue arrestado y hallado culpable de cargos
relacionados. Cumplía condena de cárcel en Panamá cuando fue
perdonado por la presidente saliente, quien siguió saliendo hasta
llegar a Miami, donde ahora reside. Los gobiernos vecinos de
Honduras, Guatemala, y Costa Rica sin duda conocen la historia de
Posada.
En
resumidas cuentas:
Todo
el mundo sabe que Posada es un terrorista. Eso, sin embargo,
no es la razón por la cual siete países rehusan aceptarlo si es
deportado: la razón es que EU no quiere que ningún país lo acepte,
porque entonces puede eventualmente soltarlo en Miami. No será
enjuiciado bajo cargos penales más serios que mentir a funcionarios
de inmigración, por lo menos mientras Bush sea presidente. Y,
específicamente, EU nunca lo calificará de terrorista, no importe
cuán clara la evidencia en sus propios expedientes de
inteligencia. Porque, en la estimación de EU, Posada Carriles
es un héroe. |