Después de muchos años de extraer enormes ganancias del
subsuelo venezolano, las poderosas compañías transnacionales del petróleo han
tenido que aceptar las nuevas leyes del gobierno bolivariano que están
encaminadas a resguardar su soberanía e independencia económica a favor de la
mayoría de su pueblo.
Con las nuevas reglas para pasar las empresas privadas a
mixtas, el Estado venezolano mediante Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), pasó
a controlar del 39% al 78 % las acciones de toda la faja del Orinoco con una
producción cercana a los 600 000 barriles diarios.
Desde el pasado 26 de febrero comenzó en el Orinoco ese proceso
cuando el presidente Hugo Chávez decretó la ley que completaba el proceso de
nacionalización de los recursos petrolíferos, y tras las discusiones y creación
de los Comités de Transición con las diferentes entidades que laboraban en esa
zona, el 26 de junio se concretó el proceso que debe recibir en agosto la
aprobación de la Asamblea Nacional.
Alrededor de 20 empresas que operaban en convenios operativos y
10 que formaban las asociaciones estratégicas aceptaron pasar a ser socios
minoritarios en empresas mixtas con el estado, como Chevron Texaco, Statoil,
Total, BP, ENI, Sinopec e Ineparia.
Dos transnacionales estadounidenses, la Exxon Mobil y
ConocoPhillips se negaron a integrar la nueva modalidad porque siempre han
estado acostumbradas a imponer sus leyes de privatizaciones neoliberales en
cualquier país donde se ubiquen y que estas no sean condicionadas por los
gobiernos.
Venezuela no claudicó ante las presiones de los dos grandes
consorcios y el ministro de Energía-Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael
Ramírez aseguró que la empresa estatal tiene medios y condiciones para continuar
la explotación y prospección de los hidrocarburos. También se conversa para
llevar la compensación necesaria a esas compañías.
En abril de 2006, las compañías ENI (italiana) y Total
(francesa) se habían negado a acatar la nueva la Ley de Hidrocarburos de 2001
(aun no incluía la Faja del Orinoco) que obligaba a formar empresas mixtas con
acción mayoritaria de PDVSA. Ante esa circunstancia, la entidad nacional tomó el
control de los campos petroleros que administraba la Total en Jusepín y la ENI
en Dacion.
Durante más de 10 años, las compañías Exxon Movil y la
ConocoPhillip, al igual que otras que se integraron al auge de las
privatizaciones petroleras iniciada en la década de 1990, exportaron enormes
cantidades de barriles de crudo, extrajeron del país miles de millones de
dólares que iban a parar a las arcas de ricos empresarios e intermediarios
nacionales y extranjeros en detrimento del pueblo bolivariano.
En solo siete años (1990-1997) 32 campos petroleros venezolanos
se le entregaron a las transnacionales por medio de convenios leoninos que
estipulaban regalías de solo 1 %, no pagaban impuestos y extraían el petróleo a
un costo de 5 dólares y se lo vendían al Estado entre 20 y 25
dólares.
Informes oficiales indican que las principales compañías
petroleras mundiales acumularon beneficios en 2006 por valor de 148.200 millones
de dólares.
Las ganancias obtenidas por Exxon Mobil, en todo el mundo, se
elevaron a 15 500 millones en 2005 y a 18 600 millones en 2006. Las de
ConocoPhillip ascendieron a 6 000 y 8 500 en el mismo período.
Con esos botines las transnacionales se han convertido en
emporios de poderes que pueden hasta derrocar gobiernos y ya se oyen muchas
voces en diversos países que claman por ejercer un mayor control sobre sus
actividades.
Aunque peque por ofrecer variadas cifras, la siguiente es
sumamente importante pues permite realizar una simple e interesante deducción:
en los últimos 30 meses, la recuperación de capitales permitió a PDVSA dedicar
23 000 millones de dólares a la ejecución de importantes programas de inversión
y desarrollo social. Los comentarios huelgan.
El gobierno bolivariana no se ha conformado con la introducción
de las leyes para la recuperación de sus riquezas petroleras sino también ha ido
más allá. A partir de agosto de 2006, empresas estatales de Brasil, Argentina,
China, India e Irán laboran en la Faja para certificar alrededor de 235 000
millones de barriles de crudo utilizable que existen en el Orinoco.
Cuando en 2008 concluya esa operación, los analistas aseguran
que Venezuela contará con unas reservas probadas de 316 000 millones de barriles
y se convertirá en líder mundial, por delante de Arabia Saudita.
La República Bolivariana con la soberana decisión de recuperar
los recursos naturales y la puesta en marcha de amplios programas nacionales, se
pueden resolver los problemas económicos y sociales que durante años han
padecido numerosos pueblos.