Si el poeta aún
viviera, diría que Alberto Granado es de ese tipo de gente tan necesaria, pues nos trae la
historia contada de primera mano para hablarnos de utopías que todavía hoy son
posibles. Sin recetas de cómo cultivar buenos valores o de cómo desarrollar la
mejor filosofía de vida; sino apenas contándonos su propia existencia, Granado
–junto al Che- nos lleva de la mano por los caminos de la amistad,
la
Revolución y el Socialismo.
Lo
importante es luchar, resistir y recordarles a los jóvenes que son el hombre del
futuro
Alberto Granado vive en
Cuba desde el año 61, pero para nada ha olvidado sus orígenes. “Mi mayor orgullo es ser argentino. A pesar
de llevar tantos años afuera, yo sigo manteniendo mi nacionalidad, porque
Argentina fue el país donde me formé ética y científicamente.” Puede parecer
extraño, pero en La
Habana sigue conservando su cultura como si estuviera en su
tierra natal: juega al truco –siempre tiene treinta y tres-, toma mate o de vez
en cuando comparte un alfajor, y te abre las puertas de su casa con Carlitos
cantando de fondo. Si bien ama a éste pueblo como el suyo propio, su último
pensamiento lo imagina mirando hacia el sur. Sin nostalgia, sino con toda la
fuerza de la convicción, nos dice que a él le “hubiera gustado darle más ímpetu o fuerza a
la lucha en mi país a favor de los desposeídos, pero las circunstancias se
dieron en Cuba y aquí estoy. Sin embargo, desde aquí estoy brindando el mismo
apoyo a esa idea, por lo que quisiera decirle al pueblo argentino que siga
luchando por mejorar. He visto últimamente un salto cualitativo en cuanto a la
participación de los jóvenes en temas que antes me parecía que no les
importaban. Yo pienso que es porque ellos han visto que hay otras salidas: el
triunfo en Venezuela, en el Ecuador y en Bolivia, esto le ha dado un aire a toda
la gente de izquierda. Ahora lo importante es luchar, resistir y recordarles a
los jóvenes que son el hombre del futuro, ya los demás quedamos para hacer
anécdotas. La lucha ahora la tienen que desarrollar los jóvenes y recordar que
el camino de la liberación va por el Socialismo. Si no luchamos por el
Socialismo, estamos perdidos.”
El Know How de
un revolucionario
No sería un ejercicio
fácil, el determinar cómo es o se hace un revolucionario de los buenos. Sin embargo, Granado nos afirma
que el denominador común de ellos, fue conservar en la actualidad el mismo
pensamiento que tenían a los veintipico de años. Ciertamente, el tener como
compañero de ruta al Che, tuvo una significación especial para su vida y así nos
confía que “sin esa amistad podría
decirse que yo no existiría como Alberto Granado actual. Mi amistad con Ernesto,
el viaje y la
Revolución cubana, son los tres pilotes donde prácticamente se
formó lo verdaderamente importante de mi vida. Lo anterior es muy anecdótico:
sin la amistad no hubiera habido viaje; sin el viaje, no hubiera habido la
concepción de la vida; y sin la Revolución cubana, no hubiera podido llevar a cabo
los sueños que tenía.” A
Alberto Granado se le llenan los ojos de orgullo cuando recuerda a su amigo. Lo
acerca a nuestra realidad mediante relatos de aquella epopeya, para quitarle
cualquier vestigio de misticismo a la figura del Comandante Guevara. De las
anécdotas que más recuerda está aquella en la que: “una noche nos encontramos con un matrimonio
de mineros chilenos que estaban muertos de frío, y que no tenían ni con qué
taparse. Entonces Ernesto y yo, sin previo aviso y sin ponernos de acuerdo,
cogimos unas de las mantas que teníamos para taparnos y se la regalamos, se la
prestamos. Con mucha satisfacción
puedo decir que pasamos mucho frío, pero que fuimos capaces de sacrificar el “yo
“, por el “nosotros.”
El Socialismo que queremos
Alberto Granado no se
cansa de afirmar que el mayor legado que nos dejara el Che, es la propia
Revolución. “Normalmente podemos tener un líder muy bueno
como Fidel, y un pueblo muy bueno como éste; pero sin el propósito
revolucionario todo podría haber quedado en agua de borra.” Y es que el Che y su generación nos
acostumbraron a la idea de que mejor que decir, es hacer. Con su ejemplo de
lucha y trabajo, nos abrieron el camino del Socialismo, visto éste último como
–hoy Granados nos lo señala así- “el
Socialismo donde no solamente se mejoran los bienes materiales, sino también los
bienes morales y éticos.”
“Tenemos
la satisfacción de que muchas de las cosas con las que aspirábamos entonces como
imposibles en América Latina, ahora se están concretando. Nosotros nos lo
vislumbrábamos; pero no creíamos –por lo menos yo- que lo íbamos a ver tan
pronto. El hecho de que haya un indígena en la presidencia, el hecho de que
Chávez haya sido capaz de hacer una reforma agraria y de nacionalizar el
petróleo, entre otras cosas, hace que pensemos que hay grandes avances en
Latinoamérica. Creo que debemos apoyar todos los proyectos que conduzcan a eso,
porque no debemos perder de vista quién es el enemigo. El enemigo es el
Capitalismo, el Imperialismo, y es por eso que tenemos que unirnos todos los que
somos afines para luchar contra el verdadero
enemigo.”
Si el Che estuviera vivo, estaría
luchando
Alberto Granado, quien
conoció muy bien a Ernesto Guevara, nos afirma sin vacilación que “si el Che estuviera vivo, estaría luchando.
Estaría en África o tratando de unir a América Latina. Lo que seguro no estaría,
es inactivo.” Así es que para
ser nuevamente consecuentes con este modo de decir y actuar, y en la coyuntura
actual, nos invita a participar en la celebración por el 80 aniversario del Che.
Será un jubileo internacional a desarrollar en la ciudad de Rosario, en donde “desde ya estamos invitando a todos a que
vayan allá, a todos los que son guevarianos, a todos los que quieren un mundo
mejor y piensan que al Capitalismo hay que
aplastarlo.”
Gabriela García
Alifano.
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