Detrás de su muerte quedan dudas, preguntas sin
respuesta, profundas inquietudes... ¿Lugares comunes en los
magnicidios?
GUADALUPE LARRIVA: MAS
ALLA DE LAS COINCIDENCIAS FATALES
Tribunal Dignidad,
Soberanía y Paz Contra la Guerra*
26 de abril de 2007
La muerte nunca pudo poner
punto final a la vida militante y combativa de Guadalupe Larriva y, menos
aún, a sus profundas convicciones ideológicas del más hondo de los
humanismos que se concretaba en la lucha cotidiana para impulsar sus ideas,
alcanzar sueños y trabajar incansablemente para servir a los demás en
procura del bienestar colectivo.
El socialismo militante y combativo que
practicaba Guadalupe Larriva era honesto de principio a fin y así como logró
respeto, amistad y compañerismo también alcanzó respeto de sus enemigos
junto al odio visceral ideológico, de esos torpes comportamientos adictos al
sistema y sobre todo cipayos del imperio.
Guadalupe Larriva, nombrada Ministra de Defensa
Nacional por el Presidente Rafael Correa, falleció trágicamente cuando dos
helicópteros del Ejército, Gazella E-360 y E-343 chocaron en pleno vuelo en
la noche del 24 de enero de 2007. Su hija Claudia y cinco militares le
acompañaron en el instante fatal que no debía ocurrir jamás, si tan sólo se
hubiesen seguido procedimientos comunes y normales de seguridad.
Detrás de la muerte prematura y absurda quedan
dudas que quizá jamás se despejen, quedan preguntas sin respuesta, quedan
profundas inquietudes envueltas en un sinnúmero de ¿por qué?
Pero bien se sabía la
posición ideológico-política de la Ministra , de su simpatía y
carisma. Llegó al Ministerio de Defensa en medio del aplauso de
coroneles, oficiales de menor rango y tropa. Algunos generales la recibieron
con respeto, admiración y franca cordialidad aunque no amistad y
compañerismo y hubo generales -de esos afectados por el machismo- que la
vieron llegar con antipatía o franco odio y no sólo por machistas sino
porque Guadalupe era socialista, era antiimperialista, era incorruptible,
era humanista y pacifista. Esos generales la miraron por encima del hombro,
con recelo y temores de perder los “apoyos y ayudas de Estados
Unidos”, la posibilidad de extender hasta el fin de los tiempos la
presencia de militares y mercenarios gringos en Manta y en otros lugares del
país.
Guadalupe, de entrada les había dicho a los
generales del Comando Conjunto, que iba a trabajar para elevar los sueldos y
mejorar las condiciones de vida de las tropas y oficiales de todas las
jerarquías, que era de suma importancia estudiar el famoso “libro blanco” y reformarlo hasta la médula, que para el país
era vital redefinir el rol de las Fuerzas Armadas y que iba a imponer el
compromiso del soldado de trabajar junto al pueblo en busca del desarrollo
sustentable, de la paz, la seguridad y la defensa irrenunciable de la
soberanía nacional.
Había anunciado que iba proponer una auditoría
integral a las empresas que son de propiedad de las Fuerzas Armadas y de la
totalidad de las inversiones. Había expresado su desacuerdo total y su
franco repudio al Plan Colombia, al Plan Patriota que son “guerreristas, planificados, financiados, desarrollados y
ejecutados por el imperio”. ¿Imprudencia en la boca del lobo? Más aún,
en forma tajante y radical había dicho que jamás se firmaría un nuevo
tratado o convenio que permitiese la presencia de tropas extranjeras en
territorio ecuatoriano. En consecuencia, la Base de Manta sería reintegrada
soberanamente al país. Clara, precisa, enérgica, sin que siquiera se le
borrara la sonrisa de sus labios. Así era Guadalupe Larriva. ¿Subversiva, la
Ministra ?
En su calidad de socialista,
Presidenta del Partido Socialista- Frente Amplio, tenía un perfecto
conocimiento de la realidad nacional a nivel interno y externo.
Sabía perfectamente que Estados Unidos tiene objetivos permanentes de
dominación y expansión imperialista, sin que importe si los administradores
de turno son demócratas o republicanos; pero comprendía, también, que con
Bush II, la situación empeoraba por su apocada personalidad, por su falta de
calidad ética, por su reconocida incultura y su torpeza guerrera que, en
poco tiempo, le convirtió en el terrorista internacional de extremo peligro
para la humanidad.
Esa característica del imperio -en estos
tiempos- le ha conducido a desatar, sin piedad, las guerras de agresión
contra Afganistán e Irán, y con el pretexto de combatir al terrorismo no le
importó a Bush y sus adláteres a recurrir a violencias extremas, a cometer
genocidio, a violar burdamente los derechos humanos dentro Estados Unidos
contra sus propios ciudadanos y a través del mundo, en particular contra los
pueblos árabes sean de Afganistán o Irak, musulmanes o cristianos.
En tan pocos días que estaba al frente del
Ministerio de Defensa, Guadalupe Larriva llegó a conocer acerca de planes
desestabilizadores en contra del Presidente Rafael Correa, que se proponía
impulsar Estados Unidos por intermedio de su Embajada, agentes de la CIA y
del DEA y de otras agencias como las AID y USAID, en franco contubernio con
las derechas políticas y empresariales, grandes negociantes y comerciantes,
financistas y banqueros del Ecuador, con partidos de oposición e inclusive
con el uso inmoral de algunas organizaciones no gubernamentales (ONGs) que
ya habían recibido dinero de Estados Unidos, para “promover” la democracia, los derechos humanos, la libertad.
Sabía, también, que Estados Unidos -por intermedio del Comando Sur y agentes
de la CIA, DEA- había penetrado profundamente en las Fuerzas Armadas
Nacionales y en la Policía Nacional y que en esa s instituciones había
oficiales superiores y generales adictos y sumisos al imperio y sus
dictados.
Guadalupe ya conocía de esas prácticas inmorales
e injerencistas del imperio, porque era una mujer muy bien informada, porque
era una mujer política y dirigente socialista con sólidos principios
marxistas-leninistas, porque era maestra, madre y ministra de Estado con
profundas inquietudes sociales.
Guadalupe Larriva tenía otros proyectos e
inquietudes. Con algunos dirigentes de movimientos sociales y de partidos o
grupos ciudadanos de izquierda, a menudo conversaba sobre el sueño de una
patria libre, soberana, independiente, democrática y solidaria. Quedó
pendiente una amplia explicación acerca de los graves problemas que
enfrentaban y debían enfrentar los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia,
Argentina, Nicaragua y en menor escala Brasil, Uruguay y Chile que habían
decidido conformar gobiernos alternativos y escogido nuevos caminos de
desarrollo independiente que molestan profundamente a Estados Unidos.
Guadalupe ya conoció de cerca la posición
irrenunciable de Estados Unidos respecto de la Base de Manta y, la firmeza
de la nueva Ministra de Defensa Nacional para defender la soberanía
ecuatoriana. Para tratar sobre ese caso, el Secretario de Estado de la Casa
Blanca buscaba la oportunidad de un encuentro, de una entrevista o de un
“llamamiento” para mantener y ampliar el tiempo de retención de la Base de
Manta, de acuerdo con un informe proporcionado por uno de sus colaboradores
militares; pero de rango inferior al del Comando Conjunto.
Con decisión y energía había solicitado toda la
documentación existente acerca del próximo encuentro de cúpulas militares a
realizarse en Lima-Perú, reunión en la que Estados Unidos piensa imponer la
creación de una Fuerza de Reacción Inmediata. ¿Para qué? ¿Acaso el Ecuador o
algún otro país latinoamericano tienen enemigos militares de alta potencia y
extracontinentales? ¿Qué es eso de la Seguridad Hemisférica ? ¿Acaso esas
doctrinas y prácticas militares heredadas de la “guerra fría”, no son para
exclusiva utilidad del imperio? ¿Qué tienen que hacer nuestras Fuerzas
Armadas para defender los intereses de Estados Unidos? ¿Por qué someter a
nuestras Fuerzas Armadas y Policías Nacionales a la humillación del
acatamiento a los dictados del Pentágono o del Departamento de Estado?
Cuántas preguntas quedaron sin respuesta porque esas eran las inquietudes de
la militante socialista, porque son las inquietudes de hombres y mujeres
democráticos y progresistas del Ecuador y América Latina. Guadalupe Larriva
habría sido frontal en rechazar o negar la participación del Ecuador y sus
Fuerzas Armadas en los planes bélicos de Estados Unidos en contra de
nuestros pueblos y en la no renunciada posibilidad de involucrar a nuestras
patrias en el guerrerista Plan Colombia. Para eso y contra la “subversión”,
o los gobiernos “inamistosos” es la proyectada Fuerza de Reacción
Rápida.
LA OPOSICIÓN AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
El gobierno del Presidente
Rafael Correa proclamó su adhesión al Socialismo del Siglo XXI, no para
copiar al socialismo que impulsa el Presidente Hugo Chávez Frías de la
República Bolivariana de Venezuela, sino para recrear el ideal socialista de
acuerdo a las realidades ecuatorianas.
Ese socialismo habla del impulso a políticas
sociales, de la búsqueda de la justicia social por intermedio de una mejor
redistribución de la riqueza nacional, de la igualdad como condición
primigenia para el desarrollo y profundización de la democracia, de la
equidad de género, de la necesidad de implantar la propiedad privada con
eficiente función social, del rescate de los recursos naturales para forjar
el desarrollo sustentable, de la intervención del Estado para regular el
mercado, del fortalecimiento de los procesos educativos y culturales con
plena libertad de acceso y uso de la ciencia y tecnología y, atención
consecuente e inmediata a las necesidades fundamentales de los pueblos:
alimentación, vivienda, salud pública, empleo, combate a la pobreza
consuetudinaria, fin de los sistemas de explotación.
A nivel internacional, se propone relaciones
amistosas, diplomáticas, económicas y políticas con todos los países del
mundo en igualdad de condiciones y, por tanto, pleno uso de la soberanía e
independencia, e impulso a la unión sudamericana que siente las bases y
procure condiciones para la unión latinoamericana.
Estas y otras de mayor profundidad y análisis
eran parte del pensamiento socialista de la dirigente Guadalupe Larriva.
Como toda propuesta de transformación y cambio tiene sus opositores que se
vuelven furibundos fundamentalistas y dogmáticos, si creen que van a perder
privilegios, el Socialismo Siglo XXI cuenta, también, con sus contrarios
profundamente dogmáticos y en varios casos de inusitada violencia cercana al
neofascismo.
Sectores de las derechas económicas y políticas
que conforman los grupos oligárquicos del país con fuertes connotaciones
financieras, empresariales y comerciales son los opositores radicales del
Socialismo Siglo XXI. Estos formaron un núcleo liderado por banqueros y
empresarios de la Costa y de la Sierra para “trabajar” en contra del
proyecto político propuesto por el Presidente Correa y establecieron una
serie de contactos con la Embajada estadounidense en Quito y con los
miembros y jerarcas de algunas de las agencias del gobierno de Bush, según
informan algunos líderes políticos de los movimientos sociales y de la
izquierda ecuatoriana. Dinero por algunos millones de dólares y decisión
clandestina se encaminan para desacreditar a Correa y su gobierno con el uso
de los medios de comunicación social a fin vincularlo con el Presidente Hugo
Chávez, con el Comandante Fidel Castro, con los gobiernos de Evo Morales de
Bolivia y de Kirchner de Argentina. Entonces le acusan de obedecer los
mandatos de Chávez, de copiar sus fórmulas políticas, de ejercer un
fracasado ideario ideológico de la izquierda, de dirigir un gobierno
populista, de pretender implantar un gobierno totalitario, de parálisis de
inversiones extranjeras, de anticipados fracasos económicos. Curiosamente,
son las mismas tácticas y estrategias utilizadas por la CIA para propiciar
golpes de Estado que terminan en dictaduras militares crueles y
sanguinarias. Varios dirigentes socialistas y, naturalmente, Guadalupe
Larriva conocían y conocen de los planes desestabilizadores de las derechas
oligárquicas uncidas al imperio.
Estados Unidos no desea que en su “patio
trasero” se extienda el Socialismo Siglo XXI. Consecuentemente ejecuta
actividades subversivas de carácter clandestino para acabar con los
Gobiernos del Presidente Hugo Chávez, de Evo Morales, de Rafael Correa. Para
ese objetivo, el imperio cuenta con las derechas criollas que no se detienen
ante nada, para jamás perder un ápice de sus privilegios de clase.
EL INFORME DEL EXTRAÑO ACCIDENTE
El 24 de enero pasado, al comenzar la noche se
produjo el fatal choque de dos de los helicópteros del ejército que
participaban en maniobras militares. En definitiva, fue accidente extraño en
las cercanías de la Base de Manta, la mejor equipada de América, la mejor
vigilada de América, la más segura de nuestra América del Sur.
Conocido el trágico acontecimiento, el
Presidente Correa, sin pérdida de tiempo nombró una comisión especial que
dilucide las causas del accidente y solicitó la ayuda y colaboración de los
gobiernos de Venezuela, Chile y Francia, este último como país fabricante de
los helicópteros Gacela.
La Junta Especial de Investigaciones del
Accidente Aéreo, el 27 de febrero pasado, al terminar su trabajo dijo que el
choque de los dos helicópteros en que fallecieron la Ministra de Defensa, su
hija Claudia y cinco militares, se debió a un error humano. Sostuvo que no
existió sabotaje ni fallas técnicas.
Fueron 31 personas las que conformaron la
Comisión Investigadora que comenzó su trabajo el 30 de enero y en la que
intervinieron militares ecuatorianos, expertos de Chile, Venezuela y Francia
a la que se unieron Rodrigo Ávila, hijo de la Ministra Guadalupe Larriva, en
representación de los familiares y dos delegados del Partido Socialista. El
Informe preliminar fue presentado el 15 de febrero, lo que demuestra la
premura y eficiencia de la Comisión ; pero esos informes nunca fueron
avalizados ni firmados por Rodrigo Ávila y los delegados del Partido
Socialista.
Según el Presidente de la Junta Investigadora ,
Brigadier General Leonardo Barreiro, el accidente fue causado por una serie
de errores que se cometieron antes y durante del accidente de los
helicópteros que fueron piloteados por Richard Jurado y Hugo Acosta. Los
principales errores fueron: Poco tiempo de descanso que tuvieron los pilotos
el 24 de enero ya que participaron durante varias horas, de los festejos por
el aniversario de la Aviación de la Fuerza Terrestre. Los pilotos Jurado y
Acosta volaban esas naves, por primera vez, con visores nocturnos y
cumplieron maniobras que nunca estaban previstas, ni siquiera en los
entrenamientos, pues utilizando visores nocturnos se aproximaban a Manta y
supuestamente podrían haber sido encandilados por las luces de la ciudad o
por las luces de la pista de la Base Aérea de Manta, pero otro craso error
es que volaron sin ningún plan de vuelo y al recibir un llamado de la tor re
de control de la Base de Manta, los pilotos “perdieron su conciencia
situacional”; es decir que no supieron lo que ocurría dentro de los
helicópteros y tampoco fuera de ellos. Y lo más importante: hubo negligencia
o descuido en los mandos militares que no observaron los debidos
procedimientos de seguridad.
El Informe Oficial fue
cuestionado por el Partido Socialista, durante la Asamblea que se desarrolló
en Cuenca el 24 de febrero. Allí intervinieron Trostsky Serrano. Rodrigo
Ávila Larriva y Antonio Aguilar, veedores que tuvo la familia de Larriva y
el Partido Socialista en la Junta Investigadora.
El ex diputado Segundo Serrano, padre de
Trostsky, sostuvo que es inadmisible que se maneje la hipótesis que
Guadapule Larriva haya decidido, por su cuenta subirse al helicóptero. Dijo
“La conocí durante 35 años. Era una mujer ponderada, sensata…Es fácil decir
que se trata de una falla humana y que los responsables son los muertos.
Aquí se debe sancionar a las personas que están vivas y que son
responsables”. Víctor Granda, otro de los dirigentes históricos del Partido
Socialista fustigó el Informe al señalar que fue “una irresponsabilidad dar
ese tipo de conclusiones y decir que Guadalupe Larriva, por su cuenta y
riesgo subió al helicóptero”. Por su parte, el Presidente del Partido
Socialista-Frente Amplio, Gustavo Ayala solicitó que se aclare “ qué
autoridades militares autorizaron o no dieron pronunciamiento alguno
respecto de la p resencia de Larriva y su hija Claudia en la nave”, al
tiempo que pedía explicaciones sobre los cambios ocurridos en la Agenda de
la Ministra , ya que ese día tenía previsto asistir a una reunión de trabajo
en el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas.
Posteriormente el hijo de Guadalupe Larriva,
Rodrigo Ávila Larriva, al rechazar el Informe Oficial de la Junta
Investigadora de Accidentes dijo tajantemente: “Se eliminó como prueba el
video tomado por el sargento Luis Bravo, en el que a mi madre le invitan a
subir al helicóptero para trasladarse a Manta, lo que desmiente que fue ella
la que solicitó participar en la práctica de tiro nocturno”. Expresó que “en
esta grabación se oye claramente que mi madre pregunta qué iban a hacer
(sobre su regreso a la Base Militar ), a lo que responden, nos vamos en
helicóptero” También señaló con determinación que, en ese Informe, se
excluyó la responsabilidad de los manejadores de la torre de control de la
Base de Manta, quienes permitieron el despegue desde tierra de una aeronave
de Ícaro, al mismo tiempo que debían aterrizar los helicópteros.
Los familiares y allegados a la Ministra Larriva
enviaron una carta al Presidente de la República , Rafael Correa, en la que
especificaron los puntos del Informe con los que no estaban de acuerdo y
pidieron que se aclare la responsabilidad de los mandos militares en el
accidente. Para el hijo de la Ministra fallecida, en el Informe Oficial no
se determina responsabilidad penal alguna y que ciertamente el Informe tiene
fallas tremendas. Por ejemplo, dijo que el Secretario de la Junta
Investigadora , Coronel Hugo Villacís, fue el mismo que planificó el
operativo, es decir, fue una operación que el mismo realizó, lo que
significa una profunda contradicción. Así mismo cuestionó al grupo militar
de Estados Unidos que ocupa la Base de Manta al afirmar que lo que se quiere
es que ese grupo entregue la información recopilada, porque fue ese grupo el
que llegó primero al sitio del accidente y se preg untó qué vieron, qué
recogieron?
El Informe Oficial tiene
errores graves. Así ¿por qué esa Junta se negó a incluir el video? La
respuesta fue infantil al considerar que no se incluye la grabación porque
la determinación de los culpables será responsabilidad de la Junta
Evaluativa. Tampoco consta la negativa de los norteamericanos a entregar
información, ni las condiciones específicas del vuelo de los helicópteros,
ni las razones por las cuáles a una Ministra de Defensa y a su hija que son
civiles, se les sube a un helicóptero que estuvo artillado.
La diputada socialista Silvia
Salgado, fue muy precisa al manifestar : “Quienes dejaron de
cumplir y vigilar las normas de seguridad militar son las Fuerzas Armadas.
Exigimos, por tanto, se establezcan los nombres por las responsabilidades y
la falta de seguridad dada a una Ministra de Estado: más aún, cuando su hija
como civil estuvo en el vuelo”.
Guadalupe Larriva falleció en el choque de los
helicópteros y su muerte prematura dejó muchísimos asuntos pendientes y
entre ellos una sesión de trabajo que debía mantener con varios dirigentes
del Tribunal Dignidad, Soberanía, Paz contra la Guerra, reunión que, entre
otros temas, se había planificado para tratar sobre los problemas de
seguridad de la Ministra de Defensa, del Presidente Correa, del Plan
Colombia, de las conspiraciones latentes y del intervencionismo
norteamericano en los asuntos internos de nuestro Ecuador.
Tribunal
Dignidad, Soberanía y Paz Contra la Guerra
Agrupa a intelectuales
y representantes de organizaciones sociales del Ecuador y se formó en el
teatro Universitario de Quito al inicio de la última invasión estadounidense
e inglesa a Iraq. IMPORTANTE: Para el Tribunal Dignidad,
Soberanía y Paz contra la Guerra, serán muy valiosos sus comentarios y
opiniones sobre este documento. Mail: tribunalpazecuador@yahoo.com
www.altercom.org/article147541.html