miércoles 08 de noviembre de
2006
PULSO
ESTRATÉGICO EN LATINOAMÉRICA
Chávez
se come otro peón
1.
• La victoria de Ortega
en Nicaragua supone un triunfo para el líder venezolano en su 'partida' con Bush
2.
• Los analistas
advierten de "una nueva guerra fría en la
región"
La
celebración Daniel
Ortega
festeja la victoria con sus seguidores en Managua, el lunes.
Foto:
AFP / YURI CORTEZ
TONI
CANO / ENVIADO ESPECIAL
MANAGUA
El pulso que sostienen
los gobiernos de EUUU y Venezuela con los codos apoyados sobre Nicaragua se
inclina a favor del presidente venezolano, Hugo Chávez, que contará con su
"hermano sandinista" Daniel
Ortega, vencedor en las elecciones presidenciales del domingo, para ganar una
torre y avanzar sus peones en el tablero de la geopolítica latinoamericana. Los
analistas coinciden en que el presidente estadounidense, George Bush, ha sufrido
un nuevo revés en su intento de influir en la región. Su director de Asuntos
Americanos, Larry Birns, reconoce que las relaciones de EEUU con América Latina
están "en su punto más
bajo".
Por ello, el
primer mensaje de Ortega tras su victoria estuvo destinado a tranquilizar, tanto
al capital que en los últimos años ha regresado al país, como al poderoso país
del norte. El dirigente sandinista quiso "darle seguridad al sector privado y a los
inversionistas nacionales y extranjeros", a los que pidió "trabajar juntos para erradicar la pobreza en
Nicaragua". Al mismo tiempo, mostró su disposición a "desarrollar y mejorar las relaciones con toda la
comunidad internacional".
Críticas del
embajador
Pero muchos de los
que vinieron con su voto liberal se han vuelto a Miami y otros preparan las
maletas. La tele les pedía ayer: "¡No se
lleven los reales!". Pero el rencor y el temor se trenzan en el aire.
Tanto es así que una exfuncionaria de la embajada nicaragüense en Washington
aprovechó la reunión de Ortega con el observador Jimmy Carter para gritarle:
"Ladrón, asesino, que haya una segunda
vuelta, la mayoría del pueblo te
rechaza".
Además de poner en
duda el proceso electoral, el embajador estadounidense en Managua, Paul
Trivelli, se muestra convencido de que la victoria sandinista traerá la "instauración del modelo Chávez" en Nicaragua. Diversos empresarios e
investigadores nicaragüenses comparten ese temor y desconfían de "la reconciliación y el amor" que propugna
Ortega. El analista Aldo Díaz asegura que el futuro Gobierno sandinista "va a integrarse en el proyecto bolivariano de unidad
regional que ha resurgido estos últimos
años".
Y es que --obras
son amores-- Hugo Chávez, que ayudó a Daniel Ortega en la campaña electoral al
mandar fertilizantes y combustible a los ayuntamientos sandinistas, está
dispuesto a apoyarlo con el envío de petróleo a precios preferenciales y la
participación de la banca estatal venezolana en el sector financiero y en un
banco para el desarrollo nicaragüense. Como dice Larry Birns, Nicaragua es una
golosa "manzana a punto de ser
cogida". Este alto funcionario cree que "Chávez será sin duda generoso, pero no buscará la
aventura en Nicaragua".
'Noche
negra'
El petróleo
venezolano será, de entrada, la panacea para solucionar los problemas
energéticos del país y acabar con los apagones que enervan a los habitantes de
Managua. El director de un instituto de estudios políticos, Javier Meléndez,
opina que "el apoyo de Chávez será más
estratégico y vital para Ortega de lo que hoy resulta para Evo Morales en
Bolivia".
El analista dice
que "será interesante ver qué pasa en materia
de apertura e integración económica" en el seno de los sandinistas,
donde hay "poderosos grupos empresariales
interesados en el libre comercio con EEUU". De hecho, la mitad de la
economía nicaragüense depende de ese país.
Algunos
antisandinistas auguran una "nueva noche
negra en Nicaragua". Un liberal descontento con el recuento de los
votos del domingo llegó a gritar: "Aquí va a
correr sangre". Otros, como el investigador José Dávila, consideran
que el eje integrado por Ortega, Raúl Castro y Hugo Chávez "puede propiciar una nueva guerra fría en la
región". Larry Birns lo descarta: "Eso es inimaginable, porque ya no existe
la Unión
Soviética".
Próximo
movimiento
Tras el jaque
sandinista, la próxima jugada se dirime a fin de mes en Ecuador en una segunda
vuelta y con otro candidato de izquierda chavista, Rafael Correa. A lo largo de
este año lleno de elecciones, la partida ha venido a unir a Bolivia al eje
antiestadounidense de La Habana y Caracas, mientras las ansias bolivarianas se
han visto frenadas en Perú, México, Colombia y Costa Rica y la izquierda
moderada se ha asentado en Brasil y Chile.