Gemelos disfrazados, por Jerónimo Carrera

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: Gemelos disfrazados

OPTICA MUNDIAL

Gemelos disfrazados

            Una de las características más significativas de la presente situación internacional, que comporta muy graves peligros para toda la humanidad, lo constituye el resurgimiento de corrientes fascistas en países de los considerados como formando parte de un llamado primer mundo.

            El caso típico, desde luego, es el de Estados Unidos, cuyo gobierno está en manos de una pandilla de aventureros petroleros que asaltó la Casa Blanca hace ya seis años, mediante un descarado fraude electoral, y ha venido sembrando guerras de todo tipo en todos los continentes.

            Por la experiencia de los años ’30 del siglo pasado, bien sabemos en teoría y práctica dos cosas bastante concretas: primero, que los brotes de fascismo surgen de manera inevitable, en el mundo moderno, cuando el sistema capitalista de explotación de la fuerza de trabajo se encuentra afectado por una grave crisis interna; y segundo, que en tal circunstancia la clase dominante instaura un gobierno fascista para militarizar la economía, incrementando lo más posible un armamentismo que conduce casi fatalmente a conflictos bélicos con otros países.

            Lo novedoso en la situación actual es que los nuevos movimientos de índole fascista se producen en un contexto que no es el resultado, como sucedió en aquella época, de desastres militares cual el sufrido por los alemanes en la I Guerra Mundial.

            De allí que la explicación del fenómeno no pueda ser otra que la de una aplicación de políticas económicas irracionales, conducentes a la deteriorización de la sociedad por la vía de una caída del empleo, con efectos nocivos para la capacidad de consumo de los trabajadores, tal como está ocurriendo ahora en todos los países guiados por principios neo-liberales. Es decir, se trata efectivamente de un neo-liberalismo que engendra en lo político un neo-fascismo. Algo así como el monstruo creado por el doctor Frankenstein en la magnífica  novela inglesa de Mary W. Shelley.

            Pero hoy quiero referirme en especial a un caso muy particular de esa enfermedad tan peligrosa que es el neo-fascismo, en su forma menos tomada en cuenta, como es la de países pequeños con ninguna de las tradiciones belicosas que son propias de las grandes potencias. En concreto, aquí me hago eco de la ola de protestas que ha provocado el gobierno neo-liberal de la ahora pequeña República Checa con su política de atropellos en contra de los comunistas.

            Efectivamente, con fecha 16 de octubre último la Unión de la Juventud Comunista (KSM) de ese país recibió una carta notificándole nada menos que su disolución, por decisión del Ministerio del Interior, sin otra explicación que la “de estar involucrada en actividades sólo permitidas a partidos políticos”. Luego, el gobierno añadió que esa organización de jóvenes comunistas “era ilegal por estar teóricamente basada en Marx, Engels y Lenin, y por proclamar la necesidad de una revolución socialista.”

            Dicha noticia la encuentro en el semanario australiano The Guardian, Nº 1296, del 25-10-06, y desde luego que acá en Venezuela no ha sido recogida por ningún medio de los auto-calificados informativos.

            Debo también decir que el actual gobierno de la República Checa es un modelo de servilismo ante Washington, que se valió de un “famoso” intelectual desconocido, Vaclav Havel, para disolver a la anterior Checoslovaquia, separando a checos y eslovacos, y creando dos diminutos Estados supuestamente independientes pero en realidad títeres suyos.

            Pese a que el Partido Comunista de Bohemia y Moravia -según se ha llamado el viejo partido comunista después de la disolución del país- mantiene aproximadamente una cuarta parte del electorado, todo indica que la intención del gobierno es declararlo fuera de la ley en cuanto pueda. No tendría nada de sorprendente, pues con las políticas económicas neo-liberales se le abre la puerta a medidas políticas fascistas.

            Neo-liberalismo y neo-fascismo son gemelos, aunque anden disfrazados.

 

                                                                                              Jerónimo Carrera