Cuando la gente de las
Iglesias conversa conmigo y vamos tocando los temas que tienen que ver con
mi posición política e ideológica, algunos reaccionan de manera hostil,
para manifestar su desaprobación al derecho que tengo como venezolano a
manifestar mi posición revolucionaria. A veces hemos sufrido algunas
circunstancias que no han sido agradables ni para mi, ni para mi familia.
Lo curioso de esto es que quienes reaccionan de esta manera predican a
diario la libertad, la tolerancia y el amor. Creo que estamos en un
Kairós, o tiempo de Dios, para definir muchas cosas desde la perspectiva
cristiana y una de las cosas que me gustaría discutir sin apasionamientos
estériles es la de poder comparar el socialismo con el cristianismo y el
capitalismo con el cristianismo, para poder descubrir sus semejanzas y
diferencias. Se nos ha enseñado que el cristianismo es sinónimo de
capitalismo, libre empresa y una libertad de culto mediatizadora.
A
mi me gusta recordar que en el caso nuestro el protestantismo venezolano
tuvo una fuerte y larga influencia del protestantismo noratlántico y esta
influencia vino cargada con un fuerte énfasis en las políticas de los
gobiernos norteamericanos. Muchas veces se nos formó doctrinal y
políticamente en oposición a todo lo que se llamara Comunismo o
Socialismo. También tuvo esta formación estuvo orientada contra otras
formas de pensamientos políticos e ideológicos, como el social
cristianismo por su influencia católica.
Solo quedaron como opción
política de la mayoría los Evangélicos, fue la social democracia, sobre
todo aquellas tendencias derechistas y anticomunistas. El comunismo se
convirtió en una especie de manifestación del régimen satánico de carácter
apocalíptico contrario a la libertad y a la religión. Aquí
llegaron a coincidir las políticas del departamento de estado
norteamericano y los ideales de las multinacionales de la misión en el
"Territorio de misión" que se había convertido el sur del mundo, sobre
todo los países llamados subdesarrollados y católicos o de otras
religiones que no fueran protestantes.
Luego nuevas generaciones de
evangélicos en nuestro país fuimos buscando directamente en las fuentes
históricas de la Reforma Protestante, aquellos ideales que
dieron origen a nuestras Iglesias y encontramos una vertiente rebelde y
revolucionaria en aquellos movimientos que originarios de nuestras ideas
teológicas. Al principio adoptamos una posición de contra cultura que se
oponía a toda aquella influencia noratlántica que dio paso a la
manipulación de nuestra Fe, para hacerla más dócil ante el imperialismo,
el capitalismo y todas aquellas posiciones anti socialistas, comunistas y
revolucionarias.
Luego vino el elemento de un Ecumenísmo que elevó
a niveles sin precedentes la discusión de lo social y el encuentro de las
vertientes del pensamiento revolucionario y liberacionista tanto del
protestantismo como del catolicismo. Es necesario recordar que el
verdadero ecumenísmo nace en aquellos sectores eclesiales considerados
liberales clásicos en todas las confesiones de Fe. La teología de la
liberación nace como el verdadero elemento que logra unir a católicos,
protestantes y revolucionarios en una sola acción liberadora de los
pueblos.
En la cuarta república fuimos callados, ignorados o
simplemente invisivilizados muchos y muchas. En el mejor de las casos
fuimos marginados de algunas organizaciones eclesiales y algunos hasta
fueron perseguidos y en muchos casos detenidos en varias oportunidades por
los cuerpos de seguridad del estado. Otros y otras traicionaron este
proceso en la incapacidad de comprender que la Revolución
Bolivariana se estaba gestando en muchos ámbitos
cívico-militares. Ellos y ellas vieron amenazados su protagonismo y
algunos y algunas tan solo quisieron conquistar privilegios que tanto le
criticaron a la vieja clase política de nuestro país.
Hoy
la revolución Socialista Bolivariana, nos da la
oportunidad de vivir a plenitud todos aquellos ideales que por años y
décadas han permanecido en nuestros ideales y en nuestras aspiraciones de
construir esa Nueva Sociedad desde nuestra perspectiva cristiana
Ecuménica. Esta es una de las fortalezas de esta revolución venezolana,
porque desde un principio ha roto con todos aquellos dogmas en los cuales
se basaban otros modelos socialistas pasados. Esta revolución todavía
sigue siendo inédita, moderna e innovadora que se presenta como una
revolución socialista verdaderamente humanista e integradora.
Esta
fortaleza de la revolución, es una amenaza para el imperio y para sus
lacayos nacionales, porque ven con preocupación como el ideal
revolucionario y socialista se ha arraigado en el imaginario colectivo del
pueblo. Lógicamente que una revolución que se haya metido en el corazón de
la gente, representa una posibilidad menos de poder manejar a las
masas.
La Revolución
Socialista Bolivariana debe profundizar en la vertiente
cristiana de la dimensión religiosa de toda nuestra gente, impulsando los
ideales de la teología de la liberación desde una perspectiva ecuménica y
popular, porque esta revolución es y será siempre
cristiana.
Considero que la Revolución debe impulsar las
discusiones que sean necesarias para definir lo que sería una Teología de
la
Liberación Bolivariana, que ubique el pensamiento
liberador cristiano en la agenda de la creación del PSUV y que posesione a
la teología de la liberación en el lugar histórico que le corresponde en
estos tiempos de Revolución en nuestro país.
Considero que debe
haber una convocatoria nacional que permita la discusión de lo que seria
una verdadera Teología de la Liberación
Bolivariana y que debe ser promocionada y organizada
desde las mismas bases eclesiales que involucre a sacerdotes, pastores y
laicos de todas las confesiones cristianas y no cristianas. Esta discusión
debe ser verdaderamente ecuménica y debe impulsar la lectura popular de la
Biblia desde la perspectiva
liberadora.
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