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Wikileaks: Venezuelan ambassador Freddy Balzan emails 2005-2008
- To: "potero" <potero@rhc.cu>
- Subject: Elecciones en Ecuador (documento final revisado)
- From: Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>
- Date: Wed, 15 Nov 2006 09:47:25 -0500
Elecciones
en Ecuador:
Proyecto
oligarca vs proyecto progresista
Dax
Toscano Segovia
El
Militante-Ecuador
Cerca de 9
millones 200 mil ecuatorianos acudirán a las urnas el próximo 26 de noviembre de
2006 para elegir, en segunda vuelta, al nuevo presidente y vicepresidente de la
república. Los candidatos finalistas son el empresario Álvaro Noboa Pontón, del
Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) y el economista Rafael
Correa Delgado, del Movimiento Alianza País.
Álvaro
Noboa, considerado el hombre más rico del Ecuador, con una fortuna heredada de
su padre, Luis Noboa Naranjo, que sobrepasa los 1.200 millones de dólares,
poseedor de 120 empresas, es el aspirante a la presidencia por parte de los
sectores de la oligarquía y de la derecha política ecuatoriana. En cambio,
Rafael Correa, que ha expresado su rechazo frontal a esos grupos de poder
político y económico, representa una candidatura de izquierda, alrededor de la
cual se han aglutinado diversos sectores sociales identificados con posiciones
nacionalistas, bolivarianas y revolucionarias.
De ésta
manera, el panorama político ha quedado claramente definido. Las y los electores
ecuatorianos tendrán que decidir entre dos proyectos radicalmente distintos a
nivel ideológico, político y económico.
Pero
¿cuáles son los planes de gobierno de los candidatos finalistas? ¿A qué
intereses responden? ¿Quiénes serían los verdaderos beneficiarios de sus
propuestas?
Las
respuestas a éstas interrogantes no pueden darse al margen del entendimiento de
los intereses de clase que están en pugna.
No se
trata, por tanto, simplemente de un duelo entre Álvaro Noboa y Rafael
Correa.
Los medios
de masas son los que han sobredimensionado este enfrentamiento entre los dos
candidatos, disputas que, por otro lado, ya se han evidenciado en otras campañas
electorales entre los postulantes a la presidencia del Ecuador. Esto, además, es
característico de los procesos eleccionarios de las sociedades democrático
formales capitalistas. Forma parte del espectáculo político construido por los
mass media que someten a discusión lo banal, lo superficial y no las cuestiones
de fondo que se ocultan a los pueblos.
Consecuentemente,
hay que desentrañar lo que es esencial en esta coyuntura política para no perder
de vista lo que puede suceder en caso de que uno u otro candidato gane las
elecciones.
Los grupos
de poder político y económico, los partidos de derecha y populistas ven que sus
privilegios están en peligro. Por ello la oligarquía y sus organizaciones
políticas se han aglutinado alrededor de la candidatura de Noboa. El Partido
Social Cristiano (PSC), encabezado por su máximo líder, Pascual del Cioppo,
miembro del Opus Dei, el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), del destituido
mandatario Abdalá Bucaram y las cámaras de empresarios han expresado
públicamente que votarán por el candidato del PRIAN.
El apoyo
incondicional por parte de las diferentes facciones de la oligarquía ecuatoriana
a la candidatura del empresario Noboa se explica porque su proyecto encarna los
intereses de la clase a la que él mismo pertenece y de la cual es hoy su
principal exponente. Álvaro Noboa personifica la prepotencia de estos grupos
poderosos que ansían poner en marcha los proyectos políticos y económicos que
les genere beneficios, muchos de los cuales han quedado truncos debido
principalmente a la lucha popular.
En el
escenario internacional, el imperialismo yanqui y las mafias opositoras a los
procesos revolucionarios cubano y venezolano han manifestado abiertamente su
simpatía por la candidatura de Noboa.
En
reiteradas ocasiones Álvaro Noboa ha lanzado virulentos ataques contra los
regímenes de Cuba y Venezuela, así como contra los presidentes Fidel Castro y
Hugo Chávez, declarando, enfáticamente, que si es elegido presidente de la
república, él no mantendrá relaciones políticas con ambos países.
Queda
claro que Noboa gobernará, en caso de ganar las elecciones, en beneficio de la
clase corrupta y parasitaria a la que él pertenece, así como de los intereses
del imperialismo yanqui.
Los
objetivos señalados en su plan de gobierno están establecidos precisamente con
esa finalidad.
Álvaro
Noboa es partidario de llegar a un acuerdo con el gobierno de EE.UU. para
concretar la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), proyecto anexionista
diseñado por los estrategas norteamericanos para favorecer a sus empresas
transnacionales. La dramática situación que viven los trabajadores y
agricultores mexicanos producto de la aplicación del NAFTA (Tratado de Libre
Comercio para América del Norte), demuestran lo que se avecina para el Ecuador
en caso de que se llegue a firmar el TLC.
El
candidato del PRIAN ve como positiva la concesión para la exploración,
explotación y refinación del petróleo ecuatoriano a compañías extranjeras, lo
cual implicaría que los recursos provenientes del oro negro sigan en manos de
estos poderosos grupos que, además, han sido los causantes de la destrucción del
medio ambiente.
Noboa
plantea como un eje de su campaña el propiciar la inversión extranjera a gran
escala, por lo que ha dicho que propiciará una reforma jurídica que favorezca a
las empresas transnacionales.
El
candidato de la oligarquía pretende atraer a los inversionistas extranjeros por
medio del “caramelo de la reducción del impuesto a la renta”, copiando las
recetas económicas que el gobierno neoliberal de Ronald Reagan aplicó en la
década de los 80 en EE.UU., las cuales provocaron el deterioro cada vez mayor de
la situación económica de la población pobre de ese país. La política
reaganiana, aplicada también por el gobierno de W. Bush, y que Noboa presenta
como la solución a los males que enfrenta el Ecuador, favoreció a los ricos a
los que se disminuyó los impuestos, mientras a los pobres se los desatendía en
las áreas de salud, educación, vivienda y seguridad social.
El líder
del PRIAN es partidario de las privatizaciones, incluso de sectores sensibles
para la población. Noboa pretende llevar a cabo una reforma a la Ley de
Seguridad Social con el apoyo del Congreso, en el cual su partido tiene el mayor
número de legisladores, para propiciar la competencia en este sector,
tomando como modelo de referencia al que se aplica en Chile, sistema de
aseguramiento que solo ha favorecido a las personas con niveles de ingresos
altos. La propuesta del candidato del PRIAN atentaría contra los derechos de los
afiliados al Seguro Social, especialmente de los jubilados. Noboa concibe a la
seguridad social como un servicio y no como un derecho del pueblo.
Para el
candidato de la oligarquía los derechos de los trabajadores no cuentan.
En el año
2002 los trabajadores de la hacienda bananera “El Álamo”, de propiedad de Noboa,
se organizaron para formar un sindicato y exigir mejores condiciones laborales.
La respuesta fue la represión brutal desatada por matones y por la propia
Policía Nacional. Muchos trabajadores fueron despedidos. Otros fueron amenazados
hasta con la muerte.
Noboa ha
expresado en reiteradas ocasiones su rechazo y desprecio por los
sindicatos.
Organizaciones
internacionales de derechos humanos, como Human Right Watch, han denunciado que
en las plantaciones bananeras de Noboa trabajan niños desde 8 años de edad, los
que son sometidos a una explotación brutal, lo cual constituye no solo una
violación a la legislación ecuatoriana y a las disposiciones jurídicas
internacionales, sino un acto cruel e inhumano que muestra lo que la oligarquía
es capaz de hacer para obtener ganancias.
El
empresario bananero es dueño de más de cien tercerizadoras, las mismas que
actúan como intermediarias en la contratación de trabajadores para otras
empresas. El propósito de la tercerización es el de evitar a los empresarios
mantener una relación directa con los contratados, para así librarse de las
obligaciones que la legislación laboral establece en defensa de los
trabajadores. El candidato de la oligarquía también es partidario de las
políticas de flexibilización laboral, las cuales atentan contra los derechos de
los trabajadores en materia salarial, de organización sindical y de seguridad
social.
Álvaro
Noboa encubre sus nefandos propósitos con un discurso demagógico y con políticas
populistas. En los recorridos y en los mítines de campaña, el líder del PRIAN
reparte camisetas, alimentos, dinero, sillas de rueda, computadoras para
escuelas pobres, microcréditos para pequeños empresarios. Noboa está utilizando
una parte de su fortuna mal habida para comprar la conciencia y el voto de las
personas. Lamentablemente en algunos sectores de la población, sobre todo en los
que mayores necesidades tienen, estos actos son considerados positivos.
Noboa ha
ofrecido además la construcción de 300 mil viviendas al año para cubrir el
déficit habitacional que sufre la población pobre del Ecuador. Esto también ha
impactado en la gente cuya aspiración es tener una casa propia. Especialistas y
técnicos de la construcción han denunciado que la propuesta de Noboa es irreal e
imposible de llegar a cumplirse, sobre todo en las condiciones actuales que vive
el país.
Otra de
las propuestas demagógicas del candidato del PRIAN es la entrega de
microcréditos a personas que deseen montar sus propias empresas. Noboa, que
compara su plan con el del actual Premio Nobel de la Paz , Muhammad Yunus, ha
manifestado que los pobres del Ecuador llegarán a convertirse en personas de la
clase media gracias a esos microcréditos, con lo cual los pobres dejarán de
existir en el Ecuador.
La
solución a los problemas de la pobreza y miseria que viven los pueblos no está
solamente en la entrega de microcréditos. Estos pueden ayudar a las
personas más necesitadas a liberarse momentáneamente de ciertas dificultades
económicas, pero no las liberará de su espantosa situación económica.
La pobreza
no desaparecerá si no se apunta a acabar con la causa principal que la genera y
que es el propio sistema capitalista explotador.
El líder
del PRIAN ha señalado que concederá entre 500 y 1500 dólares a la gente para que
desarrollen sus microempresas. Esta cantidad irrisoria de dinero, en las
condiciones actuales que vive el Ecuador, no es suficiente para poner un negocio
o pequeña empresa que genere ganancias y réditos económicos.
Con el
propósito de lograr la adhesión a su candidatura por parte de la población
mayoritariamente católica del Ecuador, Noboa ha utilizado en sus mítines
mensajes religiosos, presentándose como un redentor, un salvador. Cargando
una Biblia y un crucifijo, objetos con los que se exhibe ante la gente, el
candidato del PRIAN ha llegado en varias ocasiones a arrodillarse en las tarimas
para, según él, implorar a dios por la salvación del pueblo ecuatoriano. La
actitud del prepotente empresario ha sido rechazada incluso por representantes
de la propia Iglesia Católica. Esto demuestra la posición conservadora,
reaccionaria y retrógrada de la oligarquía.
Como parte
de su estrategia de campaña Álvaro Noboa lleva a cabo una perversa guerra sucia
contra su contrincante, a quien ha acusado de ser terrorista, chavista y
comunista.
El
candidato de la oligarquía se ha valido de las declaraciones de Rafael Correa
sobre las FARC, en las que el candidato de Alianza País se ha negado a
considerar a la guerrilla colombiana como una organización terrorista, puesto
que eso conllevaría implicarnos directamente en el conflicto que vive el hermano
país. A través de diversas propagandas en los medios de masas a Correa se lo ha
vinculado a las FARC.
El
candidato del PRIAN no oculta su respaldo a la política del gobierno de Álvaro
Uribe para combatir a la guerrilla en el hermano país.
A pesar de
que Álvaro Noboa haya señalado públicamente que si llega a ganar la presidencia
el Ecuador no se meterá en el conflicto colombiano, la realidad es que
entre Uribe, Bush y el empresario bananero se consolidaría una alianza no solo
para combatir a la insurgencia, sino para oponerse al proyecto bolivariano de
integración.
Noboa es
partidario de mantener la presencia militar estadounidense en la base de Manta,
por lo que ha afirmado que procederá a la renovación del convenio una vez que
este concluya en el año 2009.
Para
desacreditar al candidato de Alianza País, Álvaro Noboa lo ha inculpado de
recibir financiamiento del gobierno venezolano. Ésta acusación maliciosa forma
parte de la campaña de desprestigio que Washington dirge contra el presidente
Hugo Chávez, a quien se lo presenta como enemigo de la democracia y como
un desestabilizador de la región.
El
empresario bananero ha dicho que Correa pretende instaurar el comunismo en el
Ecuador. Esto es visto como un peligro por parte de un sector de la población
que, debido a la ignorancia, a la manipulación, a la alienación a la que está
sometida diaria y permanentemente, así como a una poderosa campaña de
desinformación basada en el miedo y el terror psicológico, creen que el
comunismo representa la anarquía, el caos, la violencia y la destrucción.
Álvaro
Noboa ha señalado que el comunismo es un delito y por lo tanto hay que
perseguirlo.
En
declaraciones a los medios Noboa ha manifestado que reprimirá duramente a
quienes pretendan ir contra su gobierno, lo cual demuestra la naturaleza
autoritaria y represiva que caracterizaría a su régimen.
El líder
del PRIAN ha lanzado amenazas contra varios medios que no son afines a su
candidatura, así como contra comunicadores que son críticos de sus propuestas
como es el caso de Carlos Vera de ECUAVISA.
No
obstante esto, Álvaro Noboa goza del respaldo de algunos canales de televisión,
emisoras radiales y periódicos cuyos dueños son partidarios de sus políticas.
Esto obedece a que muchos de los medios que directa o indirectamente apoyan al
candidato del PRIAN, forman parte de los grupos financieros y monopólicos que
controlan la economía ecuatoriana.
Algunos
ejemplos son: TELECENTRO pertenece al grupo Isaías, GAMAVISIÓN y SONOVISIÓN
al grupo Isaías-Rivas, CANAL 1 pertenece a Marcel Rivas, TELEAMAZONAS,
adquirido por el banquero Fidel Egas, esta bajo control del grupo Pichincha,
TELESISTEMA es de propiedad del grupo Noboa, el sistema nacional de radio SUCRE
está bajo control del grupo Noboa-Febres Cordero, los periódicos El Telégrafo y
Diario Manabita son de propiedad del grupo Noboa.
En los
noticieros y programas de “opinión” de las cadenas de radio y televisión
señaladas, los ataques contra Rafael Correa son directos.
La
cacareada imparcialidad de los medios y la supuesta pluralidad que dicen
representar es irreal.
A la
campaña de ataques contra Correa se suman periodistas, locutores de radio y
televisión que, obsecuentes como son, responden a los intereses de sus amos.
El
presentador de noticias Jorge Ortiz, de TELEAMAZONAS, así como el de GAMAVISIÓN,
Rodolfo Baquerizo no ocultan su antipatía por el candidato de Alianza País, así
como su alineamiento con la candidatura de Noboa. Durante toda la primera vuelta
electoral Jorge Ortiz, en el programa ESTE LUNES que él conduce, arremetió
constantemente contra Correa. Rodolfo Baquerizo hacía lo suyo el 15 de octubre
de 2006, día de la primera vuelta electoral, cuando entrevistó a Noboa en el set
de televisión de GAMAVISIÓN, en la ciudad de Guayaquil. Este lacayuno personaje
festejaba y asentía con su cabeza y sonrisa estúpida todas y cada una de
las cosas que Noboa exponía. El servilismo fue totalmente evidente.
La campaña
sucia dirigida contra Rafael Correa se debe a que su plan de gobierno es la
antítesis del proyecto propuesto por el candidato de la
oligarquía.
Correa es
partidario de una transformación profunda del sistema económico y político
ecuatoriano. El candidato del Movimiento Alianza País plantea que para lograr
los cambios que el país necesita, los ciudadanos deben llevar adelante una
revolución democrática y responsable. Para Rafael Correa lo fundamental es que
la democracia representativa sea sustituida por una democracia verdaderamente
participativa, donde la soberanía radique en el poder popular.
En algunos
pronunciamientos realizados por Correa, el candidato izquierdista ha hablado de
llevar adelante la construcción de una Patria
Socialista.
Sin
embargo el plan de gobierno de Rafael Correa no hace referencia a las medidas
que posibilitarían esa transformación profunda que él se propone llevar
adelante, las mismas que tienen que ver con la nacionalización de la banca, de
la industria y de la tierra, medidas que afectarían directamente a los intereses
económicos de la oligarquía.
No
obstante serán las masas las que más adelante planteen estos objetivos, una vez
que sientan la necesidad de radicalizar el proceso. Esto dependerá en gran
medida del nivel de organización que ellas lleguen a desarrollar. La
participación activa de las masas en la política será un elemento importante
para derrotar a la oligarquía.
Rafael
Correa propone llevar adelante una Asamblea Nacional Constituyente con plenos
poderes. Los objetivos de ésta asamblea serían principalmente los de elaborar
una nueva carta constitucional en la cual se establezcan los mecanismos
necesarios que posibiliten la transformación del orden político y
económico vigente, la despartidización de los organismos de control del Estado y
la participación efectiva de las y los ciudadanos en las decisiones públicas de
importancia para el país. Correa es partidario de que en el nuevo texto
constitucional se establezcan como derechos del pueblo la revocatoria del
mandato de cualquier funcionario público, incluido el presidente y
vicepresidente de la república, y la rendición de
cuentas.
Los
mecanismos que se establezcan para elegir a quienes van a conformar la Asamblea
Constituyente deberán posibilitar que sean los representantes de los
trabajadores, campesinos, estudiantes, jubilados los que puedan integrar ese
organismo que va a realizar las reformas a la Constitución. Las masas deberán
estar alertas para evitar que la oligarquía pretenda tomar el control de la
Asamblea.
Por otro
lado aunque la consigna de la asamblea constituyente representa la aspiración de
las masas de un cambio profundo en el podrido sistema democratico capitalista,
al mismo tiempo debemos advertir que un simple cambio de la estructura política
que no cambie la base económica del régimen puede quedar en una reforma
cosmética del sistema burgués.
La
partidocracia tradicional y las mafias políticas han atacado esta propuesta, la
misma que de llegar a concretarse, afectaría a sus intereses. Los partidos
tradicionales y sus dirigentes políticos temen que el orden y la
institucionalidad burguesa vigente, simbolizada por un congreso corrupto e
ineficiente, que ha recibido el rechazo de la ciudadanía, llegue a su fin.
Tienen miedo de perder sus canonjías, sus sueldos exorbitantes, sus privilegios.
Con
relación al TLC Correa ha expresado su rechazo a este proyecto anexionista. El
candidato izquierdista ha señalado que propiciará la integración bolivariana
latinoamericana, con la cual se beneficien los pueblos y no las transnacionales.
Rafael Correa es partidario de buscar un acercamiento al MERCOSUR, pero no
descarta la posibilidad de participar en los acuerdos que lleva adelante el ALBA
(Alternativa Bolivariana de las Américas).
Como parte
de la política de recuperación de la soberanía nacional, el candidato de Alianza
País ha declarado que renegociará la deuda externa ecuatoriana con los
organismos económicos internacionales que tendrán que sujetarse a las
condiciones que el Estado ecuatoriano señale y no a la inversa.
El plan de
gobierno de Correa apunta al pago de la deuda social interna, para lo cual se
utilizarán gran parte de los recursos que hoy se destinan al pago de la deuda
externa, lo que no implicará la declaratoria de no pago de la misma. Sin
embargo, y de acuerdo a las circunstancias por las que atraviese la economía del
país, Correa ha manifestado que se podría plantear la moratoria o suspensión del
servicio de la deuda.
A
diferencia del candidato de la oligarquía, Rafael Correa es partidario de
mantener los subsidios al gas, a la gasolina, a la energía eléctrica,
puesto que su eliminación afectaría sobre todo a la población pobre.
Correa ha
prometido acabar con las empresas tercerizadoras y con la flexibilización
laboral, para lo cual tendrá que exigir una transformación del marco legal
vigente que permite la existencia de estos instrumentos de explotación laboral.
Sobre el
acuerdo para el uso de la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta por
militares estadounidenses, Correa ha sido enfático en señalar que en el año
2009, una vez que finalice el convenio, este no se volverá a renovar. El
candidato de Alianza país ha señalado que en el Ecuador no puede haber presencia
militar extranjera, porque eso atenta contra nuestra soberanía.
Rafael
Correa ha criticado duramente la política de Bush, gobernante al que ha
calificado de torpe.
¿Qué
podría suceder en caso de que Correa gane las elecciones, sabiendo que su
proyecto apunta a afectar los intereses de la oligarquía y del
imperialismo?
Si
efectivamente Rafael Correa cumple con las propuestas de su plan de gobierno, lo
indudable es que la oligarquía elabore y ejecute un sinnúmero de planes de
desestabilización, tal y como los grupos de poder económico los han llevado a
cabo en Venezuela y Bolivia contra los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales.
Ante esta
situación el gobierno de Rafael Correa tendrá dos opciones: 1. ceder frente a la
presión de los grupos de poder político y económico, que contarán con el
respaldo del imperialismo yanqui y sus agencias de espionaje; o 2. apoyarse
directamente en el pueblo, en las masas.
Correa
tendrá que elegir entonces entre llevar adelante una política de reformas tibias
que mantenga intactos los privilegios de la oligarquía o una política de
reformas radicales que beneficie a los desposeídos, lo cual constituiría un
estímulo para las masas en la lucha por la transformación revolucionaria de la
sociedad.
Sin
embargo, si los trabajadores, campesinos pobres, indígenas, estudiantes,
jubilados ecuatorianos permanecen impávidos ante los hechos que puedan darse, el
proyecto de construcción de una sociedad distinta a la capitalista se verá
aplazado, lo cual fortalecerá a la oligarquía.
León Trotsky señaló que lo que caracteriza a un proceso revolucionario
es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos.
El triunfo
de un gobierno progresista puede constituirse en un elemento catalizador para
motivar a las masas a que se organicen y luchen por la revolución.
De igual
manera es importante el liderazgo que en este proceso asuma Correa.
Rafael
Correa es un líder joven, carismático que no ha tenido miedo de enfrentarse a
las elites políticas, a las mafias de la oligarquía explotadora, así como a los
proyectos de dominación del imperialismo yanqui, lo que permite percibir como
una posibilidad la radicalización de sus posturas
políticas.
Las masas
deberán contar asimismo con una dirigencia política consecuente que sepa
aplicar las tácticas necesarias en los momentos y en las circunstancias
precisas, para así lograr la realización de los objetivos estratégicos.
Los
trabajadores y campesinos necesitan fortalecer sus propias organizaciones y
dotarlas de un programa revolucionario socialista. La experiencia de la última
década en Ecuador muestra claramente que no basta con tumbar un gobierno u otro,
sino que es necesario una transformación socialista de la sociedad, y eso sólo
se puede conseguir mediante la acción consciente de las
masas.
Con el
triunfo de Álvaro Noboa, el proyecto para construir un modelo económico y
político diferente se verá frustrado de momento. La oligarquía podrá llevar
adelante sus planes con relativa facilidad.
El
Congreso Nacional está bajo control del PRIAN y del Partido Sociedad Patriótica
(PSP) del ex presidente Lucio Gutiérrez. A estos dos partidos se sumarían los
diputados del PSC, del PRE y de la UDC (Unión Demócrata Cristiana), lo cual le
permitiría a Noboa cumplir sin mayores obstáculos el proyecto político y
económico que se ha trazado. La Función Judicial, el Tribunal Constitucional, la
Contraloría , el Tribunal Supremo Electoral y demás organismos del Estado
continuarían bajo el control de la partidocracia. La izquierda tendrá muy poco
margen de acción dentro del parlamento y del orden institucional
capitalista.
Noboa designará para la
cúpula militar y policial a los oficiales más reaccionarios, los mismos que
tendrán como misión detener cualquier movilización popular en contra del
régimen. Los aparatos de inteligencia ecuatorianos trabajarán en conjunto con el
espionaje estadounidense, principalmente para infiltrar, perseguir y golpear a
las organizaciones de masas.
Ante la
posibilidad de que esto suceda si Noboa gana las elecciones el próximo 26 de
noviembre de 2006, el Militante-Ecuador expresa su apoyo crítico a la
candidatura de Rafael Correa y hace un llamado para que todas las personas que
depositen su voto por el candidato de Alianza País estén vigilantes en cada
recinto, en cada junta electoral para evitar que se lleve a cabo un fraude
electoral.
Solo con
la movilización y organización revolucionaria del pueblo se podrá impedir que la
oligarquía gane las elecciones.
Quito, 14
de noviembre de 2006
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- RV: [Diariodeurgencia] RESUMEN LATINOAME Maria ( November 15, 2006)