VIERNES, 25 de agosto de
2006
El periodista
cubano José Bodes Gómez participó ayer de una charla abierta
"La delegación del poder conmocionó más
fuera de Cuba" El militante
comunista aseguró que la suerte de la revolución no depende de la salud de
Fidel Castro sino del pueblo
"¿Cómo está Fidel Castro?" El
periodista cubano José Bodes Gómez lleva apenas unas horas en Rosario y ya
perdió la cuenta de la cantidad de veces a las que se enfrentó a esa
pregunta. Palabras más o menos, siempre responderá lo mismo:
"Recuperándose satisfactoriamente". Es que, según reconoce entre risas, la
salud del líder de la revolución cubana "es el secreto mejor guardado" que
tiene actualmente la isla. De todas formas, destaca que la noticia sobre
la delegación del poder en su hermano Raúl "no causó tanta conmoción en
Cuba como fuera de ella, sobre todo entre los enemigos de la revolución",
aclara.
-¿Quiere decir que fue mayor la repercusión en Miami que en
su país?
-Sí. Causó tanta conmoción que llevó a producir el
espectáculo lamentable de los llamados "cubanos en Miami", a quienes
nosotros decimos "la mafia cubana de Miami", que salieron a celebrar la
enfermedad. Ellos pensaron, o trataron que la gente pensara, que ahora se
acababa la revolución en Cuba. Pero la revolución no es un régimen
personal, aunque así lo quieran ver los enemigos.
Bodes Gómez fue
uno de los fundadores de la agencia Prensa Latina, experiencia iniciada
hace 47 años para contrarrestar el poder de las agencias norteamericanas
de noticias. Entre el 72 y el 77 fue corresponsal en Argentina, trabajo
que también desarrolló en Chile y en Moscú. Ayer, el periodista participó
de una charla abierta en la Feria del Libro donde abordó la historia de la
relación entre Cuba y Argentina.
-Como periodista, ¿qué opina de la
cobertura que hicieron los medios sobre la enfermedad de
Castro?
-No conozco completamente todo lo que se publicó. Pero me
parece que en el orden noticioso, sobre todos los medios con presencia en
Cuba, informaron con veracidad lo que había pasado y lo que pasó
después.
-¿A qué medios se refiere?
-A las agencias de
noticias como Associated Press, France Press, EFE, el corresponsal de la
BBC o el de la TV española, al menos en lo que yo lo pude monitorear a
través de internet. Me llamó mucho la atención porque, en los días
sucesivos, compartían la sorpresa sobre cómo se vivía la noticia en Cuba.
Decían que existía una calma increíble, como si no hubiera pasado nada. Y
efectivamente es que los cubanos somos desde hace mucho tiempo conscientes
de que si algún día Fidel Castro no está, su cargo será ocupado por el
segundo secretario del partido, que es un revolucionario con un largo
historial. A nosotros eso no nos tomó de sorpresa.
-Si entiendo
bien, ¿quiere decir que la noticia no causó tanta conmoción en Cuba como
fuera de la isla?
-Sí, sobre todo yo diría en los enemigos de la
revolución cubana.
-¿El estado de salud de Fidel es el secreto que
mejor guardado tiene la isla?
-Claro. Estados Unidos paga mucho por
saber.
-¿Por qué?
-Porque el enemigo de la revolución cubana
la ha presentado como un gobierno unipersonal. Entonces se sorprenden que
la revolución cubana no se haya conmovido, no se haya estremecido después
de la enfermedad de Fidel. Y también se han sorprendido, y están muy
preocupados, al ver que la mayoría de los cubanos trabaja, vive y actúa
dentro de la revolución como lo estaba haciendo en el mes de julio.
Crearon el fantasma de que la revolución cubana se podía caer con Fidel
Castro y la revolución cubana no es una obra de un solo hombre, sino la
obra de un sistema político y social que el pueblo cubano ha adoptado
porque le trae ventajas.
-¿Ese sistema depende de la suerte de
Castro?
-No. Castro permitió que llegáramos a eso. Pero no es su
gobierno, ni su finca particular, ni nada.
-¿Cómo está Fidel
Castro?
-Bueno, recuperándose satisfactoriamente. Es lo que se
informa. Lo demás no se conoce, por eso mismo de que Estados Unidos debe
estar pagando muy bien a quien le dé algún detalle. Todos tenemos la
esperanza de que Fidel pueda volver a trabajar y el deseo de que trabaje
menos.
Ver
en el sitio |
|