Lunes, 12 de junio de
2006
ENTREVISTA // JIMMY
MASSEY, EXMARINE PACIFISTA
"Un marine es un asesino
psicópata"
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Otros
tiempos. Massey,
aún de militar. Foto: EL
PERIÓDICO |
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CATERINA
ÚBEDA
MADRID
EDAD 32 AÑOS
LUGAR DE NACIMIENTO CAROLINA DEL NORTE
(EEUU)
PROFESIÓN EXINFANTE DE
MARINA
TRAYECTORIA FUNDÓ VETERANOS DE IRAK CONTRA
LA GUERRA
ÚLTIMA
ACTIVIDAD AUTOR DE 'COWBOYS DEL INFIERNO'
Jimmy es alto, zurdo, masca
chicle y suda. Viste una americana con el pin de una paloma de la paz en
la solapa.
La manga larga le tapa el Cowboys del infierno que lleva tatuado en
el brazo. Es el título del libro en el que relata con crudeza su carrera como
marine, desde su alistamiento en 1999 hasta su regreso de Irak a finales de mayo
del 2003. La obra es un intento de redención, como la organización Veteranos
de Irak contra la Guerra, que creó en el
2004.
Massey estuvo en Irak nueve
meses al mando de un batallón como sargento de artillería. Protegió pozos
petrolíferos, mató a civiles y fue testigo de cómo se destruía mucho más de lo
que requería la
misión. Protestó y le mandaron a EEUU. Allí, una psiquiatra del
cuerpo intentó que admitiera que padecía un trastorno de personalidad para
declararle objetor de conciencia. Massey puso el caso en manos de Gary Myers, el
abogado de los soldados de la ahora más que nunca recordada masacre vietnamita
de My Lai. Ganó. Una junta médica le declaró no apto para el servicio, le dio la
baja y, aunque no consiguió la pensión, recibió una indemnización de 59.000
dólares (46.500 euros).
-- Se alistó a los 19 años en los marines. ¿Por
qué?
--Porque me ofrecía la
posibilidad de continuar con mi educación y me garantizaba estabilidad
económica. Nací en una familia obrera, mi padre murió cuando yo tenía 7 años y
con el sueldo de mi madre no llegábamos a fin de mes.
-- Siete años más tarde era usted el que reclutaba.
¿Cuál era el perfil de las personas que convencía para que se
alistaran?
-- El de jóvenes que querían mejorar su estatus
económico y que veían en el Ejército una forma de salir de la
pobreza.
-- ¿Eran fáciles de
encontrar?
-- Sí, siempre hay gente pobre. Pero ahora, con George
Bush, es mucho más fácil porque el Gobierno gasta millones de dólares en
propaganda.
--Todos pit-bulls de pelea en potencia, según el
libro. ¿Cómo le inculcaron esa "mentalidad de
asesino"?
-- Bastaron seis meses de entrenamiento, un proceso de
deshumanización brutal. El objetivo de los instructores es el de humillarte, el
de destrozarte como ser humano hasta convertirte en un marine, en un asesino
psicópata entrenado para obedecer ciegamente y matar.
-- ¿Y no se dio cuenta al
principio?
-- Al principio me sentía protegido, miembro de una
hermandad muy importante. Me dí cuenta cuando empecé a trabajar como
reclutador.
-- ¿Y por qué no desertó antes de ir
a Irak?
-- Porque a los marines se les entrena para matar; es
decir, para ir a la guerra, pero también para realizar misiones humanitarias. En
el caso de Irak, se nos dijo que íbamos a ser usados como contingente
humanitario para aliviar los 13 años de sanciones que había sufrido
la población.
Además de ir a la búsqueda de armas de destrucción
masiva.
-- ¿Cree ahora los motivos
esgrimidos por Bush?
-- No. Llegué a Kuwait en enero del 2003. Era uno más
de los 75.000 militares desplegados en la operación Libertad de
Irak. Llevamos comida y material humanitario, pero todo se quedó en Kuwait.
Cuando el 20 de marzo fuimos a Irak, sólo nos llevamos nuestras armas. Tengo
entendido que lo quemaron.
-- Su primera operación
en Irak se llamó Joya de la Corona. ¿Cuál era la
preciosidad?
-- El yacimiento petrolífero de Rumaylah (cerca de
Basora), el más grande del país. Lo tomamos, apresamos a los trabajadores y lo
dejamos en manos británicas. Nos dijeron que la operación era necesaria para
costear la guerra.
-- En el libro relata
cómo usted y los 45 hombres que llevaba mataron a manifestantes, atacaron
edificios civiles...
-- Recibimos la orden de considerar a cualquier iraquí
como a un terrorista en potencia.
-- Pero los episodios de muerte que describe en el
libro son alucinantes. Podría entender que el cansancio de la guerra, de vivir
situaciones extremas, condujera a comportamientos animales, pero aquello era al
principio del conflicto, ustedes no habían luchado y matar les provocaba
placer.
-- Pero es que aquello no era una consecuencia de la
guerra, sino de la mentalidad de los combatientes. Muchos de los militares
estadounidenses, sobre todo los oficiales, creen firmemente en la industria
militar y apoyan esta forma de adquirir recursos para
EEUU.
-- ¿Qué opinión tienen sus
compatriotas de usted?
-- Yo rompí el juramento Semper fidelis (Siempre fiel) de los
marines, según el cual lo que ocurre en el extranjero permanece en secreto. Para
ellos soy un cobarde, un traidor. No encuentro editorial para el libro en
EEUU.
-- ¿Está en deuda con los
iraquís?
-- Sufro de estrés postraumático, pero en Irak hay
generaciones de niños que sufrirán esto de por vida. Padezco una enfermedad
degenerativa en la espina dorsal debido al uso de uranio empobrecido en las
municiones. Y no sé cuántos civiles iraquís deben estar sufriendo esta
enfermedad.
Noticia publicada en la página 11 de la
edición de 12/6/2006 de El Periódico - edición
impresa.