HACIA UNA NUEVA REFORMA UNIVERSITARIA
Altercom*
Fernando Bossi*
2 de agosto de 2007
El año próximo se cumplirán 90 años de la Reforma Universitaria de Córdoba. El movimiento estudiantil de la ciudad mediterránea argentina, con ese acto de rebeldía, conmocionaba a toda la América Latina Caribeña. Así, la proclama de 1918 se titulaba: «La juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica».
El carácter latinoamericano del movimiento trascendía las fronteras de la República Argentina —como asimismo trascendía los límites de la Universidad—, para instalarse como un llamado a la unidad de Nuestra América en lucha contra el imperialismo, las oligarquías nativas y el clericalismo conservador.
“Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución , estamos viviendo una hora americana”, se lee en la proclama.
“Las universidades han sido hasta aquí refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes, que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria”, señalaba en otra parte el texto de la Proclama. Y terminaba así: “La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia”.
A 90 años de esa gesta histórica, las razones que motivaron a los estudiantes cordobeses a pronunciarse de esa manera categórica, nuevamente están vigentes: la Universidad en nuestros países latinoamericanos caribeños aparece al margen de los intereses nacionales y populares, descomprometida con el presente y el futuro de nuestros países y al margen de la lucha por la integración de la Patria Grande.
Tras dos décadas de feroz neoliberalismo, la educación se deterioró en todos sus niveles y la ola privatista aún sigue ocupando espacios destacados en muchos países de la región.
¿No es hora de preguntarnos qué Universidad realmente queremos y necesitamos?, ¿qué rol debe ocupar la universidad en nuestra América Latina Caribeña que comienza a integrarse y a romper con el neoliberalismo en decadencia?, ¿puede la Universidad aportar en la lucha contra los flagelos que padecen nuestras sociedades: pobreza, exclusión, falta de desarrollo, inequidad en la distribución de las riquezas, dependencia tecnológico-científica, fuga de cerebros, desindustrialización, pérdida de soberanía y de control sobre los recursos naturales?
En aquellos países donde se han roto las cadenas del neoliberalismo y aparecen proyectos nacionales es de vital importancia contar con una Universidad que responda a esos proyectos liberadores. “El vino nuevo no puede guardarse en odres viejas”, enseñaba hace dos mil años el maestro nazareno.
¿La Universidad actual dará los técnicos, ingenieros, científicos, químicos, maestros, matemáticos, agrónomos, arquitectos y tantos otros profesionales que realmente necesitamos?, ¿no será preciso crear nuevas carreras, potencializar otras, desestimular algunas, cambiar los programas radicalmente en algunos casos o modificarlos en otros?
¿Y los docentes actuales, formados en una Universidad al servicio de los intereses antinacionales y oligárquicos no deberán, en muchos casos, revalorar sus títulos adaptándolos al proyecto soberano y popular? ¿Seguiremos formando a nuestros economistas con los manuales del neoliberalismo, a los historiadores con los textos de la historia oficial sacralizados por la cultura dominante, a los médicos bajo el patrocinio de los laboratorios multinacionales y a los arquitectos para diseñar casas lujosas?
El movimiento estudiantil latinoamericano caribeño fue duramente golpeado durante las décadas del neoliberalismo. Es una realidad que la fuerza que tenía el estudiantado de las décadas de los 60 y 70 está menguada. Pero es cierto también que la juventud de Nuestra América tiene mucho aún qué decir y hacer.
Los estudiantes en general, y los universitarios en particular, deberán ser artífices de la nueva sociedad que comienza a configurarse en algunos países de la Patria Grande; como asimismo ser protagonistas de las nuevas gestas libertarias y unionistas que comienzan a recorrer el subcontinente americano.
Es urgente que se produzca una nueva Reforma Universitaria y nadie mejor que los estudiantes universitarios para convocarla.
Ayer los vientos de rebeldía universitaria soplaron desde Argentina. Hoy, desde la Venezuela Bolivariana, aquella que a través del comandante Chávez propone la Universidad del Sur, se presenta una oportunidad histórica para llamar a la nueva Reforma Universitaria que necesitamos todos los pueblos de la Patria Grande.
La nueva dirigencia estudiantil bolivariana tiene la palabra. El Congreso Bolivariano de los Pueblos se ofrece humildemente a apoyar la iniciativa unionista e independentista.
Altercom
Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad.
Fernando Bossi
Historiador argentino. Secretario de Organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos.
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