ABC, Asunción, Paraguay, Sábado 17 de Febrero de
2007
DICE QUE SE SIENTE MAS IDENTIFICADO CON LULA QUE CON HUGO
CHAVEZ
Lugo advierte que puede
ser objeto de maniobras, incluso de un atentado
En una entrevista que concedió al periodista Raúl
Juste Lores, de Folha de São Paulo, el ex obispo Fernando Lugo afirma que el
Partido Colorado tiene mucho que perder con su candidatura y que tal vez lo
dejen participar en las elecciones, inclusive lo dejen ganar, pero cree que no
se debe descartar que no lo dejen asumir. Informó al diario brasileño que existe
riesgo de atentado porque ya recibió amenazas de muerte en el departamento de
San Pedro. Lo que sigue es la parte fundamental de la
entrevista.
El ex obispo Fernando Lugo, 55, es el personaje más disputado
del Paraguay en este momento. Embajadores de los países miembros del Mercosur y
de la Unión Europea pedirán audiencia con él así como los mayores empresarios y
hacendados.
Folha: En su campaña, habla de revisar el tratado de Itaipú.
¿Qué necesita cambiar?
Lugo: El tratado fue firmado en 1973, cuando
estábamos en una dictadura férrea. ¿Cómo es posible que Brasil pueda adquirir
energía de Paraguay a precio de costo y no a precio de mercado? Venezuela vende
su petróleo a precio de mercado, o Chile vende su cobre, el gas de Bolivia. Y
nosotros vendemos la energía a precio de costo. Como dice Evo a Lula, nosotros
queremos un precio solidario, un precio justo.
Folha: ¿Cuánto es el
precio justo?
Lugo: Tenemos estudios técnicos hechos. Paraguay recibe en
torno de 250 millones de dólares al año. Es poco. En valores de mercado, esa
cifra subiría a 1.800 millones de dólares.
Folha: ¿El precio de la
energía cedida al Brasil tendría que subir siete veces?
Lugo: Es una
diferencia significativa. Pero el desarrollo brasileño no puede sustentarse en
la pobreza de dos vecinos, como dice Lula. Las cláusulas del tratado no pueden
ser cambiadas sin la conformidad de ambos países. Por eso llevaría nuestra
demanda ante Lula. El Brasil consume 98% de la energía de Itaipú.
Folha:
Paraguay es considerado uno de los más corruptos de la región. El dinero de
Itaipú no logró aún desarrollar al país.
Lugo: La imagen internacional
que tenemos es de que toda ayuda que viene cae en saco roto. Eso hace que no
tengamos credibilidad para negociar. Un nuevo gobierno que marque diferencias
debe recibir un voto de confianza de los vecinos.
Folha: Hay un gran
debate sobre las diferencias entre las izquierdas latinoamericanas. Del
estatismo de Chávez en Venezuela, las políticas pro-mercado de Lula en el
Brasil, y Bachelet en Chile. ¿A cuál de estos modelos se siente más
próximo?
IZQUIERDA A LA PARAGUAYA
Lugo: No creo que existan hoy
las ideologías de izquierda pura. El modelo ciertamente no es Chávez porque no
tenemos 3 millones de barriles diarios de petróleo. Tampoco tenemos las riquezas
naturales de Chile para hacer un TLC con los Estados Unidos, ni las riquezas de
Bolivia. Tenemos que hacer la izquierda a la paraguaya, seamos
realistas.
Folha: ¿No habrá estatismo?
Lugo: No creo en el
estatismo, pero tampoco creo en la desaparición del Estado. Creo en el
equilibrio, un Estado más regulador, leyes claras y justas, que el capital
privado lleve en cuenta el precio del medio ambiente y que la dignidad de las
personas sea respetada.
Folha: ¿Cómo espera que sea su relación con
Lula?
Lugo: El es un referente de la izquierda inteligente, no es
dogmático. Tenemos que procurar soluciones para nuevos problemas. El fue
sindicalista, actuó en los movimientos sociales, me siento próximo a
él.
Folha: ¿Chávez también es motivo de inspiración?
Lugo: Chávez
es más distante. El tiene una historia militar con mucha sustentación popular,
pero mi formación es distinta. Vengo de la iglesia, de una formación humanista y
cristiana. Me gusta el pluralismo, de respetar las diferencias.
Folha:
Está primero en las encuestas, pero mucha gente dice que los colorados no lo
dejarán asumir. ¿Hay ese riesgo?
Lugo: La candidatura puede ser impugnada
por el Tribunal Electoral y por la Corte de Justicia que tenemos. Pueden hasta
permitir mi candidatura y derrotar la voluntad popular con fraudes. Tal vez no
impugnen, me dejan ganar, y hasta puede que no entreguen el mando.
El
gobierno es hábil en crear escenarios de convulsión, pueden hasta colocar
militares en la ruta. Después de 60 años en el poder, el Partido Colorado tiene
mucho que perder. Y se habla de una eliminación física. Ya fui amenazado en San
Pedro. No es imposible que acontezca algún atentado.
Folha: El señor
renunció a su condición de obispo, pero el Vaticano no aceptó su renuncia. ¿Cuál
es su situación ahora?
Lugo: Teológicamente yo soy un obispo hasta la
muerte. Pero para la ley paraguaya soy un ciudadano paraguayo que renunció al
ministerio episcopal. El hecho de la renuncia consciente y pública me habilita.
No hay barrera jurídica para ser candidato a la presidencia, pero ese riesgo no
depende de un criterio jurídico sino político, porque la Corte Suprema toma
decisiones políticas.
Folha: Si es elegido, ¿reformaría la Corte Suprema
de Justicia?
Lugo: Los ministros de la Corte son referentes de los
partidos políticos. Aquí los jueces son nominados de acuerdo con el peso de cada
partido. Y los jueces reciben órdenes de los partidos. La justicia debe ser
autónoma, soberana, independiente. Ellos no pueden ser afiliados a ningún
partido.
Folha: Si es elegido, será el primer presidente no colorado en
61 años. ¿Cómo gobernará con una máquina opositora?
Lugo: Para comenzar,
tenemos que hacer cumplir las leyes irrestrictamente. Las leyes son hechas por y
para colorados. La ley dice que los cargos públicos son para los más capaces e
idóneos. La inmensa mayoría de los empleos del funcionariado son para los
afiliados del partido.
Folha: Venezuela, Bolivia y Ecuador van camino a
reformar sus Constituciones, en el intento de refundar sus países. ¿Paraguay
hará lo mismo?
Lugo: Sí, tenemos que cambiar la Constitución. Aquel
contexto era totalmente diferente. Vivíamos el inicio de la transición, el
presidente todavía era un militar, la cúpula del poder estaba ligada a
Stroessner, no había movimientos sociales y los partidos políticos que existen
hoy.
La Procuraduría General de la República hoy depende exclusivamente
del Poder Ejecutivo. La comisión que fiscaliza la magistratura también está
politizada.
Folha: La justicia será reformada entonces.
Lugo: Doy
un ejemplo. El proceso de las víctimas del incendio de un supermercado en
Asunción, donde murieron 400 personas. Fueron seis meses de audiencias públicas.
Cuando el veredicto apuntaba a una pena suave, hubo una protesta fuerte, con 200
jóvenes presionando. Entonces la Corte decidió un nuevo proceso con nueva
audiencia. Eso muestra la fragilidad de nuestras instituciones.
Folha:
Pero en los países donde se hace una amplia reforma de la Corte Suprema la regla
fue que los nuevos presidentes cambiasen los viejos jueces por sus aliados. En
la práctica poco cambia. ¿Qué garantía da de que será diferente?
Lugo: La
instancia para nominar a los jueces tiene que ser apartidaria. Después de una
selección, la lista podría ser sometida a votación del Parlamento. Y los jueces
no podrían ser afiliados a los partidos.
Folha. El señor es un novato en
la política partidaria. ¿Cómo formará su equipo?
Lugo: Ser un outsider
me da ventajas y desventajas. Podré escoger con libertad los mejores asesores,
los mejores técnicos, los expertos paraguayos en todas las áreas. Colocar el
país por encima de los partidos, un grupo heterogéneo me apoya.
De
socialistas a gente de oligarquía, campesinos, sindicatos, empresarios,
demócratas-cristianos y movimientos sociales. Mi mayor desafío es la
gobernabilidad, si no tenemos mayoría en el Congreso, tenemos que hacer acuerdos
con base a un proyecto de país.
Folha: El Paraguay todavía tiene varias
empresas estatales. ¿Usted las privatizará?
Lugo: Cien por ciento no.
Confío en una economía mixta, priorizando la eficiencia. Invitaría a empresas
privadas a participar, pero algunas deben continuar en manos del
Estado.
Folha: ¿Puede dar algún ejemplo?
Lugo: Las ferrovías que
no funcionan y precisan de mucha inversión, necesitamos crear nuevas rutas, los
empresarios podrían explotar peajes por 20, 30 años. Contratos justos y que
ofrezcan un buen servicio.
Folha: El señor fue amonestado en 2005 y se
transformó en obispo emérito. Como el Vaticano ya persiguió antes obispos
considerados muy izquierdistas, ¿pudo haber existido alguna razón
política?
Lugo: Fui obispo por once años. Yo presenté mi renuncia. Tuve
cinco trombosis en la pierna, estaba mal en aquella época. Siempre pienso que un
obispo puede ser acelerador o freno. Aquella diócesis necesitaba de un obispo
fuerte, saludable, robusto. No podía viajar tanto. Pero hay versiones de que el
Partido Colorado y el gobierno pidieron que me retire de San Pedro. Que mi
trabajo con los sin tierras causaba convulsiones.
Folha: Trabajaba con
los sin tierras.
Lugo: Cuando llegué en 1994 hubo 112 ocupaciones de
tierras, 52 de ellas en San Pedro. Eso llamó la atención. Los sin tierra tienen
autonomía, pero yo acompañaba el proceso. Una vez celebré una misa (confirmación
de bautismo) en un terreno donde había una ocupación. El pastor tiene que ir
donde están las ovejas. Los latifundistas comenzaron a acusarme de
instigador.
Folha: Hay mucha desconfianza, principalmente de Estados
Unidos, en cuanto al crimen organizado financiando el terrorismo en Ciudad del
Este. ¿El señor comparte esa sospecha?
Lugo: Hay sospechas en toda la
triple frontera, no sé en Ciudad del Este. Es realmente extraño que a pesar del
auge comercial de la ciudad, no se vean reflejados los frutos del desarrollo en
la región. Puede ser que ese dinero vaya a otros lugares. Debemos hacer una
investigación seria, prefiero esperar una investigación seria antes que hablar
de financiamiento al terrorismo.
Folha: ¿El Brasil es un buen
vecino?
Lugo: El Brasil ejerce un liderazgo dentro de la región y tiene
múltiples responsabilidades planetarias. Mercosur debe ser fortalecido. Paraguay
recibió mucho de Brasil pero también el Brasil recibió mucho de Paraguay.
Queremos que Brasil sea fraterno, solidario, y pague más por la
energía.
Folha: Pero el gobierno paraguayo firmó ese
tratado.
Lugo: Claro, los gobiernos paraguayos tienen la culpa de eso.
Tuvimos gobiernos débiles negociadores en el peor sentido, que no supieron
prestigiar, honrar al país.
Folha: ¿Qué espera del Brasil?
Lugo:
Nuestra política externa siempre fue muy pendular. Hasta 1954 teníamos más
relaciones con la Argentina. Y Stroessner da un giro al Brasil. El Brasil aportó
mucho al desarrollo del este paraguayo con Itaipú, puente, tierras, inversiones.
Queremos apenas una mayor justicia en el tema eléctrico.
Folha: ¿Qué
espera de Lula?
Lugo: Lula tenía un eslogan de Hambre Cero, que todos los
brasileños pudiesen comer tres veces al día. Yo estaría contento si en Paraguay
consiguiese lo mismo. Quién sabe si él me ayuda, sin privilegios.
Folha:
¿El señor ya lo conoce?
Lugo: Todavía no. Yo antes estuve en el Foro
Social de Puerto Alegre, pero él fue a Davos en aquel
año.
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