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El
presidente Chávez insiste en el perfil ético de la nueva
organización |
Comenzó
en Venezuela creación de Partido Socialista
Unido
Miguel
Lozano
Caracas,
23 dic (PL)
La formación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) comenzó de
hecho esta semana con el anuncio de varias organizaciones sobre su
disolución para permitir a los miembros incorporarse a la nueva
organización.
La
creación del PSUV fue expuesta por el presidente Hugo Chávez con el
propósito de darle mayor organicidad al proceso revolucionario y avanzar
en la vía de desarrollo socialista en su nuevo mandato de febrero
2007
a febrero 2013.
Pero,
junto a la declaración de su próxima disolución de agrupaciones como
Movimiento Electoral del Pueblo o Unidad Popular de Venezuela, entre
otras, expresiones de voceros de otras organizaciones confirman que no
será un proceso exento de resistencia.
Pese
a la complejidad, se concretó un importante paso de avance con el anuncio
del Movimiento V República (MVR) de su disolución, si se tiene en cuenta
que es la mayor organización política del país con más de 4,8 millones de
votos en las pasadas elecciones
presidenciales.
Los
principales aliados del MVR, los partidos Podemos, Patria para Todos y
Comunista dieron su aceptación a la propuesta, pero anunciaron diversos
grados de consulta con sus bases antes de tomar la decisión de disolverse
para dar paso al partido unido de la
izquierda.
En
sus primeras declaraciones luego del triunfo del pasado 3 de diciembre,
Chávez dejó claro a sus seguidores, agrupados en 24 partidos y
organizaciones, la necesidad de una mayor unidad política para poder
enfrentar los retos de transformar el
país.
Ante
un incipiente debate sobre vías, objetivos, lapsos y estructura del nuevo
partido que comenzó a tomar cuerpo, dejó claro su posición de que no se
trata de una fusión o suma de organizaciones, sino de fundar una
agrupación nueva.
Adicionalmente
el presidente venezolano aseguró que el MVR, fundado por él, tampoco está
en condiciones de dirigir un proceso de la magnitud y complejidad
previstas, evaluación reconocida por su dirección que de inmediato anunció
la disolución para enero próximo.
Sin
dudas, la decisión de integrar las fuerzas revolucionarias es un paso
necesario, para algunos ya demasiado demorado, pero complejo, pues se rata
de la desaparición de organizaciones, algunas, como el Partido Comunista,
con más de 75 años de fundado.
El
camino escogido por Chávez se aparta de la sugerencia de algunos de
comenzar un proceso dilatado, primero con un frente amplio. Al aludir a
esa propuesta, el líder venezolano insistió: "Necesitamos un partido, no
una sopa de letras".
Paralelamente,
dejó en libertad a todos los partidos para decidir su destino, pero
rechazó abrir un debate sobre el tema. "No voy a perder tiempo -dijo- y
enfrascarme en un debate que sería
insulso".
La
proyección es aprovechar la estructura conjunta de la campaña electoral
(integrada en batallones, pelotones y escuadras) como estructura básica
nacional del Partido Socialista Unido de
Venezuela.
Para
ello solicitó a los 11 mil batallones, 32 mil 800 pelotones y tres
millones 850 mil escuadras actualizar el registro de militantes y
simpatizantes interesados en integrarse al nuevo
partido.
Además
de la definición socialista de la agrupación, Chávez advirtió que desde el
principio debe tener un claro perfil moral y ético, sin espacio para
ladrones.
Mientras
esa convocatoria marca la actualidad de la izquierda, en la derecha unas
40 organizaciones políticas iniciaron con mal paso la puja por mantener el
bloque electoral en la nueva coyuntura
política.
La
llamada nueva derecha, con el liderazgo de Un Nuevo Tiempo, del ex
candidato presidencial y gobernador de Zulia, Manuel Rosales, parece
dividida en corrientes, más allá de la confluencia
ideológica.
Esta
semana dos sectores de Primero Justicia se liaron a puñetazos en la sede
de la organización, mientras los rezagos de la vieja derecha ven con
animadversión a los partidos surgidos en un intento de desvincularse de
los fracasos del pasado.
Acción
Democrática perdió la inscripción oficial luego de que su dirigencia optó
por el abstencionismo en un evidente suicidio político , mientras COPEI
-la otra organización que gobernó junto a los "adecos" por casi medio
siglo, alcanzó poco más de 200 mil votos.
Los
recelos de COPEI llevaron a acusar a sus aliados de Primero Justicia de
una campaña sucia para restarle votos en los comicios, con lo cual
abrieron serias dudas sobre su participación en el pretendido bloque
opositor.
El
panorama, en definitivas, confirma la tendencia de los últimos ocho años:
el ascenso de la izquierda y la caída de una derecha que ni aún disfrazada
de centro o de "nueva democracia social" logra recuperar terreno, con
pocas opciones de reagruparse, al menos en lo
inmediato. |