El ganador del Premio Internacional "Pensar a
Contracorriente" de 2007, otorgado en La Habana, Cuba
PALABRAS TRAS UN PREMIO:
Pascual
Serrano*
17 de febrero de 2007
Introducción de Manuel Talens e ilustración de Ben Heine
LA PALABRA COMO ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA
De entrada, pido perdón a Pascual Serrano y a los compañeros de La Jiribilla por
entrometerme en esta página con premeditación, alevosía y nocturnidad -es
noche cerrada en España y aún no ha aparecido la edición de hoy-, pero al
leer estas palabras con las que Serrano agradece el importantísimo premio
que le acaban de conceder en Cuba no he podido resistir el impulso de
escribir unas breves líneas introductorias.
La escritura, ya se sabe, es una manera de
interpretar el mundo y ninguna palabra es inocente ni carece de ideología,
pues como nunca me canso de repetir, hasta el más nimio juego verbal lleva
la marca del origen social de quien la pronuncia o la escribe -la clase a
que pertenece- y lo sitúa en el lugar que le corresponde. La palabra de
Pascual Serrano está firmemente asentada en la trinchera de la izquierda, en
la defensa sin matices del socialismo, pues como dijo el Che en una carta famosa, “es capaz de temblar de indignación cada
vez que se comete una injusticia en el mundo”. Sus artículos tienen
ese algo especial que al mismo tiempo acaricia y es un cuchillo afilado.
Acaricia, por ejemplo, cuando
saluda a Cuba a través de su sorpresa ante una niña habanera que se muestra
revolucionariamente solidaria con los demás muchachitos incluso cuando juega
en un tobogán, pero es también un cuchillo afilado a la hora de defender a
Fredy Muñoz frente a las mentiras de sus carceleros o de denunciar el
genocidio que se está perpetrando en Iraq. Podría decirse que la
palabra de Pascual Serrano es un arma de destrucción masiva de las mentiras
del Imperio.
Hace unos días, como por casualidad, el belga Ben Heine, uno de los ilustradores de Rebelión,
me envió un dibujo conceptual que viene como un guante en estas líneas: es
una mano cuyos dedos son plumas de escribir. ¿Su título? “Weapons”, es
decir, armas; las armas de destrucción masiva de Pascual Serrano.-
M.T.
*****
PALABRAS TRAS UN PREMIO
La última vez que recibí un premio fue por ganar
una carrera ciclista cuando tenía 17 años. También es verdad que nunca más,
hasta ahora, me presenté a ninguna otra prueba. Entonces me dieron un trofeo
con el logotipo de una gran empresa multinacional española que resultó ser
una sinvergüenza, si es que hay alguna que no lo sea. Por eso al recibirlo
me sentí algo estúpido, pensando que haberlo ganado suponía lograr el
derecho a exhibir en mi casa el logotipo de la empresa enclavado en aquella
base de mármol. Cuento esto para reflexionar que un premio vale, lo que vale
la entidad o institución que te lo concede. Igual que una adhesión a un
comunicado o un manifiesto tiene el valor del patrimonio ético o moral que
tenga acumulado quien firma la adhesión.
A mí me acaban de conceder el Premio Internacional de Ensayo “Pensar a contracorriente”,
convocado por Cuba, y más concretamente por el Instituto Cubano del
Libro. Cuba representa para muchos la dignidad y la firmeza ante un
modelo ideológico de consumo y de economía devastador no solo de recursos
naturales, sino también de recursos mentales y éticos. Para muchos de
nosotros Cuba es modelo de referencia, para otros también es modelo, pero de
interferencia, interferencia en sus intentos de colonización, de dominio, de
hegemonía.
Seguro que muchos pensarán que, claro, este
premio me lo dan los cubanos porque yo defiendo ese modelo y ese sistema. Es
verdad que lo defiendo, pero otros muchos lo defienden más y con más
dedicación. Por otro lado, en mi trabajo, que trata de los medios de
comunicación y de la violencia, no hablo de Cuba, incluso trato más a países
como Yugoslavia o Ruanda que a Cuba. Tampoco se pedía en las bases que
versara sobre la Isla, es decir, no se pretendía, asegurar un llamamiento a
la defensa de la Revolución cubana, puesto que se convocaba a escribir de
cualquier tema. Eso en España y en el capitalismo lo saben bien, y el
gobierno convoca un concurso de redacción para niños en el que deben
escribir bien del rey, o una empresa de turrones o de cerveza sobre las
bondades del producto correspondiente. Además en este jurado solo había un
cubano entre sus cinco miembros. Pero, lo más indignante, es por qué no se
piensa que se concede un premio por servicios prestados cuando se da un
premio en el capitalismo. En realidad, allí los premios se conceden por
servir a la apología previamente convocada: rey, cerveza o turrón; o por los
servicios que van a prestarse, porque luego quien concede el premio tiene
los derechos de tu trabajo y se hace millonario. No es un premio, es una
subasta a ver quien se queda con la apuesta de la promoción editorial.
En el capitalismo los premios suelen ir
irremediablemente unidos al dinero. Incluso muchas veces, son solo dinero,
por eso al gran ejecutivo de una empresa le pagan mucho, es el único
parámetro con el que se mide el servicio prestado o el reconocimiento, que
en el caso de la economía de mercado no tienen ninguna diferencia, solo se
te reconoce el servicio que les prestas.
En Cuba, como no hay mucho dinero, no incluyen
grandes cantidades en sus premios internacionales y, menos aún, en los
nacionales. Tampoco nadie se enriquece con lo que escribes, lo edita y lo
distribuye el estado y lo vende por debajo del precio de coste por propia
política cultural. Por tanto, te debes creer dos cosas: lo que estás
escribiendo, puesto que no te va a dar más emolumentos escribir una cosa u
otra, y el prestigio de quien te lo concede.
Por eso, no sé si me merezco el premio, solo sé
que he escrito lo que me ha dado la gana y pensaba, con honestidad y que
quien me lo ha concedido me llena de orgullo porque representa lo más
decente de los modelos políticos, económicos y culturales de referencia, e
interferencia, que tenemos en este mundo.
Pascual
Serrano
Periodista español. Fundador de la fraterna revista
electrónica Rebelión. Colabora en una decena de publicaciones
latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional. Es
coautor de los libros "Periodismo y crimen" y "Washington contra el mundo" y
compilador de "Mirando a Venezuela". Su último libro es ”Perlas. Patrañas,
disparates y trapacerías en los medios de comunicación” editado en España
por El Viejo Topo. En Cuba se editó una versión adaptada: “Juego Sucio. Una
mirada a la prensa española”. Es miembro del Consejo de redacción de las
revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora
habitualmente.
Fuente: LA
JIRIBILLA
Manuel Talens y Ben Heine son miembros de «Rebelión» y
«Tlaxcala».
www.altercom.org/article145414.html
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